"Si queremos universalizar el estudio, tenemos que universalizar el trabajo"
PREGUNTA. ?Puede explicarnos el significado y el fruto de su viaje oficial a Espa?a?RESPUESTA. Nuestra visita nosotros la consideramos como muy positiva en estos momentos de apertura y mejoramiento de las relaciones entre nuestros dos pa¨ªses. La invitaci¨®n del se?or ministro de Educaci¨®n de Espa?a, I?igo Cavero, es un factor que contribuye a que nos conozcamos, o nos reconozcamos, en los momentos actuales. Hemos intercambiado opiniones sobre muchos temas de la educaci¨®n: la ense?anza obligatoria, problemas de financiaci¨®n, de. formaci¨®n profesional, de formaci¨®n de maestros... Hemos constatado que existen algunos puntos comunes que son de inter¨¦s mutuo. Nosotros creemos que hay unos niveles de desarrollo y experiencia en algunas ¨¢reas que son ¨²tiles para nuestro pa¨ªs, y que hay, tal vez, aspectos de nuestra experiencia educativa que pueden ser interesantes para Espa?a.
P. El Gobierno de la revoluci¨®n realiz¨® una gigantesca tarea en la lucha contra el analfabetismo. ?Piensa que la experiencia acumulada en esta tarea puede ser ¨²til a otros pa¨ªses?
R. Yo debo contestarle con mucha franqueza. Como el analfabetismo se acometi¨® para eliminarlo en una sola etapa con el esfuerzo principal en un a?o, y se organiz¨® con la convicci¨®n de que era posible liquidarlo en ese per¨ªodo de tiempo, no se consider¨® en aquellos momentos la necesidad de dejar esto plasmado en unos documentos espec¨ªficos. La experiencia yo no dir¨ªa que se ha perdido en absoluto. Hay un peque?o museo referido a la campa?a con grabaciones, documentos, resultados... Est¨¢n las actas y materiales; pero ser¨ªa incierto asegurar que se haya elaborado, en el orden did¨¢ctico, una metodolog¨ªa concreta para trasladar esta experiencia a otros pa¨ªses que lo necesiten. Sin embargo, est¨¢ viva y presente toda la gente que particip¨® en la campa?a de alfabetizaci¨®n. 'Si bien es cierto que aqu¨¦lla requiri¨® un gran esfuerzo de organizaci¨®n, lo m¨¢s significativo es el china, el ambiente que se cre¨® en el pa¨ªs para que todo el mundo participara. No debemos verlo como un hecho netamente de gobierno, administrativo, sino como un hecho pol¨ªtico y revolucionario, y en este sentido, profundamente pedag¨®gico.
La campa?a se libr¨® en el a?o 1961, finalizando el d¨ªa 22 de diciembre, que ha quedado institucionalizado como el D¨ªa del Maestro. Y debemos decir que fue una jornada grandiosa. Decenas y decenas de miles de estudiantes, de maestros y trabajadores que ten¨ªan conocimientos marcharon a los campos y ten¨ªan uno, dos.... cinco alumnos. Ayudaban durante el d¨ªa a los campesinos en el trabajo, en sus tareas agr¨ªcolas, y en las horas de la noche les ense?aban a leer y escribir. Era una labor a veces individual. Viv¨ªa uno ense?ando a uno, en ocasiones a dos o tres, compartiendo la casa, la comida, el trabajo y la labor docente. Fue, se lo aseguro, una experiencia inolvidable.
P. Tengo la impresi¨®n de que aquella experiencia ha servido para mantener el esp¨ªritu que impregna todav¨ªa hoy a todo el sistema educativo. Me refiero, concretamente, a esa pedagog¨ªa basada en la simultaneidad del estudio y del trabajo. ?Quiere hablarnos sobreello, sobre la filosof¨ªa que inspira el actual sistema educativo cubano?
R. S¨ª. La idea, en esencia, es un hecho de car¨¢cter educativo. Nosotros decimos que el trabajo hizo al hombre. Debemos decir que no puede haber un hombre ¨ªntegramente formado si no lo est¨¢, precisamente, en la comprensi¨®n, en el esp¨ªritu del trabajo, en una clara conciencia de que el trabajo es lo ¨²nico que produce bienes. Y todav¨ªa m¨¢s: no hay de verdad, en nuestra opini¨®n, un hombre pleno si ¨¦l no siente la necesidad biol¨®gica de trabajar como se siente la necesidad de comer o de beber agua. El hombre es un ser social y recibe de la sociedad m¨²ltiples bienes, independientemente del dinero. El dinero es un mero instrumento de cambio; no genera riqueza alguna. La riqueza la genera el trabajo.
Nosotros creemos que el hombre que no siente esa necesidad, por lo menos el hombre que no practica el trabajo para devolver a la sociedad todo lo que de ella recibe en bienes espirituales o materiales, es un verdadero par¨¢sito. Naturalmente, este aporte puede ser el de un artista que crea su obra para solaz, entretenimiento y disfrute de la humanidad, o puede ser un m¨¦dico, un maestro, un investigador, una mecan¨®grafa, un minero o un campesino. Lo que importa es el trabajo socialmente ¨²til que el hombre debe aportar a una sociedad de la que ¨¦l recibe la mayor¨ªa de los bienes que le permiten vivir. Porque nadie vive, autosuficientemente, produciendo todo lo que necesita: su ropa, su vivienda, sus alimentos. Todo es el producto del esfuerzo de todos, y estamos obligados a poner a disposici¨®n de la sociedad el fruto del trabajo espec¨ªfico que cada uno realiza.
