La clasificaci¨®n de Argentina, revancha sobre Brasil
?D¨®nde est¨¢n, que no se ven, los hermanitos de Pel¨¦?, gritaban en la madrugada del mi¨¦rcoles y hasta el amanecer del jueves los miles de argentinos que se lanzaron a la calle a festejar su clasificaci¨®n para la final. ?Y llora, y Brasil llora porque sabe que Argentina est¨¢ de joda?, cantaban los que hab¨ªan sufrido el partido m¨¢s emotivo de su historia. Pel¨¦, como en respuesta a la menci¨®n indirecta que le hizo el p¨²blico argentino, confes¨® ayer que al acabar el partido con Polonia estaba convencido de que Dios era brasile?o. Pel¨¦, al finalizar el partido de Argentina, se consolaba as¨ª: ?Dios no permaneci¨® mucho tiempo al lado de los brasileiros?.
Dos d¨ªas de fiesta est¨¢n previstos si Argentina gana el Mundial. Hasta el mi¨¦rcoles de la pr¨®xima semana no podr¨¢ recuperar el pa¨ªs su pulso normal. Para Argentina en estos d¨ªas no existe otro problema que el futbol¨ªstico. Para miles de argentinos no cuenta nada m¨¢s. El espect¨¢culo que proporciona el f¨²tbol aqu¨ª no es comparable con nada. El bullicio de las calles para hacerse una idea habr¨ªa que imagin¨¢rselo con las fallas y los sanfermines juntos. Ni siquiera en las horas del mayor fanatismo peronista fue posible producir una explosi¨®n patriotera de este tipo. El gran negocio de Argentina en estos d¨ªas ha sido la fabricaci¨®n de banderas nacionales. La l¨ªrica bonaerense habla ahora de ?un viento celeste y blanco?.Para Argentina su clasificaci¨®n ha sido un ¨¦xito superior al de 1930 en Uruguay. Para Argentina llegar a la final ha sido una aut¨¦ntica revancha. Argentina vive ahora bajo la ¨®ptica de una m¨ªstica muy peculiar. El an¨¢lisis de esta actitud habr¨¢ que hacerlo en el momento oportuno.
Pero mientras en Argentina todo, es fiesta, en otros lugares se analizan los resultados futbol¨ªsticos y, desde un punto de vista estrictamente deportivo, se llega a la conclusi¨®n de que el reglamento de la FIFA no es perfecto, ni mucho menos. Como primera cuesti¨®n hay que plantearse la incongruencia de que dos selecciones que han sido derrotadas previamente -Argentina por Italia y Holanda por Escocia, una selecci¨®n eliminada- hayan llegado a la final. Antecedentes de este tipo existen en la historia de los Mundiales. En 1954 Alemania gan¨® a Hungr¨ªa la final cuando con anterioridad hab¨ªa sido derrotada por la misma selecci¨®n por 8-3. Brasil, que gan¨® en su grupo a Checoslovaquia, volvi¨® a enfrentarse a este equipo en la final de 1962. Alemania Federal, en su segundo ¨¦xito mundial, fue vencida previamente por la Rep¨²blica Democr¨¢tica de Alemania.
El mi¨¦rcoles, antes de jugarse los partidos definitivos, pod¨ªan darse casos como ¨¦stos: Italia, con un empate ante Holanda, pod¨ªa quedar fuera de las dos finales y sobre doce puntos posibles hubiera sumado diez. No habr¨ªa optado ni al tercer puesto, pese a no haber sufrido ninguna derrota. Con esa supuesta igualada, Holanda habr¨ªa sumado s¨®lo siete puntos de los doce posibles, al llegar a la final con des victorias. tres empates y una derrota.
Sobre la base del empate entre Italia y Holanda, Alemania, con una victoria sobre Austria, habr¨ªa sumado ocho puntos, uno m¨¢s que la Holanda finalista, al acabar con dos victorias y cuatro empates. De haber triunfado Italia y clasificarse Argentina, los italianos habr¨ªan ganado su derecho con once puntos de los doce posibles, mientras que Argentina ¨²nicamente hubiera contado con nueve.
En el encuentro entre Brasil y Polonia tambi¨¦n se produc¨ªan algunas contradicciones desde el punto de vista deportivo. En caso de que Brasil obtuviera el pase a la final, lo hac¨ªa sobre la base de tres victorias y tres empates, es decir, nueve puntos, los mismos que Argentina, que pod¨ªa quedar fuera por diferencia de goles, y menos que Italia, si empataba con Holanda. Polonia, con una goleada a Brasil, pod¨ªa superar a este equipo y a Argentina, y con ello disputaba el t¨ªtulo con diez puntos. Con la misma puntuaci¨®n, por cuesti¨®n de goles, se quedaba para optar a la tercera plaza.
Estas combinaciones indican que la f¨®rmula que se sigue no garantiza que los mejores ocupen los primeros puestos. Ya en el Mundial de Alemania se dio el caso de que Escocia qued¨® eliminada sin haber sufrido ninguna derrota. Desde un punto de vista puramente deportivo no parece muy justo que la final del Mundial la disputen dos selecciones que han sido derrotadas. Quiz¨¢ la eliminaci¨®n directa eliminar¨ªa este Juego actual en el que, como en las ligas nacionales, se busca deliberadamente el empate.
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