Los Bee Gees
Bueno, bien, vale, tira, ya estamos salvados, tronco, ya estamos todos con la fiebre del s¨¢bado noche y la m¨²sica de los Bee Gees es la m¨²sica de las esferas, la m¨²sica que les falta a las esferas, por m¨¢s que los viejos y nuevos fil¨®sofos quieran conectarla, detectarla, sintonizarla, sincronizarla, como rayos se diga, tira, dale, con Felipe ni en moto, me dec¨ªa ayer una troskoer¨®tica desocializada, pero con los Bee Gees donde haga falta, que el amor es m¨¢s espeso que el agua, lo dicen los Bee Gees, y ¨¦sos est¨¢n pegando, te los juro.
M¨²sica para regalar, m¨²sica para escuchar, m¨²sica para no o¨ªr nada, que lo que pasa es que el mundo est¨¢ viejo, el mundo est¨¢ muy viejo, muy cansado, que est¨¢ carroza el siglo, y dice Pepe Lozano que el gran tema del fin de siglo va a ser la eutanasia, de eso nada, tronco, el fin de siglo se va a morir de la fiebre del s¨¢bado noche, una fiebre que ya cont¨® a su manera retro don Jacinto Benavente, pues el s¨¢bado por la noche sigue pasando lo que todos los s¨¢bados por la noche de levante en calma: que somos libres por diez o doce horas, vertiginosos al borde de un domingo vac¨ªo.
Los domingos, la humanidad se para a tomar aliento, pero resulta que es peor, no pasa nada: los domingos asoma la nada de la Nada, y hay que volver a empezar en la oficina, hasta el nuevo fiebr¨®n del s¨¢bado noche, que nos salven los Bee Gees, los Beatles, Ringo Star, el gran Mick Jagger, que nos salven si pueden, Ramonc¨ªn o quien sea, de nuestra juventud, nuestra vejez, a ser posible de nuestros recuerdos, de lo que est¨¢ pasando y no pasando, Pablo Iglesias sin cabeza, noventa y tantos heridos en el ?Metro", Madrid con agua para poco tiempo, Madrid sin el agua al cuello, y el camarada Breznev pre?ado de poder¨ªo y cortisona.
Vender, vender, vender, dicen los fan¨¢ticos del materialismo hist¨®rico o el marketing sentimental que lo que importa es vender, pero no: lo que importa es salvarse, es aturdirse, llenar con esta m¨²sica de rock el vac¨ªo de la Historia y el miedo a lo que venga, los neutrones, como p¨ªldoras para el sue?o, en la mesilla de noche de la humanidad.
Eran los Bee Gees unos hermosos segundones de los Beatles, unos frustrados de la d¨¦cada prodigiosa, los felices sesenta, con el mayo franc¨¦s y todo eso, y ahora les llama boomerang el Daily Mail, porque han vuelto a decirnos que el amor es m¨¢s espeso que el agua, cosa que todos hemos comprobado por la dificultad de hacer el amor en el agua, mayormente, con los peces solubles de Breton.
Dice Rilke -supongo que era Rilke- que la m¨²sica nos inventa un pasado que no conoc¨ªamos. Se refiere, claro, a la gran m¨²sica que escuchaba ¨¦l al costado de la se?ora de Turri y Taxis, se?ora que era Europa misma, como Oriana Guermantes, figur¨ªn del que Europa se hizo un traje. Pero todos llevamos un Rilke hortera en el coraz¨®n y para nosotros se hace esta m¨²sica sucia de los s¨¢bados noche, la comestible m¨²sica de todos, desde el jazz a Mach¨ªn o los Bee Gees, para inventarnos un pasado que no tenemos, incluso un futuro que tampoco tenemos, en esta sociedad de precio estable.
Qu¨¦ mentira, la m¨²sica, qu¨¦ necesaria mentira. Los fil¨®sofos filosofan sobre la armon¨ªa de las esferas, y la m¨²sica le pone pentagrama a esa armon¨ªa, y quienes tenemos el o¨ªdo popular y duro bailamos con el girar cansado de los astros en el s¨¢bado noche, puro sabor discoteque, enga?ados por todos en un siglo tan viejo que es pura filatelia. Hasta Pem¨¢n escribe art¨ªculos a¨²n -?o es Madariaga?-, y estamos tan cansados, tan cansados, que lo de Portugal, la revoluci¨®n y todo aquello, nos suena a siglo pasado por la tele, y los claveles de Cunhal se nos han secado en el pelo, sin darnos cuenta, como los de Estrellita Castro. Somos p¨®stumos.
Fiebre del s¨¢bado noche, qu¨¦ vac¨ªo cuando pasa la fiebre, que los Bee Gees van para treintones, pronto se cansar¨¢n, que no decaiga, a ver qui¨¦n coge el ritmo y los claveles, que son los que ahora llevan los jinetes del Roc¨ªo hasta la Blanca Paloma, cruzando a caballo nuestra plaza Mayor, entre dinast¨ªas y ¨¢lbumes de sellos. Fiebre del s¨¢bado noche. Suenan los Bee Gees mientras escribo esto. El amor, s¨ª, es m¨¢s espeso que el agua. Hagamos el amor, si es que nos dejan.
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