Perdone que me extienda en este tema, pero es que ha tocado usted el hecho, dir¨ªa yo, m¨¢s importante de nuestra concepci¨®n pedag¨®gica: la combinaci¨®n del estudio y el trabajo. Tenga usted en cuenta que nosotros, por otra parte, somos un pa¨ªs pobre y s¨®lo podemos universalizar el estudio si universalizamos el trabajo. Es decir, que no tenemos riqueza para poner los estudios absolutamente gratuitos como lo son en Cuba. No se pagan matr¨ªculas, no se pagan libros, y los que requieren beca, es decir, vivir en el internado, reciben gratuitamente el transporte, la ropa, la alimentaci¨®n, la asistencia m¨¦dica, etc¨¦tera. En esta situaci¨®n hay bastante m¨¢s de medio mill¨®n de alumnos en todo el pa¨ªs. Eso cuesta mucho y s¨®lo podemos tener recursos para que todos ellos disfruten esos bienes y que sea realmente la educaci¨®n un servicio al alcance de todos, si todos contribuyen y aportan su granito de arena en producir riqueza y bienes.
P. La concentraci¨®n del esfuerzo colectivo en producir bienes primarios en el orden agr¨ªcola, t¨¦cnico e industrial, ?no habr¨¢ puesto en peligro el cultivo de las humanidades en los diversos planes de estudios?
R. Usted se refiere a la filosof¨ªa, la historia, la historia del arte, la literatura... Pues yo le dir¨¦ que eso tambi¨¦n e! bastante m¨¢s grande e importante de lo que quisi¨¦ramos por lo que luego le explicar¨¦. Como ejemplo, creo que hay en estos momentos alrededor de 9.000 estudiantes de licenciatura en historia. Me refiero s¨®lo a estudios de historia pura; no pienso en historia del arte o de la filosofia, etc¨¦tera. Pero lo que s¨ª nos preocupa es precisamente la distorsi¨®n de matr¨ªcula por una excesiva inclinaci¨®n hacia esos campos del saber. Pienso que en todas partes las humanidades atraen a muchos alumnos quiz¨¢ porque estos estudios se presentan, al menos te¨®ricamente, como m¨¢s f¨¢ciles. Se produce as¨ª el peligro de que queden abandonadas las ciencias agropecuarias, las matem¨¢ticas, la f¨ªsica, la cibern¨¦tica... Procuramos mantener el m¨¢ximo equilibrio, pero no deja de ser una preocupaci¨®n.
P. ?Cu¨¢l dir¨ªa usted qu e es el problema rn¨¢s importante, el que preocupa m¨¢s al Gobierno de la revoluci¨®n, actualmente en materia de educaci¨®n?
R. Creo que no se piensa suficientemente en el proceso acelerado de desarrollo que lleva en estos momentos la Humanidad y c¨®mo va a ser realmente la sociedad en que va a tener que vivir el ni?o de hoy all¨¢ por el a?o 2000 ¨® 2010. Dicen los estudiosos de la revoluci¨®n cient¨ªfico-t¨¦cnica que los conocimientos de la Humanidad se dupfican cada ocho o diez a?os. Dicen tambi¨¦n que en algunas ramas, como la gen¨¦tica, esa duplicaci¨®n se produce cada dos o tres a?os. Si esto es as¨ª, realmente la educaci¨®n tiene que hacer unos esfuerzos extraordinarios para que la inserci¨®n de los ni?os de hoy en esa futura sociedad se realice con naturalidad. Entonces, hacen faltan unos maestros en la hora actual verdaderamente geniales, maestros con una concepci¨®n extraordinariamente flexible del desarrollo de la sociedad, del mundo, del pensamiento colectivo de la Humanidad y tambi¨¦n con una preparaci¨®n cient¨ªfico-t¨¦cnica muy s¨®lida. Y estos maestros son los que no abundan en ning¨²n lado.
El problema es universal y mi pa¨ªs est¨¢ en unas condiciones de gran tensi¨®n, de gran esfuerzo en este sentido. ?Por qu¨¦? Si usted tiene presente que en el a?o 1958 hab¨ªa algo m¨¢s de 800.000 alumnos en todo el sistema educacional de Cuba y hoy hay tres millones y medio; que de ellos, 600.000 son adultos y 2.900.000 constituyen la matr¨ªcula de la ense?anza primana, media y superior, entonces usted ver¨¢ que hemos multiplicado la matr¨ªcula total en nuestro pa¨ªs de una manera incre¨ªble.
Entonces, el problema de los profesores, todav¨ªa hoy, y sobre todo en la ense?anza media, es muy serio. Y, en el orden material, la construcci¨®n de escuelas. Debe tenerse en cuenta que en el nivel medio la matr¨ªcula, que era de 80.000 alumnos, ha pasado a ser de 900.000. En tres a?os, desde el curso 73-74 hasta hoy, hemos igualado la matricula de m¨¢s de setenta a?os. ?Usted se imagina qu¨¦ explosi¨®n gigantesca y a qu¨¦ tensi¨®n de fortalecimiento del profesorado, de construcci¨®n de centros, impresi¨®n de libros, problemas organizativos, etc¨¦tera, nos somete esto?
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