Dif¨ªcil panorama para el equipo nacional
El esqu¨ª espa?ol, seg¨²n sus resultados, ha tenido la temporada m¨¢s nefasta que se pod¨ªa esperar desde hace algunos a?os. Ahora se trata de buscar a los culpables de este fracaso, y es muy posible que rueden algunas cabezas (como las que ya han rodado con los corredores excluidos de los equipos nacionales tras los Campeonatos de Espa?a). Sin embargo, el problema parece residir fundamentalmente en que todo el esqu¨ª de competici¨®n adolece de un sistema coherente y de una base suficientemente eficaz como para poder reforzar al equipo nacional durante un largo tiempo.
En efecto, si se da marcha atr¨¢s y nos situamos en el a?o 1972, concretamente en la ciudad nipona de Sapporo, se ver¨¢, con bastante nitidez, c¨®mo all¨ª qued¨® en evidencia la falta de m¨¦todo que exist¨ªa en la FEDE por aquel entonces. Precisamente la medalla de oro de Paco Fern¨¢ndez Ochoa -una genial individualidad, pero no un equipo- contribuy¨® a dejar todo esto al descubierto, por chocante que pueda resultar. Porque, una vez pasado el furor inicial por este galard¨®n, los m¨¢s sensatos comenzaron a plantearse, con toda raz¨®n, en qui¨¦n ten¨ªa la capacidad y la calidad suficiente para, en su d¨ªa, tomar el relevo del campe¨®n ol¨ªmpico.Mucho turismo y ninguna calidad
Es muy sintom¨¢tico que de un pa¨ªs cuyo esqu¨ª de turismo tiene un nivel medio de los mejores del mundo no salgan esquiadores de calidad para la competici¨®n. Es m¨¢s, no existe una masa de j¨®venes interesados en pertenecer a los equipos nacionales, a pesar de que son muchos los que practican el esqu¨ª de competici¨®n. Precisamente entre los llamados ?ciudadanos? hay algunos que tienen gran calidad y que, en repetidas ocasiones, han superado a los miembros de los equipos nacionales, como es el caso de Vidaurreta, Vicente-Arche, Puig, etc¨¦tera. Entonces, ?por qu¨¦ no tienen inter¨¦s por pertenecer a estos equipos representativos? Quiz¨¢ la respuesta haya que buscarla en la falta de planificaci¨®n existente en cuanto al futuro de los corredores, los cuales, despu¨¦s de gastar sus mejores a?os dedicados al esqu¨ª, al llegarles la hora de la retirada se encuentran literalmente en ?la calle? (excepto los fuera de serie) sin ninguna ayuda por parte de la FEDE (l¨¦ase el caso de Aurelio Garc¨ªa).
Por esto, y otras causas, muchos padres se niegan a que sus hijos abandonen los estudios para formar parte del equipo, al no haber ning¨²n futuro seguro para ellos el d¨ªa en que ya no puedan correr.
Uno de los pocos ?inventos? que la Federaci¨®n tuvo por esos tiempos, para intentar paliar este problema, fue la creaci¨®n del colegio Juan March, en Viella, al cual se siguen mandando todos aquellos ni?os que constituyen una seria ?promesa? para el esqu¨ª y que, de este modo, pueden seguir cursando sus estudios primarios a la vez que se entrenan con un control bastante eficaz. Sin embargo, esta idea, a pesar de la buen¨ªsima intenci¨®n con que se llev¨® a cabo, tiene dos problemas fundamentales. Uno, en cuanto al futuro del esquiador (de nuevo este problema que casi es obsesivo para los corredores), pues, a pesar de tener unos estudios primarios adquiridos en el colegio March, cuando llegan a integrarse en los equipos, no tienen apenas ocasi¨®n de poder realizar estudios superiores. El segundo problema apunta hacia el rendimiento del ni?o en el colegio, porque a esa edad resulta muy duro el estar separado de su familia y amigos durante un curso entero. De este modo no rinden ni en esqu¨ª ni en los estudios. ?Cu¨¢ntos ni?os, buenos esquiadores en su lugar de procedencia, se han malogrado en el colegio de Viella? De todos los que han pasado por all¨ª, ¨²nicamente una minor¨ªa ha dado buenos resultados. De esa formase repite el problema inicial: as¨ª no se puede crear una buena base.
?No ser¨ªa m¨¢s interesante el potenciar el esqu¨ª infantil de competici¨®n, en forma de clubs o equipos, a nivel de estaciones de esqu¨ª o los pueblos cercanos a ¨¦stas?
Problema de entrenadores
Por ¨²ltimo, y siempre dentro del an¨¢lisis del esqu¨ª espa?ol de competici¨®n, cabe destacar la cuesti¨®n de los entrenadores.Los esquiadores se quejan de que los entrenadores que tienen actualmente no todos est¨¢n capacitados y, sin embargo, cuando ocurre alg¨²n desastre, como el de los Mundiales de Garmisch, se culpa a los corredores y, si es preciso, se separa a varios de ¨¦stos de los equipos. Al parecer, las relaciones entre los miembros de los equipos y algunos de sus entrenadores franceses no son muy buenas y eso es fatal para la moral del equipo. Hay, por tanto, que tratar de solucionar este problema y comprobar si, en realidad, son eficaces estos entrenadores, ya que, hasta el momento, no parecen haber realizado una labor muy positiva con el equipo. Es m¨¢s, algunos que iban camino de hacer algo importante (corno Juan Manuel Fern¨¢ndez Ochoa o su hermana Blanca) han tenido una espectacular ca¨ªda en barrena, lo cual ha repercutido fuertemente en su moral. Debe tomarse, por tanto, este problema con toda seriedad y encontrar una soluci¨®n r¨¢pidamente si se quiere que nuestro esqu¨ª siga corriendo la Copa del Mundo
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