Dos pel¨ªculas personales
Con la proyecci¨®n de An unmarried woman, de Paul Mazursky, y Los restos del naufragio, del espa?ol Ricardo Franco, la secci¨®n competitiva del certamen ha demostrado suficientemente que es una de las m¨¢s brillantes que se puedan imaginar en estos momentos. Resulta dif¨ªcil conseguir en un festival internacional del cine una selecci¨®n que mantenga, por unas u otras razones, la media de calidad que Cannes 78 ha conseguido. Si a ello se a?ade el dato de que todav¨ªa faltan por ver algunas de las pel¨ªculas que estar¨¢n entre las finalistas a cualquiera de los premios, se comprender¨¢ que este a?o Cannes, y la direcci¨®n del mismo, se apuntar¨¢n uno de los tantos m¨¢s espectaculares de la calidad festivalera.Ricardo Franco se?al¨® en el transcurso de la rueda de prensa que sigui¨® a su proyecci¨®n que Los restos del naufragio no era exactamente un producto espec¨ªfico de la cultura espa?ola: que el personaje de Fernando Fern¨¢n G¨®mez podr¨ªa ser un Don Quijote, pero que figuras similares han existido en numerosas culturas occidentales. Es decir, situaba su pel¨ªcula en unas coordenadas esencialmente personales y no nacionales. Personalmente creo que es una ubicaci¨®n correcta, pues la pel¨ªcula, desde mi punto de vista, es la s¨ªntesis de una serie de lecturas y admiraciones personales en la que la propia concepci¨®n del mundo de su autor juega un papel destacado. Pel¨ªcula ya estrenada en Espa?a y, consiguientemente, publicadas ya ?as opiniones de los especialistas, nos limitaremos a rese?ar su favorable acogida, que, parad¨®jicamente, tuvo una doble vertiente: en la sesi¨®n dedicada a la cr¨ªtica especializada el filme pas¨® sin especial brillantez; sin embargo, en las tres proyecciones p¨²blicas en el Grand Palais tuvo un a espl¨¦ndida acogida por parte del p¨²blico. En la sesi¨®n a la que asistieron su director y el equipo de actores se produjeron numerosos aplausos, obligando al director -como en los toros- a saludar desde su palco al concluir la proyecci¨®n. Una rueda de prensa muy larga, con u n infrecuente nivel cultural en las preguntas, ratificaron la convicci¨®n de que la pel¨ªcula hab¨ªa interesado enormemente. Las referencias a su anterior filme, Pascual Duarte, proyectado tambi¨¦n en Cannes, surg¨ªan con constancia. Ricardo Franco explicaba con coherencia el por qu¨¦ de Los restos... ?Muerto Franco, comenz¨® a interesarme, por encima de todo, el realizar un filme muy pr¨®ximo a m¨ª y a mis enso?aciones. Ya no me ten¨ªa que preocupar de lo externo, sino de mi mismo y de mis gustos. De ah¨ª que prefiriera hacer una pel¨ªcula optimista y vital.? Una espl¨¦ndida acogida para una de las dos pel¨ªculas espa?olas seleccionadas en el certamen. An unmarried woman, cuya traducci¨®n literal ser¨ªa la de Una mujer descasada, de Paul Mazursky, es, probablemente, la mejor pel¨ªcula proyectada hasta la fecha en la secci¨®n competitiva, y sin duda, una de las. que tiene mayores posibilidades para alcanzar la ansiada Palma de Oro. Estudio psicol¨®gico y sociol¨®gico enormemente brillante, Mazursky nos habla de los h¨¢bitos de comportamiento de una burgues¨ªa alta de Nueva York, sofisticada y pr¨®xima al mundo del Soho neoyorquino, el de los intelectuales y artistas consagrados. En definitiva, Mazursky nos habla de su mundo, de sus amigos y gentes, algo en lo que coincide tambi¨¦n con Carlos Saura y su Los ojos vendados, si bien, por origen cultural y entorno, las conclusiones y caracterizaciones de los personajes sean relativamente distintas. Todo parece indicar que las pel¨ªculas se dividen, cuando menos, en dos grandes grupos: las que narran vivencias personales y conocidas por sus autores y las que cuentan historias ajenas al realizador, distantes en el tiempo y en el espacio. Las personales se podr¨ªan dividir a su vez en dos nuevos grupos: aquellas realizadas con talento y sensibilidad y las que, pese a contar problemas y angustias similares -en el fondo, los problemas ¨ªntimos son muy parecidos en todas las partes de la tierra- no consiguen conectar con el espectador por falta de lucidez en la narraci¨®n. Pues bien, An unmarried woman es una pel¨ªcula profundamente vinculada a su director (la descripci¨®n de los habitantes del Soho es la descripci¨®n de Mazursky) y un alarde de sensibilidad cinematogr¨¢fica. Durante la proyecci¨®n se formaron varias ovaciones espont¨¢neas, y en la sala se pod¨ªa cortar el ambiente con un cuchillo, tal era el clima de emoci¨®n que embargaba el local.
Con pel¨ªculas como el ¨²ltimo Mazursky, el cronista comprende una vez m¨¢s la imposibilidad de trasladar al texto las emociones y sensaciones que produce un hecho art¨ªstico en el que la imagen es fundamental. El cine impone una vez m¨¢s sus inflexibles reglas, y cuando el resultado es de esta brillantez resulta ocioso el comentarlo. S¨®lo se les puede aconsejar que la vean cuanto antes.
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