?Necesita la OTAN el arma neutr¨®nica?
General especialista en temas militares de la agencia sovi¨¦tica Novosti
En todo el mundo se extiende el movimiento de protesta contra los proyectos del Pent¨¢gono de poner en producci¨®n en serie la bomba neutr¨®nica y dar con ello una nueva direcci¨®n a la carrera armamentista. Por otra parte, c¨ªrculos influyentes de Estados Unidos y la OTAN han desplegado una campa?a propagand¨ªstica en pro de adoptar ese b¨¢rbaro medio de guerra y ubicarlo en territorio de los pa¨ªses europeos que forman parte del bloque noratl¨¢ntico.
Seg¨²n consign¨® el diario norteamericano New York Times, la bomba neutr¨®nica ?tendr¨ªa decisiva significaci¨®n para la OTAN, pues fortalecer¨ªa su potencial nuclear?.
Los planes del Pent¨¢gono sobre la creaci¨®n del arma neutr¨®nica no pueden contemplarse aislados de la actual pol¨ªtica de la OTAN con respecto a ?modernizar? las concepciones estrat¨¦gicas, que presuponen la posibilidad de emplear en territorio europeo diversos tipos de armas nucleares.
Como siempre en tales casos, esa pol¨ªtica se encubre con falsos argumentos, tales como los de ?amenaza sovi¨¦tica?, ?superioridad del Tratado de Varsovia?, etc¨¦tera.
Aunque es bien notorio que en Europa central existe aproximadamente un equilibrio entre las fuerzas armadas de los Estados del Tratado de Varsovia y los pa¨ªses de la OTAN. A ello se han referido numerosas veces tambi¨¦n muchos estadistas occidentales. Esto tampoco lo desconocen los partidarios del arma neutr¨®nica. Y lo que les inquieta no es la amenaza sovi¨¦tica?, ni mucho menos. Los estrategas atl¨¢nticos fraguan planes muy distintos: quieren asegurarse la superioridad nuclear sobre la Uni¨®n Sovi¨¦tica y modificar de este modo a su favor la balanza de fuerzas existente en Europa. Para lograrlo, cifran grandes esperanzas en el triunfo neutr¨®nico del Pent¨¢gono.
En Europa hay concentrados ahora m¨¢s de 7.000 artefactos nucleares norteamericanos, cuyo potencial explosivo equivale a 460 millones de toneladas de trinitrotolueno, y cerca de 3.000 unidades de medios de transporte de los mismos al objetivo. Para nadie es un secreto que la Uni¨®n Sovi¨¦tica tambi¨¦n posee armas nucleares; en tales condiciones no es dif¨ªcil imaginarse a qu¨¦ conducir¨ªa un conflicto armado en Europa.
Mientras los pa¨ªses signatarios del Tratado de Varsovia dan pasos pr¨¢cticos para ?desminar? esta regi¨®n, donde es evidente el peligro de explosi¨®n, el llamamiento de estos pa¨ªses a los Estados firmantes del acta final de la Conferencia Paneuropea a no emplear los primeros el arma nuclear, as¨ª como otras constructivas iniciativas de los Estados socialistas, el Pent¨¢gono y la OTAN propugnan incrementar a¨²n m¨¢s los armamentos e intentan engrosar su arsenal nuclear con una nueva clase de arma mort¨ªfera.
Mientras tanto, los partidarios de la nueva espiral de la carrera armamentista intentan presentar la bomba neutr¨®nica a los ojos de la opini¨®n p¨²blica mundial como arma t¨¢ctica y limpia, la cual mata s¨®lo a la gente, dejando casi intactas las edificaciones y la t¨¦cnica de guerra y es tan s¨®lo un medio de la llamada guerra nuclear t¨¢ctica (?limitada?).
?Qu¨¦ podemos decir al respecto?
Es notorio que los inventores de la bomba neutr¨®nica no piensan emplear ¨¦sta en Texas o en California. El arma neutr¨®nica es un arma de primera l¨ªnea. Est¨¢ destinada para ubicarla (y, por consiguiente, emplearla) en territorio europeo. Dicho de otro modo, las v¨ªctimas de las bombas limpias ser¨ªan, en primer t¨¦rmino, los europeos.
Y a este respecto es oportuno se?alar que si los pa¨ªses de Europa occidental se opusieran a emplazar esa arma en su territorio, habr¨ªa muchas probabilidades de que Estados Unidos renunciara a la producci¨®n en serie de la misma.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.