El proceso de "desmaoizaci¨®n" no ha terminado
Con el proceso de ?desmaoizaci¨®n? todav¨ªa lejos de finalizar, el Comit¨¦ Central del Partido Comunista chino ha convocado la V Asamblea Nacional del Pueblo, que inici¨® el domingo sus trabajos. La puesta en marcha del Plan de Desarrollo 1978-85 no admite aplazamientos. Junto con ¨¦l se dar¨¢ a conocer el proyecto de nueva Constituci¨®n. El com¨²n denominador de las decisiones pol¨ªticas y de las econ¨®micas parece ser el ala Teng Siao-ping. En los ¨²ltimos tiempos viene habiendo en China, desde enfrentamientos militares, a rebeliones y manifestaciones civiles; de sublevaciones en provincias, a feroces luchas palatinas.La herencia del mao¨ªsmo present¨® factura con Mao a¨²n en vida. La depuraci¨®n, acelerada desde el oto?o pasado, ha producido la destituci¨®n de nada menos que dos tercios de los funcionarios chinos (m¨¢s de un mill¨®n de personas), seg¨²n revelan las asambleas locales preparatorias de la nacional. Ahora alcanza la criba al Bur¨® Pol¨ªtico, a altos jefes militares, como Saifudin (primera autoridad de la provincia de Sinkiang, estrat¨¦gica por su frontera con la URSS y por situarse en ella las bases at¨®micas chinas). Si se piensa que el Comit¨¦ Central hab¨ªa sido ratificado hace s¨®lo siete meses por el presidente Hua Kuo-feng durante el XI Congreso del partido, en agosto del 77 se advierte la rapidez de la ascensi¨®n del ala Teng, quien, en esta ?contrapurga?, est¨¢ rehabilitando a los millares de depurados por las purgas mao¨ªstas, no s¨®lo durante la revoluci¨®n cultural, sino que, con anterioridad, en 1959, con el asunto Peng Teh-juei, y en el movimiento ?antiderechista? de 1957.
De la primera Constituci¨®n de 1954, a la cuarta de 1975 se extienden veinte a?os de estalinismo progresivo: eliminaci¨®n pol¨ªtica o f¨ªsica de cuantos difirieran del gran timonel, desplazamientos arbitrarios de poblaci¨®n, cotas de culto a la personalidad y presi¨®n psicol¨®gica en mucho superiores a las alcanzadas por la Uni¨®n Sovi¨¦tica. La Constituci¨®n del 17 de enero del 75 no hizo sino fijar por escrito un estado de cosas preexistente y omn¨ªmodo, rubricado por la Asamblea Popular, cuarta celebrada desde 1954, pese a que, te¨®ricamente, hubiera debido reunirse todos los a?os. Los diputados, obviamente un¨¢nimes, ratificaron las disposiciones tomadas por el Comit¨¦ Central: Sumisi¨®n absoluta del Estado al partido, quedando aqu¨¦l como simple ap¨¦ndice administrativo de obedientes funcionarios; liquidaci¨®n o subordinaci¨®n de todos los organismos semiindependientes; desaparici¨®n del cargo de presidente de la Rep¨²blica; anulaci¨®n de las garant¨ªas jur¨ªdicas y supeditaci¨®n del legislativo y el ejecutivo al partido, a la polic¨ªa. Los diecinueve art¨ªculos sobre los derechos civiles, de la Constituci¨®n del 54 no eran sino cuatro en la del 75, desapareciendo, entre otros, el derecho a escoger y cambiar de residencia, la inviolabilidad de la correspondencia, la libertad de creaci¨®n art¨ªstica y cultural. La Constituci¨®n de 1975, en la que los 106 art¨ªculos de la del 54 fueron reducidos a treinta, quedar¨¢ como uno de los m¨¢s puros ejemplos de institucionalizaci¨®n del ?Estado de hecho?, una m¨¢quina policial antag¨®nica al Estado de derecho.
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