El bingo
Ya est¨¢, ya va a empezar el bingo de la prensa, o sea el que ha montado la Asociaci¨®n en la sede de Callao. Por Fin he entendido yo aquello de la pir¨¢mide informativa que explicaba don Pedro G¨®mez Aparicio, as¨ª como las razones de su inversi¨®n: le das la vuelta a la pir¨¢mide informativa y sale un bingo.Franco, que ten¨ªa el carnet n¨²mero uno, me parece. quiso hacer del periodista un contraesp¨ªa. pero lo de ahora es peor, porque han hecho del periodista un croupier, oficio que respeto y admiro, mayormente por las pel¨ªculas, pero que no es el nuestro, me parece. As¨ª como unos seis millones de pesetas espera sacar la Asociaci¨®n esta de la cosa, a base de bingo, y tengo que llamar yo a B¨¢rbara Rey, hombre, para que me lleve, o sea al bingo, que ya no me llevas a ninguna parte, B¨¢rbara, y yo s¨¦ que es aficionada y se le da bien y saca una pastizara.
Cuando yo. all¨¢ en provincias, so?aba con el periodismo, me ve¨ªa como un cruce de Clark Gable, reportero audaz en el cine, y C¨¦sar Gonz¨¢lez-Ruano, escritor decadente en los peri Sdicos. Lo que no me ve¨ªa es como croupier con manguitos, visera de celuloide y puro viejo en la boca. cantando el bingo. Menos mal que los sucesivos directores generales no quisieron darme el carnet. Entonces me sent¨® mal, pero ahora comprendo que ve¨ªan en m¨ª algo m¨¢s que un croupier.
Me llama Corrales Egea, profesor, escritor, estudioso de la novela, novelista, para decirme que en La Sorbona estudian mis textos y que le aclare algunos conceptos de esta columna. Ahora que los profesores de La Sorbona empiezan a estudiarnos a los periodistas espa?oles, nosotros cogemos, agarramos y nos ponemos de croupiers. Nunca nos entender¨¢ la Francia.
El bingo-press corrilienza a funcionar el lunes y consta de tres salas. bar, cafeter¨ªa y comedor. O sea, la pir¨¢mide informativa, pero bien amueblada, transmobelada y confortabilizada. Yo creo que hay que ir, B¨¢rbara, mira a ver.
La prensa siempre ha tenido mala prensa. Que unos periodistas se venden y otros no saben ni venderse. Ahora vamos a mejorar la imagen probando de tah¨²res. Intervi¨² sacar¨¢ un especial donde unas gentes opinamos sobre el secuestro del ¨²ltimo n¨²mero. Cuando nos hayan secuestrado los quioscos enteros, nos quedaremos los periodistas en lo que al parecer somos: en bingueros. Con nosotros no van a poder.
El bingo-press va a funcionar de siete de la tarde a tres de la ma?ana, que es m¨¢s o menos el horario de redacci¨®n de cualquier peri¨®dico.
Algo se ha salvado de nuestro viejo y olvidado' oficio. S? la prensa espa?ola va a seguir su friendo secuestros, ataques, mutilaciones, huidas de la publicidad (vergonzosamente copada por el Estado/TVE, como denuncia Prego), lo mejor es que nos defendamos con un b i ngo en cada redacci¨®n para dar de comer a la santa esposa y hacernos fuertes hasta que vuelva la libert¨¦ o Juan Aparicio, que tambi¨¦n puede volver.
Los compa?eros de Le Monde se inventaron eso de la cooperativa period¨ªstica para asegurar su independencia informativa y profesional, su libertad. Los espa?oles, mucho m¨¢s imaginativos. hemos inventado el bingo. Nos contaba el gran Haro Tecglen c¨®mo un cierto administrador del Espa?a de T¨¢nger decidi¨® cortar la linotipia y, efectivamente, fueron dos moros con un serrucho y se llevaron unas tajadas de hierro. Podemos hacer lo mismo en cada peri¨®dico, y en el espacio liberado se pone un bingo. Con un bingo en la trastienda, ya no necesitamos publicidad. subvenci¨®n estatal ni pasta de los Bot¨ªn o los Fierro.
Podremos valernos por nosotros mismos. Al Fin vamos a ser independientes. El bingo-press de Callao no lo han puesto para comprar la libertad. sino para pagar viejas y enredadas deudas. O sea, que da as¨ª como un poco de verg¨¹enza
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