Nueva concentraci¨®n de padres cat¨®licos en defensa de la libertad de ense?anza

Alrededor de 8.000 personas se concentraron ayer en el Palacio de Cristal de la Feria del Campo de Madrid, bajo el lema Libertad de ense?anza para todos. Fueron convocados por la Confederaci¨®n Cat¨®lica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos para pedir que la Constituci¨®n garantice los valores familiares y ?el derecho a elegir, no en funci¨®n del dinero, el tipo de educaci¨®n que deseamos para nuestros hijos, de acuerdo con las propias convicciones?, como declar¨® el primer orador del acto, Luis Alberto Petit, presidente de la Confederaci¨®n.?Discrepamos y disentimos -dijo el se?or Petit- de un proyecto de Constituci¨®n que no reconoce a la familia como n¨²cleo primario de la sociedad?, para apuntar m¨¢s tarde las diversas razones por las que ?estamos ante una Constituci¨®n antifamiliarista?.

En relaci¨®n con el tratamiento constitucional del tema de la libertad de ense?anza, el presidente de la Confederaci¨®n Cat¨®lica de Padres afirm¨® que ?mientras nos aclare que se pueden promocionar y dirigir centros de diferente origen, en igualdad de condiciones y con participaci¨®n de padres, profesores y alumnos, nada se habr¨¢ conseguido?.

Termin¨® llamando ?en¨¦rgicamente a la conciencia de los parlamentarios que han olvidado a la familia en sus proyectos?, tanto m¨¢s cuanto porque ?al reconocer a esa comunidad de vida y a esa primera escuela que es la familia conseguir¨ªan, en vez de restar, sumar adhesiones a un texto que debe reunir tambi¨¦n el consenso de un estrato de poblaci¨®n tan amplio como somos las familias espa?olas?.

Intervino a continuaci¨®n Henri Lef¨¦bvre, presidente de GIAPEC (Organizaci¨®n Internacional de Asociaciones de Padres Cat¨®licos) para solidarizarse con los postulados de la confederaci¨®n espa?ola y afirmar que la escuela cat¨®lica debe seguir desempe?ando su doble funci¨®n, social y apost¨®lica, ?si se le reconoce el derecho de crear y dirigir escuelas?.

?Hagamos juntos, una vez m¨¢s, la cruzada que se nos exige. La historia nos juzgar¨¢.? Con estas palabras concluy¨®, entre calurosos aplausos, la intervenci¨®n del se?or Gomes Dos Santos, representante de las asociaciones portuguesas de padres cat¨®licos, quien antes se hab¨ªa referido a los gloriosos tiempos pasados en los que ?Espa?a y Portugal hab¨ªan caminado juntos con la cruz y con la espada?.

Termin¨® animando a los padres cat¨®licos espa?oles para que no cesen en su lucha hasta ser o¨ªdos por los redactores de la nueva Constituci¨®n espa?ola. ?Si nosotros lo hemos conseguido con el r¨¦gimen pol¨ªtico que tenemos, vosotros ten¨¦is muchas m¨¢s posibilidades, puesto que ten¨¦is un Gobierno mucho menos estatizante.?

Seguidamente, Enrique de Alvear, vicepresidente de la Confederaci¨®n, se refiri¨® a la inevitable incomodidad que el movimiento de los padres cat¨®licos est¨¢ suponiendo para los partidos pol¨ªticos, ?que no pueden hacer la Constituci¨®n a la medida de sus particulares intereses y concepciones partidistas?. Finalmente, Carmen de Alvear, en su calidad de secretaria general de la Confederaci¨®n, ley¨® una declaraci¨®n de esta entidad sobre el proyecto constitucional y afirm¨® que la confederaci¨®n no se identifica con los programas y con los objetivos de ning¨²n partido pol¨ªtico. ?Desde una perspectiva cristiana busca la superaci¨®n del dualismo entre libertad y justicia, entre capitalismo y socialismo.