La Carpa, una aventura sueca de los teatros independientes
Espect¨¢culo itinerante que narra la historia del movimiento obrero
En todos los res¨²menes del a?o teatral sueco aparece una larga referencia a La Carpa, o m¨¢s exactamente al ?proyecto de la carpa?, un espect¨¢culo itinerante que narra, utilizando elementos del teatro, la m¨²sica y el circo, la historia del movimiento, obrero sueco bajo una inmensa lona de circo. La Carpa se ha presentado en m¨¢s de treinta ciudades y m¨¢s de 100.000 personas han visto la representaci¨®n de Somos millares ... una historia del movimiento obrero sueco. La carpa fue un experimento de teatro popular y, sobre todo, un experimento ¨²nico de trabajo colectivo.
Los protagonistas de la aventura fueron unos sesenta trabajadores de teatro miembros de cinco grupos independientes. Uno de ellos, Bj?rn Granath, explicaba as¨ª el origen de ?la carpa?: ?La mayor¨ªa de nosotros hab¨ªa comenzado a trabajar en grupos independientes, para poder influir en la realidad pol¨ªtica de nuestro pa¨ªs. Al cabo de nos a?os comprendimos los l¨ªmites de estos peque?os grupos de teatro que viv¨ªan de las subvenciones del Estado. Fue una experiencia muy interesante. Los grupos intentaron ponerse en contacto con la clase obrera y para ello se dirigieron a ABF (Asociaci¨®n Educativa de los Trabajadores, dominada por el Partido Socialdem¨®crata) y propusieron hacer representaciones para Obreros, cuya finalidad ser¨ªa la de impulsar las discusiones sobre el socialismo. ABF nos dijo que muy bien y nos subvencionaron, pero, evidentemente, frenaron a sus miembros, y el p¨²blico no vino a nuestras representaciones.??Intentamos tambi¨¦n actuar en lugares de trabajo y nos encontramos con las puertas cerradas. Nos dirijimos a los sindicatos y su inter¨¦s por el teatro, la cultura o nuestras inquietudes por el destino del socialismo fue absolutamente m¨ªnimo. Y entonces, decidimos montar "la carpa". La carpa fue, pues, el producto de una reflexi¨®n colectiva sobre los l¨ªmites del teatro independiente en la sociedad sueca que nosotros fuimos haciendo durante m¨¢s de diez a?os. Segu¨ªamos con la idea de llegar a los obreros suecos. Y entonces pensamos que habr¨ªa que empezar por contar la historia del movimiento obrero sueco, esa historia que la socialdemocracia ha ocultado cuidadosamente. En el folleto que presentaba la idea de "la carpa" lo escribimos as¨ª: "A la clase obrera sueca, desde hace ya muchos a?os, se le ha robado su propia historia y de esa manera se le ha despojado de un arma importante para su liberaci¨®n." Se sobreentend¨ªa que nosotros quer¨ªamos darle su historia, para que la utilizase en su lucha por su liberaci¨®n, claro. ?
Peter Walqvist, uno de los iniciadores de ?la carpa? y uno de los autores del texto de Somos millares..., explica as¨ª la g¨¦nesis de ?la carpa?: ?La idea surgi¨® en un seminario celebrado en agosto de 1976. Es en ese momento en el que, a pesar de las catastr¨®ficas realidades econ¨®micas, un grupo de unas sesenta personas se embarcan en la aventura de "la carpa" y meses despu¨¦s pasan el punto de "no retorno".
?Cinco grupos de teatro independientes se unen y forman la "Asociaci¨®n Nacional en favor del Movimiento Obrero sueco", cuya primera tarea va a ser la de contar la historia del movimiento obrero sueco.?
?En oto?o de 1976 se hace un presupuesto. Evidentemente, nosotros estamos convencidos de que para ser independientes debemos, tenemos que disponer, de nuestros medios de producci¨®n. Y el presupuesto es alto: aproximadamente un mill¨®n de coronas (unos diecisiete millones de pesetas).?
?Nuestra primera tarea teatral fue la de conseguir la financiaci¨®n. Presentamos nuestro proyecto anunciando, al mismo tiempo, la creaci¨®n de un fondo. Las personas interesadas en apoyar nuestro proyecto pod¨ªan prestamos un m¨ªnimo de cien coronas (unas 1.700 pesetas). As¨ª conseguimos medio mill¨®n de coronas.?
?El resto lo conseguimos en tres festivales de apoyo a "la carpa", celebrados en Estocolmo, Gotemburgo y Lund, en los que, adem¨¢s de conseguir el dinero, se popularizaba la idea de nuestro proyecto.?
?Esto nos permiti¨® presentar nuestra "carpa" al Consejo Nacional de Cultura, que no nos concedi¨® ayuda alguna. M¨¢s adelante cambi¨® de opini¨®n y nos dio una ayuda que apenas llegaba al 3 % del presupuesto total.?
