Una visita de partido
En alg¨²n momento de su periplo canario Adolfo Su¨¢rez mostr¨® su extra?eza de que la prensa estuviera tan interesada en recordarle los problemas internos de la UCD y la existencia de la Junta de Canarias, cuando, seg¨²n ¨¦l, su estancia all¨ª era en condici¨®n de presidente del Gobierno y no como presidente del partido. Sin embargo, no va a pasar mucho tiempo para que presenciemos c¨®mo el l¨ªder de la UCD le va a sacar el kilo al ¨¦xito obtenido por el presidente del Gobierno en su viaje a Canarias. A pesar de sus mejores intenciones se ha podido constatar que el milagro del desdoblamiento de la personalidad no se consum¨® en el Atl¨¢ntico.La marginaci¨®n que sufri¨® la Junta de Canarias, m¨¢ximo ¨®rgano de Gobierno del archipi¨¦lago, es dif¨ªcil explicarla desde una perspectiva de pol¨ªtica de Estado y s¨®lo se entiende como una cuesti¨®n partidista. Si la preautonom¨ªa canaria no es hoy una gran decepci¨®n es porque nunca ha sido una reivindicaci¨®n popular, sino m¨¢s bien un imperativo de la distancia entre Canarias y la Pen¨ªnsula y de la absurda divisi¨®n provincial, desconocedora del hecho singular de la insularidad, y factor de enfrentamiento entre las provincias, entre las islas de una misma provincia. En este contexto de desintegraci¨®n regional y cuando factores externos ayudaban a la cohesi¨®n del archipi¨¦lago, la institucionalizaci¨®n de un poder regional por medio de la Junta de Canarias aparec¨ªa como una gran baza pol¨ªtica que el presidente del Gobierno quiso apuntarse hasta que dej¨® de interesarle cuando se convirti¨® en una cuesti¨®n explosiva capaz de restar brillantez a su viaje triunfal.
El inter¨¦s de Adolfo Su¨¢rez en no viajar al archipi¨¦lago sin preautonom¨ªa, lo que le llev¨® a forzar la ¨²ltima fase de la negociaci¨®n, y la marginaci¨®n a que fueron sometidos la Junta de Canarias y su presidente -aut¨¦ntico convidado de piedra en las dos ocasiones que apareci¨® junto al se?or Su¨¢rez- no es explicable sin tener en cuenta la lucha a sangre y fuego que se desencaden¨® dentro de la UCD a ra¨ªz de la constituci¨®n de la Junta de Canarias, donde un sector se impuso al otro apoy¨¢ndose en los socialistas.
Fuentes dignas de cr¨¦dito han afirmado a EL PA?S que el propio Adolfo Su¨¢rez o una persona de su staff (y, no precisamente el se?or Olarte) la v¨ªspera de la constituci¨®n de la Junta de Canarias presion¨® a alg¨²n parlamentario para que retirara su apoyo a la candidatura de Alfonso Soriano. Indudablemente hay que suponer que en ese momento quien estaba apostando por el sector posteriormente derrotado era el presidente del partido y estaba en su perfecto derecho de hacerlo; pero llevar esta cuesti¨®n hasta el desconocimiento de la existencia de la Junta de Canarias en una visita que se pretende trascendental para el archipi¨¦lago es cuando menos un error pol¨ªtico.
Ning¨²n contacto con los partidos
Adolfo Su¨¢rez daba como raz¨®n fundamental de este trato a la Junta el que no estuviera constituida todav¨ªa la comisi¨®n mixta de transferencias, pero en iguales circunstancias no tuvo inconveniente en recibir en la Moncloa al Consejo General vasco. Si los procesos auton¨®micos en marcha son algo m¨¢s que una descentralizaci¨®n administrativa y tienen contenido pol¨ªtico, el que no se haya iniciado la transferencia de servicios, no tiene por qu¨¦ impedir el cambio de impresiones con el organismo que, al menos, sobre el papel, es la voz m¨¢s cualificada de una regi¨®n.
No ha sido la Junta de Canarias la que ha sufrido este trato por parte del presidente del Gobierno. Tampoco los partidos pol¨ªticos han tenido vela en este viaje triunfal, que Adolfo Su¨¢rez ha querido para s¨ª solo. Uno de los latiguillos de sus discursos -s¨®lo estaban previstos cuatro y fueron unos cuarenta era recordar que se encontraba en Canarias cumpliendo el mandato del Parlamento, que hab¨ªa pedido al Gobierno una acci¨®n preferente sobre las islas. Sin embargo, se olvid¨® de los parlamentarios una vez que pis¨® tierra canaria.
