Violaci¨®n de los derechos humanos: la tortura y la profesi¨®n m¨¦dica
La tortura es, probablemente, una de las invenciones del g¨¦nero humano m¨¢s degradantes para el propio hombre de cuantas se conocen. El tema, lejos de ser un recuerdo hist¨®rico, tiene la m¨¢s absoluta y radical de las vigencias. Recientemente se ha celebrado en Atenas un simposio internacional al que asistieron cien m¨¦dicos en busca de la difusi¨®n de una conciencia que erradique el problema. En Espa?a, el pasado 13 de marzo mor¨ªa en la prisi¨®n de Carabanchel el recluso Agust¨ªn Rueda, v¨ªctima de malos tratos. Una actualidad, lamentablemente, muy pr¨®xima a todos en el tiempo y en el espacio.
M¨¢s de cien m¨¦dicos de Europa, Am¨¦rica Latina y Am¨¦rica del Norte hicieron un llamamiento a sus colegas de todo el mundo para que consideren la tortura como una enfermedad traum¨¢tica -infligida por los hombres sobre sus semejantes- cuyas consecuencias se deben investigar y hacer p¨²blicas. El llamamiento de los m¨¦dicos se produjo a ra¨ªz de un seminario de dos d¨ªas de duraci¨®n que se celebr¨® en Atenas. El tema monogr¨¢fico del mismo fue el de Violaci¨®n de derechos humanos: la tortura y la profesi¨®n m¨¦dica.
Entre el 29 de octubre y el 1 de noviembre de 1977 se celebr¨® en L¨¦rida la XV Reuni¨®n de Medicina Psicosom¨¢tica y Psicoterapia Espa?ola con un tema similar: El m¨¦dico, ante la tortura. La representaci¨®n espa?ola al seminario de Atenas estuvo formada por los doctores Colodr¨®n, Corominas y Valle. En la mencionada reuni¨®n internacional se pidi¨® tambi¨¦n a los Gobiernos que permitan la asistencia m¨¦dica a los prisioneros y centros de reclusi¨®n, en colaboraci¨®n con otras organizaciones de derechos humanos, como el comit¨¦ internacional de la Cruz Roja. Diversos grupos de m¨¦dicos de Amnist¨ªa Internacional ya han realizado misiones en este sentido, y har¨¢n tantas investigaciones como sean necesarias para analizar las acusaciones de tortura y malas condiciones en las c¨¢rceles, adem¨¢s de la falta de asistencia m¨¦dica a los prisioneros pol¨ªticos.
La representaci¨®n de Dinamarca, la m¨¢s numerosa del seminario y en ella figuraba como testigo la m¨¦dica espa?ola Genoveva Forest, mujer del escritor y dramaturgo Alfonso Sastre, realiz¨® sus trabajos en Grecia, sobre los efectos de golpear en las plantas de los pies, pr¨¢ctica que sufrieron diversas personas durante los a?os de la junta militar de los coroneles. Los m¨¦dicos de Holanda, Canad¨¢ y Suecia iniciaron un trabajo con refugiados v¨ªctimas de la tortura procedentes, en su mayor parte, de Am¨¦rica Latina.
Los participantes en el seminario recalcaron la necesidad de subvenciones y ayudas para las investigaciones sobre la tortura, en las que se traten temas relativos a estudios forenses, entrenamiento de torturadores, examen de se?ales de torturas y la provisi¨®n de una mejor asistencia a las v¨ªctimas de la misma.
