Excelente representaci¨®n de "Norma"
De pronto, Madrid se pone farruco y alberga en el escenario de la calle Jovellanos una Norma de cinco estrellas: la Caball¨¦, la Cossotto, Pedro Lavirgen, Ivo Vinco y la Orquesta y Coro Nacional, con Garc¨ªa Asensio al frente. A lo que ha de a?adirse una preciosa escenograf¨ªa de Mampaso y una inteligent¨ªsima regie de Mar¨ªa Francesca Siciliani, la hija de quien rigiera durante a?os la Scala.Norma es ¨®pera dif¨ªcil. Las cantantes que encarnaron el personaje central hacen historia, la que impone el simple enunciado de sus nombres: la Pasta, Mar¨ªa Malibr¨¢n, la Gris?, la Cigna, Rosa Raisa, Rosa Ponselle, Mar¨ªa CaHas, Joan Sutherland y Montserrat Caball¨¦. Exige esta m¨²sica suprema de Bellino no s¨®lo el dominio t¨¦cnico, sino una capacidad interpretativa, un saber interpretar desde lo aparentemente sencillo a lo profundo, que es privilegio de grandes talentos musicales. Ya dec¨ªa Wagner -fervoroso entusiasta de Norma- que quien s¨®lo viese en ella f¨¢cil inspiraci¨®n mel¨®dica no era digno de tenerse en cuenta. Llevaba raz¨®n. El secreto de esa mel¨®dica es, como el de la de Chopin, tan pegada a ella, una suerte de intensificaci¨®n expresiva de orden dram¨¢tico que sustenta los bellos arcos mel¨®dicos hasta darles raz¨®n de ser. Desde la po¨¦tica ?Casta diva? hasta el admirable final, la partitura entera de Norma y, de modo particular¨ªsimo, el papel de la protagonista elevan el melodrama rom¨¢ntico hasta grados que s¨®lo Verdi podr¨¢ superar.
Montserrat ha hecho suyo el personaje de Norma: lo canta, lo vive, lo exalta. Pasa, incluso, por encima de su an¨¦cdota para acceder a esferas de objetiva musicalidad. Pr¨¢cticamente podemos olvidamos del argumento para recibir el impacto de un arte puro en su concepci¨®n y en su realizaci¨®n. Una forma de cantar capaz de superar la pasi¨®n o el ensue?o que el texto implica; de hacernos olvidar el esfuerzo f¨ªsico y el saber que hay detr¨¢s de cuanto escuchamos. Montserrat empieza viviendo su Norma y acaba sublim¨¢ndola. Es cierto lo que escribe Sope?a: Rossin?, el grande y genial Rossini, queda lejos y distinto, a pesar de leves puntos de contacto, de esta metaf¨ªsica del lirismo rom¨¢ntico -que es la Norma de Bellini. Tenemos que contar como buena suerte -y excelente consecuci¨®n por parte de los organizadores- el de estas Normas de la Caball¨¦ que anteceden a las que cantar¨¢ en el Covent Garden, dirigida por otra batuta espa?ola, la de Jes¨²s L¨®pez Cobos.
La respuesta m¨¢s deseable para la Caball¨¦ la tuvimos en la Adalgisa, de Fiorenza Cossotto. Sin una pareja as¨ª, la ¨®pera montada por Bellini sobre un d¨²o femenino, el desequilibrio se hace notar. Una voz, una inteligencia y una sensibilidad como las de Cossotto -de tan acusadas virtudes teatrales, adem¨¢s- pusieron el contrapunto necesario al personaje central. Tampoco son muchas las Adalgisas con t¨ªtulo de excelencia. Fiorenza Cossotto lo posee y lo evidenci¨® en unjuego de contraste sentimental y en una unidad de criterio interpretativo con la Caball¨¦ absolutamente ejemplares.
El tenor, en Norma, tiene buena papeleta: mantener su parte de Pollione, el brullo vocal, el conflicto psicol¨®gico, la certeza, la duda, la ternura y la bravura. Pedro Lavirgen cant¨® con ese singular mordente, con ese especial quiebro emocional que pone en todo cuanto hace. Artista verdadero, su entrega apasionada, unida a la facilidad con que mueve su voz en todos los registros vocales y expresivos, a nadie deja indiferente. Su ¨¦xito junto a Caball¨¦ y Cossotto fue evidente y lo enturbi¨® al responder airado desde la escena a un aislado contestatario. El incidente, nada nuevo en el mundo oper¨ªstico, no merece mayor comentario. En fin, Ivo Vinco, el espl¨¦ndido bajo, tantas veces aplaudido porque la l¨ªnea de su calidad no desciende jam¨¢s, complet¨® el reparto y le a?adi¨® nuevo brillo. Cecilia Soler y Antonio de Marco en sus peque?os cometidos sirvieron con nobleza de estilo a una partitura que lo tiene en grado sumo.
Excelente la intervenci¨®n del Coro Nacional de Lola Rodr¨ªguez Arag¨®n y flexible, vivaz y hasta brillante la ONE. Garc¨ªa Asensio -que ya protagoniz¨® una Norma en versi¨®n de concierto con la Caball¨¦ hace unos a?os- Rizo gala de dominio y presteza a la hora de conjuntar todos los elementos rnusicales. Su atenci¨®n a la escena fue tan meritoria como el partido sacado a la orquesta que, como iniciaci¨®n, resolvi¨® muy bien la obertura. Sencillos, modernos y muy bellos los escenarios de Mampaso, realizados por Manuel L¨®pez y perfectamente concebida, dentro de un estilo casi wagneriano, la regie de la Siciliani. Para todos hubo aplausos entusiastas a lo largo de una de las mejores noches de los quince festivales de ¨®pera.
Esta respuesta del p¨²blico a la calidad musical e interpretativa de Norma significa la acogida que est¨¢ teniendo la programaci¨®n del XV Festival de Opera como acontecimiento cultural.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.