Cuando en una conversaci¨®n informal se le pregunt¨® por esa falta de contactos con los parlamentarios, hasta el momento ¨²nicos representantes aut¨¦nticos del pueblo, Adolfo Su¨¢rez se revel¨® como un ferviente partidario de la divisi¨®n de poderes: su misi¨®n es legislar, dijo escuetamente.
Explotar el ¨¦xito
Si la visita a Canarias le ha salido bien a Su¨¢rez como presidente del Gobierno, como l¨ªder de la UCD le ha salido redonda y est¨¢ dispuesto a explotar el ¨¦xito hasta las ¨²ltimas consecuencias.
De entrada ha compensado a golpe de saludo y discursos bien ali?ados la imagen de su partido, deteriorada, despu¨¦s de los graves enfrentamientos habidos a ra¨ªz de la constituci¨®n de la Junta de Canarias. La UCD barri¨® en Canarias en las pasadas elecciones del 15 de junio, pero ya se dudaba de que el resultado pudiera repetirse en las municipales, despu¨¦s de su vacilante actitud en la renovaci¨®n del tratado pesquero con Marruecos y, sobre todo, despu¨¦s de su incapacidad manifiesta para asumir el ¨¦xito y ponerse al frente del autogobierno canario como por derecho le correspond¨ªa. La UCD se ha revelado aqu¨ª como un partido indisciplinado (la minor¨ªa se apoy¨® en el PSOE para triunfar), insolidario (la minor¨ªa lo hizo porque tem¨ªa que el sector mayoritario la barriera) e irresponsable (los perdedores antepusieron su inter¨¦s partidista al inter¨¦s de la regi¨®n en sus intentos de resucitar el pleito provincial).
Pero no importa. Su¨¢rez tiene el charme populista y eso pesa mucho en una regi¨®n que con la tasa de natalidad m¨¢s alta de Espa?a, con el analfabetismo m¨¢s alto de Espa?a y con un sector secundario en pa?ales es de una condici¨®n en cierta manera tercermundista.
El encanto del cuerpo a cuerpo
En Canarias Adolfo Su¨¢rez ha demostrado saber conectar con el pueblo con el verbo c¨¢lido y el saludo facil¨®n. Y se lo ha cre¨ªdo. Despu¨¦s del recibimiento simplemente curioso de Hierro, descubri¨® en Gomera la magia del abrazo, se olvid¨¦ de los cordones de seguridad y busc¨® el cuerpo a cuerpo que tambi¨¦n han conocido los peninsulares a trav¨¦s de la televisi¨®n. De alguna manera, Mart¨ªn Villa ha sido el art¨ªfice del ¨¦xito popular del viaje, ya que el golpe conferido al MPAIAC d¨ªas antes, permiti¨® que Su¨¢rez se olvidara de las preocupaciones por su seguridad personal. Pis¨® tan fuerte el terreno canario que no tuvo inconveniente en intentar dialogar con la joven de Fuerza Nueva que en p¨²blico le llamaba traidor.
Despu¨¦s de este viaje, Su¨¢rez ya no va a ser el mismo. Hasta el momento s¨®lo conoc¨ªa una faceta de la er¨®tica del poder, que era calentar el asiento de la Moncloa, pero ya ha descubierto los resultados del cuerpo a cuerpo. Su charme es tal, que hasta las monjas le hac¨ªan proposiciones de abrazos. A partir de ahora, Adolfo Su¨¢rez va a prodigar sus encantos por toda la geograf¨ªa, unas veces como l¨ªder del partido y otras como presidente del Gobierno. Asturias y Alicante van a ser la pr¨®xima parada presidencial.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- UCD
- Opini¨®n
- Adolfo Su¨¢rez
- Relaciones Gobierno central
- Viajes
- Comunidades aut¨®nomas
- Presidencia Gobierno
- Gobierno auton¨®mico
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Canarias
- Gobierno
- Conflictos pol¨ªticos
- Espa?a
- Partidos pol¨ªticos
- Ofertas tur¨ªsticas
- Administraci¨®n Estado
- Turismo
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica