Boxear, pese a todo

Me parece muy conveniente la campa?a realizada en EL PA?S en torno al boxeo.En 1929 ¨® 1930 fui campe¨®n universitario de Catalu?a de los pesos ligeros. Tan s¨®lo realic¨¦ cuatro combates que gan¨¦ sin haber sido nunca castigado por mis contrarios. Pero me di cuenta que la pr¨¢ctica de este deporte, incluso en entrenamiento, disminuye la capacacidad mental, y, l¨®gicamente, lo abandon¨¦.

El boxeo no es de los deportes m¨¢s peligrosos. La escalada, el paracaidismo, el automovilismo y el motorismo, y quiz¨¢ alguno m¨¢s, son much¨ªsimo m¨¢s peligrosos. Sin embargo, el boxeo es el m¨¢s brutal, el que est¨¢ m¨¢s alejado del sentido deportivo de la vida, el que carece de la mayor parte de los encantos de la pr¨¢ctica deportiva.

?Tiene derecho el Estado a prohibir el boxeo por su peligrosidad, cuando se permite la publicidad del tabaco y del alcohol, que en un solo d¨ªa lesiona m¨¢s la salud p¨²blica que el boxeo en un siglo? El deporte exige la profesionalidad cuando alcanza niveles m¨¢ximos. La profesionalidad tiene muchos aspectos negativos, incluso contra el mismo deporte, pero dado el planteamiento competitivo del espect¨¢culo deportivo, y su incongruente vinculaci¨®n con la pol¨ªtica y los patriotismos, creo que no existen esperanzas de suprimir el deporte profesional durante muchos a?os, particularmente en los pa¨ªses de bajo nivel deportivo, aunque parezca una paradoja .

Presidente y fundador del Canoe, N. C.