En el terreno de la ¨¦tica profesional, los doctores de Amnist¨ªa Internacional reafirmaron su apoyo a la Declaraci¨®n de Tokio de 1975 de la Asociaci¨®n Mundial de M¨¦dicos, en la que se proh¨ªbe a ¨¦stos colaborar en los actos de tortura y malos tratos a los prisioneros. Los m¨¦dicos del mencionado organismo -premio Nobel de la Paz el a?o pasado- escribieron hace unos d¨ªas a 17 m¨¦dicos y psiquiatras de Chile, Sur¨¢frica y la Uni¨®n Sovi¨¦tica, entre otros pa¨ªses, en los que se acusa a los m¨¦dicos de colaborar en la tortura de los prisioneros pol¨ªticos. Con ¨¦ste escrito comienza una nueva campa?a para disuadir a toda la profesi¨®n m¨¦dica de colaborar con los torturadores y redoblar los esfuerzos de las organizaciones, nacionales e internacionales, para que castiguen a los m¨¦dicos colaboracionistas. Por otra parte, se solicit¨® a la Organizaci¨®n Mundial de la Salud la r¨¢pida redacci¨®n de un c¨®digo ¨¦tico que comprometa a la profesi¨®n contra la tortura a la vez que investigue las acusaciones de m¨¦dicos involucrados en este tipo de pr¨¢cticas.
La doctora Estela Cornelia de Falicoff, asistente al seminario pidi¨® a sus colegas que la ayudasen a encontrar a su marido, y tambi¨¦n m¨¦dico argentino Alberto Falicoff, que fue secuestra do en su casa de Buenos Aires e 25 de noviembre de 1976. En su calidad de m¨¦dico hab¨ªa tenido trato con parientes de detenidos y desaparecidos antes de producirse su propio secuestro. La doctora Falicoff tambi¨¦n fue detenida un corto per¨ªodo de tiempo vio a su marido despu¨¦s de haber sido golpeado, torturado con electricidad y de permanece atado de pies y manos durante semanas. Desde diciembre de 1976, el doctor Falicoff ?desapareci¨®? dentro del sistema carcelario argentino.
El m¨¦dico sueco Arri Meyer-Lye habl¨® sobre asesinatos en masa y torturas en Etiop¨ªa. ? Aparte de los conflictos armados, provocados por disputas internas -se?al¨® el doctor Meyer- un gran n¨²mero de oponentes pol¨ªticos son tachados de sospechosos, la mayor¨ªa de ellos j¨®venes, aunque tambi¨¦n hombres, mujeres y ni?os inocentes. Muchos han sido asesinados en la reciente campa?a contra "el terror rojo" organizada por el Gobierno. Esta campa?a de asesinatos pol¨ªticos se ha desorbitado en comparaci¨®n con las amenazas que hicieron algunos grupos de la oposici¨®n de matar a algunos oficiales del Gobierno. Las fuerzas de seguridad del mismo practicaron la tortura a gran escala. Recientemente idearon un nuevo sistema: introducir barras de hierro al rojo vivo en las vaginas de las mujeres, lo que causa la mutilaci¨®n f¨ªsica permanente. ?
El seminario tambi¨¦n se interes¨® por la suerte de siete psiquiatras sovi¨¦ticos del hospital psiqui¨¢trico especial de Sycliyovka, y de dos hospitales psiqui¨¢tricos m¨¢s en el territorio de Krasnoyarsk. Un prisionero de conciencia recientemente liberado, que estuvo en Mosc¨², afirm¨® que siete psiquiatras hab¨ªan sufrido la persecuci¨®n del KGB, por negarse a maltratar a los pacientes pol¨ªticos. Algunos de ellos han sido cesados o amenazados con el cese por sus actitudes tolerantes con estos ?pacientes?. Ultimamente, dos de ellos han sido arrestados, la doctora Olga Victorovna Makarova, de veintiocho a?os, y el doctor Anatoly Nikitich Barabanov, de treinta a?os.
La asamblea de doctores recomend¨® que las organizaciones gubernamentales e intergubernamentales, especialmente la ONU, estudien nuevos m¨¦todos para ayudar a los torturados.
Por otra parte, se consider¨® la necesidad de redactar un convenio internacional, obligatorio para los pa¨ªses firmantes, por el que se pudiera restituir la responsabilidad del Estado a trav¨¦s de la compensaci¨®n financiera, rehabilitaci¨®n a trav¨¦s de legislaciones nacionales elaboradas con este objetivo.
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