"Habr¨ªa necesitado m¨¢s de dos mil p¨¢ginas para contar todo el horror de las c¨¢rceles"
Uno de los temas m¨¢s tratados por la literatura de los ¨²ltimos a?os, la guerra civil espa?ola, en todos y cada uno de sus aspectos, desde el exilio, vida clandestina, c¨¢rcel hasta la historia estrictamente objetiva de unos a?os, ha dejado parad¨®jicamente siempre un hueco, una historia menor por describir: son las vivencias de los miles de mujeres que llenaron en los a?os de la posguerra las c¨¢rceles de Espa?a. Se pueden contar con los, dedos de la mano los libros dedicados a ahondar en esta experiencia terrible de las prisiones de mujeres en los a?os de la m¨¢s violenta represi¨®n franquista. Desde la noche y la niebla (mujeres en las c¨¢rceles franquistas), la novela-testimonio de Juana Do?a, que acaba de aparecer, hace una luz en esa oscuridad hist¨®rica rota por tan escasos relatos.
?Supongo que es evidente el porqu¨¦ ha sido as¨ª. Son los hombres los que han escrito esa historia, por tanto, se sienten los due?os, los ¨²nicos protagonistas. Apenas han dedicado algunas l¨ªneas. Y, sin embargo, est¨¢ claro que el calvario que nosotras hemos pasado es, en muchos aspectos, mucho mayor. El hecho de llevar encima a nuestros hijos, torturados o asesinados siempre en presencia de las madres, arrastr¨¢ndolos a lo largo del destierro, en la prisi¨®n. Eso ha sido espantoso. Los hombres tambi¨¦n sufr¨ªan con estas noticias, pero ver morir a un hijo segundo a segundo es mucho peor.?Juana Do?a, militante comunista desde 1933, candidata al Senado por la Federaci¨®n Unitaria de Trabajadores, como miembro de la ORT (Organizaci¨®n Revolucionaria de Trabajadores), que hoy ha abandonado para trabajar en Comisiones Obreras, condenada a muerte en 1947, describe, a trav¨¦s de su experiencia de dieciocho a?os de c¨¢rcel, diferentes historias de compa?eras y amigas sujetas como ella a las torturas m¨¢s alucinantes a manos de polic¨ªas y funcionarias de prisiones. ?A los vej¨¢menes normales para todo rojo detenido en aquella ¨¦poca, en el caso concreto de las mujeres hab¨ªa que a?adir la terrible violencia sexual que se desat¨® contra nosotras. Hacinadas, hambrientas, muertas, le fr¨ªo, enfermas. Sufrimos, sobre todo, en nuestra dignidad de mueres. Personajes tristemente m¨ªticos de estos a?os de tortura, la famosa Veneno, de la c¨¢rcel de mujeres de Ventas, o la terrible funcionaria de la prisi¨®n de Albacete, capaz de dejar correr vanamente el agua ante los ojos desorbitados de mujeres que llevaban m¨¢s de tres d¨ªas sin beber una gota. La historia es interminable, por eso he prefeido quedarme un poco corta.
El libro de Juana Do?a se inscribe en el ¨¢mbito tr¨¢gico del recientemente aparecido Se?or juez (soy presa de Franco ... ), de Mar¨ªa Francisca Dapena, o en el de Lidia Falc¨®n sobre la situaci¨®n m¨¢s actual de las presas sociales En el infierno. Esto y los libros de Genoveva Forest, Diario y cartas de la c¨¢rcel y Testimonio de lucha y resistencia, a los que cabr¨ªa a?adir el de Teresa Pamies, Mujer de preso, son probablemente casi lo ¨²nico escrito sobre la situaci¨®n de las mujeres en las c¨¢rceles tras la guerra civil, o su papel fuera de ellas con familiares dentro.
Algunas de las mujeres cuya terrible historia ha relatado Juana Do?a, viven y siguen militando como en tiempos pasados. ?Muchas no han querido que diera hoy su nombre real y, en general, he preferido omitirlos porque son muchas las protagonistas; se podr¨ªa decir que todas aquellas mujeres encarceladas son verdaderas protagonistas de mi novela. Detr¨¢s de Paquita -compa?era de Leonor, Juana- est¨¢ Lolita M¨¢rquez en realidad; detr¨¢s de Mariana, Pilar de la Torre, mientras Emilio era en la vida real Eugenio Mes¨®n, dirigente juvenil del PCE, y no viaj¨® a Alicante, sino que fue fusilado mucho antes. ?Se trata muchas veces de peque?as licencias que me he permitido porque hay cosas que prefiero no decir. Respecto a los nombres, lo que no quiero es que ninguna de estas compa?eras se enfade o se sienta excluida si no se la menciona. Pero todo lo dem¨¢s es real. Lo peor de aquella etapa, con ser todo muy terrible -se?ala Juana Do?a-, fueron probablemente los siete a?os que pas¨¦ en el penal de castigo de Guadalajara. El personal estaba seleccionado y se hab¨ªa instruido en los campos nazis de exterminio. Es la ¨²nica etapa de mi vida en la que he pensado seriamente en suicidarme.?
El libro de Juana Do?a tiene la importancia que se?ala Alfonso Sastre, en su pr¨®logo, de ser un testimonio que nos comunica con un mundo dif¨ªcilmente, comunicable, inexplicable, casi irreal.
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