?Conseguido el dinero compramos, en primer¨ªsimo lugar, "la carpa" y dos camiones. Una carpa de 38 metros de di¨¢metro, con capacidad para 1.500 espectadores. Compramos un equipo sonoro que nos cost¨® medio mill¨®n de coronas (ocho millones de pesetas). Luego un autob¨²s, que transformamos en una especie de cocina de campa?a. Y dos peque?as carpas: para ensayos y guarder¨ªa.
?Y decidimos alquilar treinta coches con caravana y cinco camiones para el momento de comenzar nuestra gira: el 1 de mayo de 1977.
Con la fecha del estreno ya decidida -1 de mayo-, un grupo de cuatro personas comenzaron a trabajar con el texto y otros cuatro con la puesta en escena.
Con un sistema de escribir, ensayar, tirar y vuelta a escribir, ensayar y tirar, hasta que el grupo se sintiese satisfecho, se lleg¨® a tener los dos primeros actos, m¨¢s o menos, acabados a mediados de marzo.
Durante el mes de abril se trabaj¨® d¨ªa y noche. Se ensayaba en los lugares m¨¢s ins¨®litos, se constru¨ªan los decorados, se compon¨ªa la m¨²sica, etc¨¦tera. Y todav¨ªa consideramos como un milagro socialista el haber podido estrenar la obra, tal como lo hab¨ªamos anunciado, el 1 de mayo..., a pesar de que el tercer acto se hab¨ªa terminado de escribir el 30 de abril!
Y desde ese d¨ªa a mediados de septiembre, recorrimos treinta ciudades, situada la m¨¢s septentrional a 2.000 kil¨®metros de distancia de la m¨¢s meridional e hicimos unas 65 representaciones. ?Algunas a bajo cero en la carpa!
Asamblea decisoria
En ?la carpa?, la asamblea es el organismo decisorio, que delega en los grupos la realizaci¨®n de las tareas. Y, evidentemente, ha funcionado para bien y para mal. Desde los d¨ªas en que aquello era un gallinero enloquecedor, hasta los d¨ªas en que se palpaba la democracia en que todos so?amos.Lo que s¨ª es cierto es que con un conglomerado de gentes muy diversas se fue formando un colectivo fuerte, muy unido. Fue una valiosa experiencia de trabajo en com¨²n.
Pero todo nuestro esfuerzo -sigui¨® hablando Bj?rn Granath- no hubiese tenido la m¨¢s m¨ªnima posibilidad de ¨¦xito de no haber creado unos ?comit¨¦s de apoyo? -unos cincuenta en todo el pa¨ªs- formados por unas cincuenta personas cada uno, con la misi¨®n de ayudar a ?la carpa?. Estos comit¨¦s hac¨ªan propaganda de la representaci¨®n, vend¨ªan entradas, estudiaban en cada lugar la historia del movimiento obrero y preparaban peque?as exposiciones, c¨ªrculos de estudio en torno al movimiento obrero de cada zona. Y al llegar nosotros, los comit¨¦s nos ayudaban en el trabajo pr¨¢ctico -levantar la carpa, organizar el servicio de orden, etc¨¦tera.
Los comit¨¦s de apoyo estaban formados por militantes de partidos y grupos pol¨ªticos situados a la izquierda de la socialdemocracia: militantes del Partido Comunista sueco, partidos mao¨ªstas, trotskistas, socialistas independientes, etc¨¦tera. Y ha sido una experiencia valios¨ªsima para todos estos grupos la de haber trabajado juntos en un proyecto com¨²n.
Lo ¨²nico que fall¨® por nuestra parte -debido al escaso personal que se ocup¨® de la administraci¨®n, ?por ese af¨¢n de lucha antiburocr¨¢tica!- fueron los contactos regulares con los grupos. Ahora vamos a invitar a todos los grupos a un semin¨¢irio para evaluar los resultados de "la carpa"?.
La representaci¨®n de Somos millares... (una historia del movimiento obrero sueco) en Estocolmo, a mediados de septiembre, en una de las ¨²ltimas funciones, tuvo lleno absoluto.
Durante cuatro horas y media, se presentan al espectador huelgas, represi¨®n, formaci¨®n de sindicatos, l¨ªderes obreros, hero¨ªsmo y traici¨®n, es decir, la historia del movimiento obrero sueco contada por peisonas que no sienten admiraci¨®n alguna por el reformismo.
La mezcla de estilos, desde el realismo m¨¢s tradicional a la astracanada, la transici¨®n de n¨²meros de circo a escenas de cabaret, la utilizaci¨®n de los espacios esc¨¦nicos, est¨¢ hecho con una vitalidad y un dinamismo asombrosos.
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