Las autorides sanitarias espa?olas no tomar¨¢n medidas contra el uso de la sacarina
No obstante la entrada en vigor en Estados Unidos de medidas preventivas anunciando los riesgos del consumo de sacarina en todos los compuestos portadores del citado producto, las autoridades sanitarias espa?olas no consideran necesaria esa medida ci?¨¦ndose a las indicaciones de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, entidad que considera el problema insuficientemente estudiado a¨²n, y que se limita a aconsejar un uso prudencial de la misma. Alfonso Garc¨ªa P¨¦rez entrevist¨® para EL PA?S a Juan Ponz, jefe del servicio de control bromatol¨®gico de la Direcci¨®n General de Ordenaci¨®n Farmac¨¦utica, quien mostr¨® la postura espa?ola.
?Nosotros seguimos las indicaciones de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud -declara el doctor Ponz- organismo que, ha fijado una ingesti¨®n diaria admisible incondicional de sacarina, para todo tipo de personas, en cualquier circunstancia, de cinco miligramos de sacarina diarios por kilogramo de peso de la persona que lo ingiere.?Seg¨²n el se?or Ponz, lo que han demostrado las experiencias canadienses realizadas con ratas, a ra¨ªz de las cuales arranca la alarma mundial ante el producto, es que son grandes dosis las que podr¨ªan suponer un peligro, pero no las ordinarias. ?La cantidad suministrada a las ratas fue de 2.500 miligramos por cada kilo de peso. Y eso, diariamente, durante dos generaciones.?
Tumores de vejiga por la sacarina
?En efecto -prosigue el doctor Ponz- en algunas de ellas se comprob¨® la presencia de tumores en vejiga, y algunos de estos tumores eran de car¨¢cter cancer¨ªgeno. Si atendemos la proporci¨®n indicada, eso supone que el 5 % de su alimentaci¨®n era sacarina. Esto era tan intenso que ten¨ªa que obligarse a los animales a recibir el alimento por sonda, ya que rechazaban una comida tan dulce. Trasladando esto a un hombre, eso significa que si come y bebe tres kilogramos de alimento diario, para que el 5 % de esa cantidad sea sacarina tendr¨ªa que ingerir unos 150 gramos diarios. Teniendo en cuenta que los comprimidos tienen treinta miligramos de la referida sustancia, habr¨ªa que ingerir 5.000 comprimidos al d¨ªa. Y se ingieren como mucho diez. Yo tomo tres comprimidos diarios.?Consideran pues las autoridades sanitarias espa?olas que, tal como indican las normas dictadas por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, el posible riesgo de la sacarina derivar¨ªa s¨®lo de un consumo excesivo, no de un consumo prudente.
?C¨®mo se explica entonces la advertencia que los productos norteamericanos portadores de sacarina han de llevar anunciando el riesgo de c¨¢ncer que deriva de su consumo? Seg¨²n nos explica el doctor Ponz, la decisi¨®n de indicar en el envase semejante riesgo deriva de la imposici¨®n de la legislaci¨®n norteamericana que obliga a los productos con riesgos a indicarlos, sin obligar, en cambio, a indicar a partir de qu¨¦ dosis se producen los riesgos: ?Aunque, como sucede en este caso, sean dosis ochocientas veces superiores a las habituales las que pueden suponer peligro, el Congreso de Estados Unidos ha dispuesto que se anuncie el riesgo, pero eso es todo en lo que se ha quedado el primitivo proyecto de suprimir la sacarina. ?
Bebidas refrescantes
La sacarina, en forma de sal s¨®dica, es un edulcorante artificial, ?autorizado para su venta espa?ola -seg¨²n rezaba un comunicado de la entonces Direcci¨®n General de Sanidad, con ocasi¨®n de los inicios del debate- bajo formas farmac¨¦uticas, generalmente en comprimidos, que suelen tener treinta miligramos cada uno. Tambi¨¦n est¨¢ autorizado su uso en la elaboraci¨®n de bebidas refrescantes, en la dosis m¨¢xima de veinte miligramos por cien mililitros de la bebida. Estas bebidas con sacarina, o ciclamato, se identifican en la etiqueta, precinto o tap¨®n, con la leyenda contiene edulcorantes artificiales. Igualmente est¨¢ autorizado el uso de sacarina en la elaboraci¨®n de productos diet¨¦ticos, circunstancia que debe figurar obligatoriamente en la etiqueta del correspondiente envase?.Precisamente la aparici¨®n constante de nuevas bebidas, sin alcohol, se asocia frecuentemente a la incorporaci¨®n de peque?as dosis de sacarina. El se?or Ponz explica la oposici¨®n a que la sacarina se retirase del mercado proviniente del gran n¨²mero de consumidores de la misma y de las entidades suministradoras de ese consumo: ?En el Central Park, de Nueva York, por ejemplo -dice-, se ofrecen carritos con bebidas refrescantes portadoras de sacarina: Tab, que ahora va a entrar en Espa?a; Diepepsi, que a¨²n no lo ha hecho; Fresca; etc¨¦tera. Los supermercados est¨¢n all¨ª llenos de esos productos. Se trata de un pa¨ªs en el que un alto consumo llev¨® a millones de personas a adquirir un gran peso, por lo cual, en l¨®gica reacci¨®n, existen cinco millones de ciudadanos que vigilan su peso y consumen bastante sacarina.?
Asociaciones de consumidores y representantes de las entidades productoras lograron parar la prohibici¨®n de la sacarina, reduciendo la medida a la m¨¦ra indicaci¨®n en el envase similar a la de los cigarrillos. En el Reino Unido y Estados Unidos, las cajetillas de tabaco, excepto las que se exportan a pa¨ªses como Espa?a, donde no existen medidas oficiales al respecto, se?alan la peligrosidad del producto.
Presiones y juegos de intereses
Considera el se?or Ponz que existen grandes juegos de intereses en todo el asunto y que fuertes presiones quieren retirar la sacarina del mercado, producto que ?ya no interesa, ni tiene patente?.Las autoridades sanitarias espa?olas no piensan, por ahora, seguir el ejemplo preventivo de la Administraci¨®n norteamericana, ci?¨¦ndose a las indicaciones m¨ªnimas dictaminadas por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, organismo que se ha propuesto llevar a cabo una profunda investigaci¨®n en el tema que durar¨¢ hasta 1980 y que recomienda, a nivel mundial, una dosis m¨¢xima de sacarina de 2,5 miligramos por kilogramo de peso de la persona que la ingiere. Esto puede suponer unos 150 miligramos para una persona de setenta kilogramos de peso, equivalente a cinco comprimidos diarios.
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