Yashchenko, el nuevo Brumel de las alturas incre¨ªbles
Desde los 8,90 en salto de longitud logrados por el norteamericano Bob Beamon en los Juegos Ol¨ªmpicos de M¨¦xico en 1968, ninguna plusmarca ha suscitado tantos comentarios. Al igual que entonces result¨® casi incre¨ªble que un hombre pudiera sobrepasar una distancia equivalente a tres ?seiscientos?, coche de moda entonces, ahora se puede especular c¨®mo otro es capaz de superar una altura s¨®lo cinco cent¨ªmetros inferior al techo de un piso normal de nuestros edificios impulsado ¨²nicamente por sus piernas.Si cabe comparar de alguna forma dos gestas impresionantes como las de Beamon hace ya casi diez a?os o la de Yashchenko ahora indudablemente hay que concretar diferencias. El negro norteamericano consigui¨® su r¨¦cord al aire libre y en unas condiciones tan ideales que se adelant¨® muchos a?os -a la vista est¨¢- al progreso normal de la superaci¨®n humana en atletismo. Por un lado, gracias a las condiciones externas-velocidad de viento favorable justamente hasta lo permitido (dos metros por segundo), temperatura y sol agradables y la gran altitud de M¨¦xico DF, 2.200 metros sobre el nivel del mar, ideal para vencer la menor resistencia del aire en un esfuerzo de corta duraci¨®n y m¨¢s a¨²n con impulso final sin apoyo en el suelo- Por otro, gracias a las internas del propio atleta, que logr¨® el r¨¦cord en su primer intento, batiendo bien en la tabla de salida y en una explosi¨®n de m¨²sculos sin igual al estar totalmente relajado de los posibles nervios posteriores en la competici¨®n.
Un caso distinto
El caso de Yashchenko, en cambio, ha sido bien distinto y fruto no de una inspiraci¨®n moment¨¢nea como Beamon -aunque los dos con calidad innata, evidentemente-, sino de un proceso perfectamente calculado, pese a sus excesivos fallos, pues el tercer intento con ¨¦xito del atleta sovi¨¦tico sobre 2,35 fue su vig¨¦simo salto del concurso. Comenz¨® en 2,10, altura que super¨® al segundo intento; 2,15, al primero; 2,18 y 2,23, ambos al segundo; 2,25, al tercero; 2,27, 2,29 y 2,3 1, nuevamente al segundo; 2,33, al primero y, 2,35, al tercero. Su serie, que normalmente se?ala fallos en el primer salto, demuestra que tal vez est¨¢ falto de concentraci¨®n por su juventud. Gracias a ¨¦sta, sin embargo, pudo permitirse el lujo de superar una mejor marca mundial -en pista cubierta no hay r¨¦cords oficiales, al variar mucho las instalaciones- despu¨¦s de cuatro horas largas de competici¨®n. Por ¨¦l hubiese intentado a continuaci¨®n los 2,36, pero su entrenador no le dej¨®.Yashchenko naci¨® pr¨¢cticamente para el gran atletismo mundial el 3 de julio del a?o pasado. En un encuentro USA-URSS, categor¨ªa juniors, super¨® de forma totalmente inesperada el r¨¦cord mundial al aire libre, con 2,33 metros. Cuanto todo el mundo esperaba que el sucesor de Stones -2,32- ser¨ªa otro sovi¨¦tico, Grigoriev, que acababa de batir el r¨¦cord europeo con 2,30, Yashcheriko saltaba -nunca mejor dicho- al primer plano y recuperaba para la URSS una plusmarca perdida desde la ¨¦poca dorada de Valery Brumel, un hombre que con sus 2,28 se adelant¨® tambi¨¦n muchos a?os a la superaci¨®n normal. Como si quisiera ser un fiel sucesor suyo utilizaba tambi¨¦n el estilo de rodillo ventral y no el fossbury, como Stones o Grigoriev. El 20 de agosto, poco m¨¢s de un mes despu¨¦s Yashchenko superaba los 2,30 para ganar el t¨ªtulo europeo junior en Donetsk y confirmaba -aunque en, peque?as dosis para 1977- su enorme clase. Fallaba, adem¨¢s, por muy poco, los 2,35, al igual que en, Richmond. En el resto del a?o, el de su ?lanzamiento? no se prodigaba m¨¢s. Su carrera deb¨ªa ser tratada con cuidado de laboratorio.
