A esperar tocan
Si fuese brasile?o estar¨ªa pensando en que la selecci¨®n del pa¨ªs hab¨ªa ca¨ªdo en una celada argentina consistente en haberla destinado a jugar su suerte en el terreno peor y m¨¢s a contraestilo que existe en toda la organizaci¨®n del Mundial. Con eso, que es un h¨¢ndicap indudable para unos jugadores de terreno duro y de secano como suelen ser los brasile?os y con el otro h¨¢ndicap, que la selecci¨®n de Coutinho est¨¢ muy lejos de las selecciones brasile?as que vengo viendo desde 1.950, se explica la demolici¨®n de lo que se crey¨® un coloso y ha resultado un ?ninot? que est¨¢n quemando los unos y los otros. Pero a¨²n no han dicho lo m¨¢s evidente, que han ca¨ªdo en el ?huerto del franc¨¦s? de Mar del Plata que la selecci¨®n argentina no ver¨¢ ni por tarjeta postal y que si es mala para selecciones acostumbradas al invierno europeo, para el juego brasile?o en p¨¦sima cancha.Desde el punto de vista espa?ol y desde que pude ver el estado deI suelo en el Francia-ltalia y, sobre todo, en el Italia-Hungr¨ªa, ya escrib¨ª que la selecci¨®n espa?ola tendr¨ªa en el estado de la cancha una ventaja sobre los brasile?os que no he visto reconocida como operante en el resultado bueno, ?manon troppo?, que sacaron los espa?oles de un partido que pudieron ganar en general, si hubiesen estimado el h¨¢ndicap brasile?o en su valor y hubiesen osado m¨¢s, y luego, en el detalle, si Carde?osa hubiese disparado m¨¢s r¨¢pido. Pero un jugador en casos como ¨¦stos en que se le presenta en una d¨¦cima de segundo el valor incalculable de la ocasi¨®n, no se apresura. No se apresur¨® Zarra en batir a Williams en el celeb¨¦rrimo partido y gol de Maracan¨¢ para asegurar la oportunidad y acert¨®. No acert¨® Carde?osa y nada hay que culparle sino loarle porque ?estuvo all¨ª?.
Esta circunstancia coloca a la opini¨®n futbol¨ªstica espa?ola -que en estos casos va desde los miembros del Congreso y del Senado para abajo que el mi¨¦rcoles tiraron a ali?ar- cara a la c¨¢bala matem¨¢tica y al c¨¢lculo de probabilidades que explotaron a las ocho y media de la noche del domingo, hora espa?ola. Son variadas, y las m¨¢s adversas est¨¢n en el hecho de que se perdiese contra los suecos o de que Brasil ganase a los austr¨ªacos sobre el mismo patatal al que han sido condenados, quiz¨¢, porque siendo ?tricampeones do mundo? deben conceder h¨¢ndicap como si estuviesen todav¨ªa en sus filas los fen¨®menos de anta?o desde 1950 a 1970.
Ah¨ª es nada: ganar a los austr¨ªacos. Esta es una perspectiva que antes de que corriese el primer bal¨®n del Mundial. los otros tres miembros de su grupo pensaban f¨¢cil o la menos dif¨ªcil tarea que les aguardaba. Pues ya est¨¢n ah¨ª los austr¨ªacos, clasificados, y los dem¨¢s, tirando l¨ªneas sobre las calculadoras de bolsillo a ver qui¨¦n saca la cabeza junto a los austr¨ªacos, un juego en que ni ellos mismos esperaban -Merkel se volvi¨® a Austria para no ver la cat¨¢strofe- y que ha sorprendido a la misma empresa. Ve¨ªa anteayer por televisi¨®n los apuntes de su partido ante los suecos y la verdad es que lo bordaban. Lo raro es c¨®mo no ganaron por goleada y s¨®lo por medio de un penal.
Esto viene a demostrar que de f¨²tbol se sabe poco y que los t¨¦cnicos no est¨¢n exceptuados de ello ni mucho menos. Lo que sucede es que cobran mucho por saber poco, y el resto lo hacemos gratis. Y ahora, a esperar. Es algo que los espa?oles apenas nos creernos, porque antes de jugar con los brasile?os parec¨ªa que toda esperanza estaba prohibida con un letrero parecido al que nos transcribi¨® Dante, vertido al castellano, catal¨¢n, gallego, euskera y h¨²ngaro, por lo menos, sobre la selecci¨®n de Kubala.
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