Pr¨®xima conferencia ep¨ªscopal de la Iglesia cat¨®lica latinoamericana

A medida que se acerca la fecha de la celebraci¨®n, prevista para los primeros d¨ªas del pr¨®ximo mes de octubre, crece el inter¨¦s sobre la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, que tendr¨¢ como sede la ciudad mexicana de Puebla. La importancia de este miniconcilio continental, que reunir¨¢ a m¨¢s de doscientos obispos y un centenar de invitados de todo el mundo, rebasa ampliamente al ¨¢mbito eclesi¨¢stico y se sit¨²a en el ¨¢mbito de la dif¨ªcil situaci¨®n sociopol¨ªtica de Latinoam¨¦rica.Desde 1968, fecha en que se celebr¨® la ¨²ltima conferencia, en Medellin (Colombia), hasta nuestros d¨ªas, los cambios producidos en esta parte del. continente han sido muy profundos. Coincidiendo con la aparici¨®n en diferentes pa¨ªses de reg¨ªmenes pol¨ªticos de fuerza, la Iglesia cat¨®lica latinoamericana ha dado un significativo giro. Hasta el encuentro de Medell¨ªn, y a¨²n m¨¢s all¨¢ de ¨¦l, la Iglesia, en Iberoam¨¦rica, era considerada como una de las fuerzas m¨¢s conservadoras.

Siempre pr¨®xima al poder establecido y a las clases dominantes. Ahora, sin embargo, la actitud general es muy diferente, y la Iglesia aparece como uno de los principales peticionarios de cambios sociales profundos y es quiz¨¢ la fuerza m¨¢s activa en la condena de las violaciones de los derechos humanos. Es sign¨ªficacivo el hecho de que all¨ª donde con m¨¢s tr¨¢gica claridad se producen dichas situaciones (Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, Guatemala, El Salvador), es donde la posici¨®n cr¨ªtica adoptada por la Iglesia se hace m¨¢s visible.

Claro est¨¢ que no puede considerarse un¨¢nime esta toma de conciencia. En muchos pa¨ªses se producen abiertos enfrentamientos entre los representantes de las corrientes conservadora y progresista de la Iglesia. Para los primeros, lo eclesi¨¢stico no debe salirse nunca de su marco exclusivamente espiritual; para los segundos, sin embargo, la denuncia de las injusticias sociales, la condena de los reg¨ªmenes pol¨ªticos opresivos y la toma de postura al lado de los marginados y perseguidos es la ¨²nica forma positiva de evangelizaci¨®n.

Esta confrontaci¨®n va a ser, precisamente, el centro neur¨¢lgico de la III Conferencia Episcopal Latinoamericana, con sede permanente en Colombia. Ya ha suscitado opiniones encontradas, pues se considera regresivo por los sectores eclesi¨¢sticos m¨¢s avanzados. El informe, ya distribuido entre los obispos, sufrir¨¢, sin duda, muchas modificaciones, y de ¨¦stas podr¨¢ saberse cu¨¢l ser¨¢ la orientaci¨®n mayoritaria en la reuni¨®n de Puebla.