Sobre la Hemeroteca Municipal

Por razones profesionales, frecuento con relativa asiduidad la Hemeroteca Municipal de Madrid desde el verano de 1961. Tambi¨¦n he trabajado en otros centros de investigaci¨®n espa?oles y extranjeros y por ello me creo en condiciones de puntualizar algunos aspectos sobre la carta en que, hace pocos d¨ªas, las se?oritas Bilbatua y Benito planteaban el problema de la degradaci¨®n de la Hemeroteca, mezclando a mi modo de ver datos verdaderos, pero de entidad secundaria, y propiciando en conjunto una visi¨®n deformada de las cosas.En primer t¨¦rmino, porque esos datos que mencionan son reveladores de algo innegable: la penuria de medios con que hasta hoy se viene desenvolviendo la actividad de la Hemeroteca. S¨®lo hace unos d¨ªas ha podido restablecerse el servicio de tarde con amplitud razonable (de tres a ocho), ya que durante unos a?os solamente hubo personal para un tiempo de apertura reducid¨ªsimo, de seis a ocho. La misma limitaci¨®n material se observa en otros ¨®rdenes: servicio de reproducciones, vigilancia de las salas, incluso iluminaci¨®n. Lo que no parece razonable es culpar a la instituci¨®n de unas goteras, dada la edad del viejo edificio de la plaza de la Villa. Y en cuanto a los fondos valiosos, ah¨ª est¨¢n los grandes armarios de hierro en que se conservan las colecciones raras y los manuscritos, en perfecto estado, a la vista de los investigadores,

Por eso hay que decir que la penuria cr¨®nica en que se ha movido la Hemeroteca no puede calificarse sin injusticia de desidia. En los a?os que vengo frecuentando el centro han sido perfeccionados notablemente los ficheros, con referencias a organizaciones, reagrupamiento de colecciones, eliminaci¨®n de falsas signaturas, etc¨¦tera. Todo ello ha sido el fruto de una labor personal abnegada de direcci¨®n y auxiliares. Si ha habido degradaci¨®n de las colecciones, los responsables han sido m¨¢s de una vez los investigadores, y el problema, por otra parte, es com¨²n a otros centros europeos.