En el atletismo, por casualidad
Yashchenko, un joven estudiante de Educaci¨®n F¨ªsica en Zaporodje, a cien Kil¨®metros de Kiev, en Ucrania, naci¨® el 12 de enero de 1959. Acaba, pues de cumplir los diecinueve a?os. Su padre es obrero metal¨²rgico y ¨¦l lleg¨® al salto de altura por casualidad, pues practicaba el balonmano, pero dada su elevada estatura para su edad -hoy mide 1,96, con 82 kilos- un d¨ªa en la escuela le propusieron intentarlo. A los trece a?os salt¨® 1,60; a los quince, en 1974, super¨® por primera vez los dos metros; en 1975: 2,12; 1976: 2,22; 1977: 2,33. Su progresi¨®n, pues, no ha podido ser m¨¢s fulgurante y quiz¨¢ exagerada. Los 2,33 de 1977 al aire libre fueron una enorme sorpresa, pues s¨®lo hab¨ªa saltado 2,20 en pista cubierta a primeros de a?o y ni siquiera particip¨® en los Campeonatos de Europa de San Sebasti¨¢n.
?Brumel o Yashchenko?
Las comparaciones siempre son complicadas, pero deben hacerse al utilizar Yashchenko el mismo estilo de rodillo ventral que Valery Brumel, el m¨¢s grande saltador de altura de todos los tiempos, hasta ahora. Por lo pronto, cabe decir que Yashchenko s¨®lo ha estado en una concentraci¨®n con Diatchkov, el entrenador de Brumel, y ¨¦l niega que haya copiado su estilo, aunque confiese que al ser el mejor t¨¦cnico sobre rodillo ventral, todos los entrenadores -incluido el suyo en Ucrania- sigan su escuela.En realidad la diferencia fundamental de Yashchenko con Brumel -que med¨ªa s¨®lo 1,85 metros- estriba en el tipo de impulsi¨®n para el salto. Mientras Brumel -c¨®mo el germano democr¨¢tico Beilschmidt ahora- lo hac¨ªa m¨¢s a base de potencia en la batida, Yashchenko utiliza la velocidad, arma fundamental de los especialistas de fossbury. Si ¨¦stos llegan al list¨®n despu¨¦s de una carrera a veintiocho o incluso treinta kil¨®metros por hora, Yashcheriko lo hace casi a veinticuatro, muy superior, pese a todo, a los quince o dieciocho de los saltadores de ventral en potencia. Por ello tal vez tiene a¨²n defectos sobre el list¨®n, propios de esa velocidad impresa.
Por otro lado, adem¨¢s de la velocidad Yashchenko presenta una diferencia apreciable respecto a Brumel o Beilschmidt. Estos mantienen pr¨¢cticamente paralelo su cuerpo sobre el list¨®n ?domin¨¢ndolo? en el rodillo, y ¨¦l, que lo ataca casi de cara, baja r¨¢pidamente el torso, como si se tirara de cabeza. De esa forma tan particular consigue algo fundamental en el salto de altura, que a fin de cuentas tiene el problema f¨ªsico de luchar, con medios musculares contra la ley de la gravedad. Yashchenko, con su postura, si salt¨® 2,35 elev¨® tan s¨®lo su centro de gravedad a 2,32 o 2,33 y lo equilibr¨®, naturalmente. Calculando de forma aproximada que para su estatura de 1,96 el centro de gravedad del atleta debe estar aproximadamente a 1,15 ¨® 1,16 metros del suelo, resulta que al superar los 2,35 lo ?subi¨®? 1,18 metros del suelo. Aparte del impulso con su pierna derecha, fundamentalmente lo hizo con la izquierda, la de batida en un doble movimiento de deslizamiento y despegue.
Tras su plusmarca y cuando parec¨ªa que el ?fossbury? se iba a imponer, se demuestra que el rodillo ventral no se da por vencido. Yashchenko es muy posible que no ejerza el dominio imperial de Brumel, que subi¨® en tres a?os - 1960 a 1963- de 2,23 a 2,28, sin que se superara esta ¨²ltima marca hasta 1971, por un sorprendente Matzdorf -2,29- y, posteriormente, por Stones -2,30 en 1973 y 2,31 y 2,32 en 1976. Hay demasiados ?aspirantes? como los que ya han saltado 2,30 o algunos que pueden perfectamente hacerlo -casos de los norteamericanos Arney o Fields o los alemanes federales Killing, tercero en Mil¨¢n, y Traenharddt- Sin embargo, tras ver las gestas de Yashcheriko, cabe pensar que ¨¦l ser¨¢ quien atente a la nueva barrera de los 2,40 metros. Los atletas seguir¨¢n luchando con sus m¨²sculos y sus t¨¦cnicas contra las leyes siempre atacadas, en un continuo reto a lo imposible, de la gravedad.
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