La muerte de las culturas
?La historia universal y la experiencia contempor¨¢nea... nos muestran c¨®mo, en determinadas circunstancias, han surgido fuerzas capaces de desquiciar la integridad y aun la existencia misma de una cultura.?Con estas palabras comienza Miguel Le¨®n-Portilla su Culturas en peligro, y con ellas nos introduce directamente en uno de los m¨¢s candentes y graves problemas del mundo actual: el de la agresi¨®n, f¨ªsica o no, por parte de fuerzas exteriores poderosas, contra culturas de peque?a entidad o al menos minoritarias, y que tratan de defender su identidad o de recuperarla.
Si la situaci¨®n tiene su origen, b¨¢sicamente, en la dominaci¨®n colonial occidental (en Europa lo tiene en las llamadas ?unificaciones nacionales?), el peligro aumenta hoy por el corolario l¨®gico de aqu¨¦lla: la tendencia a la universalizaci¨®n del modo de vida occidental. Esta preocupante homogeneizaci¨®n cultural se articula a trav¨¦s de la ?ideolog¨ªa? industrialista y tecnologista, a trav¨¦s del consumismo y de la adopci¨®n irreflexiva de formas culturales europeas, pretendidamente v¨¢lidas para cualquier sociedad humana. Se aspira a sustituir las formas propias, tachadas sin m¨¢s de atrasadas y primitivas, y condenadas, por tanto, a ser sacrificadas en aras del desarrollo y no s¨®lo por los occidentales liberales o marxistas, sino por los propios gobernantes extraeuropeos.
Culturas en peligro
Miguel Le¨®n -Portilla. Alianza Editorial Mexicana. M¨¦xico, 1977.
La intoxicaci¨®n es grave. La idea del cambio continuo se confunde con el progreso, la modernizaci¨®n suele significar, en la pr¨¢ctica, tan s¨®lo europeizaci¨®n.
Con todo, son las peque?as comunidades las que, por su misma exig¨¹idad,se hallan ante un futuro incierto. El fen¨®meno es mundial. Pero es en Am¨¦rica donde alcanza, hoy por hoy, su m¨¢xima virulencia. Aqu¨ª, las circunstancias favorecen la irreversibilidad de los procesos: cinco siglos de dominaci¨®n y destrucci¨®n humana y cultural, que han oscilado siempre entre la asimilaci¨®n y el genocidio (pi¨¦nsese en lo que ocurre ante nuestros ojos con Los indios amaz¨®nicos), continuados hoy por esos veteranos ?lan Smith?, que son los gobernadores criollos que sustituyeron a los europeos.
Precisamente en esta problem¨¢tica se centran los interesantes ensayos recogidos en Culturas en peligro por Le¨®n-Portilla, historiador y antrop¨®logo mexicano, autor de varias obras importantes sobre los indios americanos. En el primer estudio expone ciertos conceptos b¨¢sicos: identidad cultural, aculturaci¨®n, nepantlismo (?quedar en medici? de dos culturas), ¨¦cosis (t¨¦rmino acu?ado por el autor para referirse al ?proceso de estructuraci¨®n interna y de adaptaci¨®n al medio de un grupo humano due?o de identidad cultural?).
Pasa luego a analizar diversos ejemplos de aculturaci¨®n (entre los indios del norte y noroeste mexicano, y entre los navajos del sur de Estados Unidos) y los intentos de conquista espiritual de poblaciones indias por parte de los frailes espa?oles durante la colonizaci¨®n. Finalmente, dedica un cap¨ªtulo (el segundo) a un proceso aculturador peculiar, ajeno al impacto occidental, en el que no se lleg¨® a per der la identidad cultural (la toltequizaci¨®n de los chichimecas entre los siglos XIII y XIV).
Si los ejemplos son mexicanos, los casos de aculturaci¨®n presentados poseen validez continental e incluso universal. Con ellos el autor efect¨²a una aportaci¨®n importante al problema, participando en la ¨¢spera y ya larga controversia sobre la bondad o no de la hornogeneizaci¨®n cultural. ?S¨®lo se puede tomar parte en la vida nacional, se pregunta, a costa de perder la identidad? ?Son viables las formas sociales no occidentales? ?Es necesaria su supervivencia? De todo lo dicho anteriormente se desprende un rotundo s¨ª, y no s¨®lo por imperat¨ªvos humanitarios y de igualitarismo cultural, sino porque es urgente no desperdiciar, valga la palabra, posibles alternativas v¨¢lidas, secularmente comprobadas, a una civilizaci¨®n agresiva, asimiladora y exclusivista, la occidental-industrial, que para sobrevivir necesita fagocitar a las dem¨¢s. Y cuya viabilidad, adem¨¢s, es problem¨¢tica, porque su incapacidad e inadecuaci¨®n relativas se absolutizan hoy al quedar planteadas a nivel ecol¨®gico, es decir, a nivel de supervivencia.
No olvidemos, y Le¨®n-Portilla nos lo recuerda, que ?encontrar las formas de que una identidad cultural se fortalezca es capacitaci¨®n insustituible para afrontar peligros y dar cabida a cambios e interacciones que en verdad convengan al propio ser?. No hay raz¨®n para sacrificar ?la ¨²nica creaci¨®n inconfundible, el universo de las culturas?, pues la supervivencia de la especie humana reposa en la variedad cultural; la uniformizaci¨®n significa la consunci¨®n y la muerte.
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