Sublime Umbral
Aun encant¨¢ndome la gran carga literaria de su estilo, su condici¨®n de ?animal literario? que aparece en cuanto junta dos palabras, lo que m¨¢s agradezco de las colaboraciones de Umbral en ese diario es su oportunidad. Encontrar en alguna parte de la prensa ese comentario oportuno, ese enfoque necesano de ciertos acontecimientos de la realidad nacional que, aunque banales a veces, suelen ser los m¨¢s significativos, es un puro goce, un descanso psicol¨®gico, la comodidad espiritual de sentir que alguien ha dicho ya p¨²blicamente lo que era necesario decir, de ironizar sobre lo que era necesario ironizar.As¨ª, por ejemplo, el reciente art¨ªculo ?Qu¨¦ error, qu¨¦ inmenso error?, o el m¨¢s reciente sobre la dimisi¨®n de De Arespacochaga.
Naturalmente, hay d¨ªas menos acertados. Ni Umbral ni Mallarm¨¦ pueden ser ?sublimes sin interrupci¨®n?, como quisieran.
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