Un Mundial sin turistas
El Mundial argentino, desde un punto de vista tur¨ªstico, ha sido un fracaso. Los miles de turistas que se esperaban no han aparecido. Las cifras oficiales hechas p¨²blicas son francamente desalentadoras para los organizadores de este Campeonato. En realidad, solamente 11.000 turistas se han desparramado por el pa¨ªs. Los otros 6.000 for¨¢neos que han pisado tierra argentina han sido 2.000 miembros de las delegaciones deportivas y 4.000 de los medios de comunicaci¨®n social.Seg¨²n se desprende de las informaciones recogidas en el propio Buenos Aires, en el momento de comenzar el Mundial s¨®lo hab¨ªan llegado al pa¨ªs 6.935 turistas y 2.400 representantes de los medios informativos. Los representantes del mundo de la informaci¨®n proced¨ªan de 82 naciones, y en el pa¨ªs hab¨ªa entonces otras cuatrocientas personas entre autoridades deportivas e invitados.
Las cifras totales de los for¨¢neos se descompon¨ªan de la siguiente manera: 2.000 hab¨ªan llegado de Brasil; 150 de Escocia; 750 de Espa?a; 501 de Francia; ochenta de Holanda; 450 de Italia; quinientos de M¨¦xico; cien de Per¨²; sesenta de Austria; 150 de Australia; doscientos de Canad¨¢; doscientos de Costa Rica; quinientos de Estados Unidos; 350 de Inglaterra; noventa de Jap¨®n; quinientos de Uruguay; trescientos de Venezuela y 164 de diferentes pa¨ªses.
Seg¨²n ha recogido la propia prensa argentina, se esperaba que por estas fechas el pa¨ªs contase entre sus visitantes con unas cifras que oscilar¨ªan entre las treinta y las 50.000 Personas. Las cifras recogidas hasta el momento se considera que han supuesto una gran frustraci¨®n.
Dos hechos fundamentales han coincidido para que este d¨¦ficit de viajeros se haya producido: los precios, que han sido de los m¨¢s caros del mundo a nivel tur¨ªstico, y las circunstancias pol¨ªticas.
Desde un punto de vista econ¨®mico Argentina no ha ofrecido al mundo unas condiciones aceptables. El hotel de los dirigentes futbol¨ªsticos cuesta 4.500 pesetas habitaci¨®n individual, y 5.800 la doble, y a estos precios hay que a?adir el 24 % del laudo y el 16 % del impuesto al valor agregado. Hay precios superiores, como el del Plaza, en donde hay que pagar 7.200 pesetas por persona y 8.800 por dos. En el hotel en que yo me albergo, que no admite comparaci¨®n con un cuatro estrellas espa?ol, porque es notablemente inferior, la habitaci¨®n individual vale 3.600 pesetas, y la doble 4.000. A esto a?¨¢danle que no est¨¢ el desayuno incluido y hay que pagar por otra parte los impuestos.
El Ente Aut¨¢rquico Mundial, que seg¨²n los hoteleros ha sido el organismo encargado de se?alar qu¨¦ hoteles deb¨ªan acoger a los visitantes y qu¨¦ precios deb¨ªan imponerles -los periodistas tuvimos que pagar el 50 % del total antes de salir de Espa?a- no ha estado muy acertado a la hora de imponer el nivel de vida que deb¨ªa privar.
La cuesti¨®n pol¨ªtica, las circunstancias de este pa¨ªs, han afectado, indudablemente, al proceso tur¨ªstico previsible en este tipo de acontecimientos. Nunca, como hasta la fecha, se hab¨ªa producido un Campeonato con tantas implicaciones pol¨ªticas. Desde el exterior se ha intentado boicotear el torneo, y en el pa¨ªs se ha vivido una actitud amable, deportiva y casi excesivamente gentil. El Gobierno nos sigue recordando a trav¨¦s del televisor y la radio c¨®mo ha sido posible este Mundial. El deseo de mostrar un pa¨ªs de una manera amable no ha desaparecido. Quienes no han aparecido han sido los turistas (ayer segu¨ªa sin aparecer el director de las revistas Mercado y El Cronista Comercial, Juli¨¢n Delgado).
Los comerciantes de las principales calles de Buenos Aires est¨¢n decepcionados. La avalancha sobre los productos t¨ªpicos de este pa¨ªs, como los cueros y las pieles, no se ha producido. El ritmo de ventas no ha sido muy superior al habitual, Los precios se han disparado en exceso. Hoy ha subido el tabaco casi en un 20 %.
El dinero, sin embargo, no es obst¨¢culo para comprar las localidades de los estadios. La gente paga aut¨¦nticas barbaridades. A partir de ahora los estadios se quedar¨¢n peque?os.
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