"Lo decisivo no es tanto invertir mucho como invertir bien"
?En general, la econom¨ªa espa?ola ha de extraer una lecci¨®n muy importante de su pasado reciente: que lo decisivo no es tanto invertir mucho como invertir bien. La cuota de inversi¨®n de nuestra econom¨ªa ha sido muy alta durante muchos a?os; pero esa inversi¨®n ha tenido, con frecuencia, una productividad baja y ha implicado a menudo importantes derroches de recursos -m¨¢s comunes en grandes proyectos bajo tutela p¨²blica-. En el pasado, cuando la econom¨ªa crec¨ªa con rapidez y el desempleo no era problema acuciante, esos derroches eran lamentables, pero pod¨ªan ser soportados (a un alto coste). En las circunstancias actuales la econom¨ªa espa?ola no puede permitirse esos costes.?
Con este p¨¢rrafo concluye el cap¨ªtulo dedicado a La econom¨ªa espa?ola en 1978: perspectivas y problemas, que aparece en el Informe anual del Banco de Espa?a presentado ayer y que es catalogado como uno de los m¨¢s rigurosos de cuantos se editan anualmente en Espa?a.En opini¨®n de los expertos que han elaborado el citado Informe, 1978 se configura como un per¨ªodo de lento avance de la actividad productiva, sustancial mejora del d¨¦ficit exterior por cuenta corriente y notable desaceleraci¨®n de la tasa de inflaci¨®n respecto al a?o anterior -aunque en t¨¦rminos de crecimiento interanual de los deflactores ( 18,6% en 1978 frente a 22,3 % en 1977 para el deflactor general del PIB al coste de los factores; 19% en 1978 frente a 24,5% en 1977 para el deflactor del consumo privado) dicha desaceleraci¨®n queda parcialmente oculta-. La evoluci¨®n de la tasa de inflaci¨®n probablemente ser¨¢ ligeramente ascendente en los meses centrales del a?o, para mostrar, despu¨¦s, una tendencia a la desaceleraci¨®n. En opini¨®n del informe, si la pol¨ªtica econ¨®mica se adapta al esquema trazado en los Acuerdos de la Moncloa para el conjunto del a?o, no hay, en estos momentos, razones para prever que la econom¨ªa espa?ola est¨¦ creciendo, en la segunda parte del a?o, a una tasa real muy superior al 2,5% anual, a pesar del est¨ªmulo recibido de la agricultura.
El aspecto m¨¢s desfavorable del a?o, seg¨²n el Banco de Espa?a, lo constituir¨¢ la evoluci¨®n del desempleo. La tendencia a la reducci¨®n del empleo mostrada a finales de 1977 en sectores que hasta entonces hab¨ªan generado pocos despidos, se ha acentuado en los primeros meses de 1978. En consecuencia, no hay razones para pensar que el n¨²mero de parados aumentar¨¢ apreciablemente en 1978 y de que el a?o puede cerrarse con una cifra de parados superior al mill¨®n de personas.
De acuerdo con el Informe, el desempleo habr¨¢ alcanzado unos niveles y mostrar¨¢ una tendencia creciente, a finales de 1978, que plantean serios problemas desde el punto de vista social. No hay ampliaci¨®n posible del seguro de paro ni medidas parciales para combatir el desempleo que pueda sustituir al ¨²nico camino v¨¢lido para abordar el problema: aumentar la inversi¨®n y el ritmo real de crecimiento de la econom¨ªa espa?ola. No cabe desconocer, sin embargo, las dificultades de este camino en los momentos actuales: en primer lugar, se necesitar¨ªa una tasa real de crecimiento del PIB del orden del 4% anual acumulativo para simplemente impedir que el paro continuar¨¢ aumentando; en segundo lugar, la econom¨ªa espa?ola a¨²n no ha conseguido dominar adecuadamente sus otros desequilibrios, especialmente la inflaci¨®n, y en tercer lugar la econom¨ªa internacional ofrece contexto poco favorable y en ning¨²n caso va a actuar como fuerza impulsora de nuestra econom¨ªa.
No contar con ayuda externa
Tras hacer un somero an¨¢lisis sobre las razones que impedir¨¢n a la econom¨ªa mundial ayudar a un relanzamiento de la econom¨ªa espa?ola, el Informe pone de manifiesto que los problemas que dificultan las posibilidades de crecimiento de la econom¨ªa espa?ola de cara a 1979 no son, sin embargo, de origen externo, puesto que las balanzas por cuenta corriente y b¨¢sica no actuar¨¢ el pr¨®ximo a?o, como restricci¨®n cercana al logro de las tasas de crecimiento real a que cabr¨ªa aspirar. Las restricciones b¨¢sicas derivan de que la econom¨ªa est¨¢ a¨²n lejos de haber logrado superar los desequilibrios internos que la atenazan, especialmente en lo que se refiere a la inflaci¨®n de costes. Un crecimiento de los precios al consumo del 16% en 1978 -medido de diciembre a diciembre- es, sin duda, una desaceleraci¨®n muy fuerte respecto a la correspondiente tasa de inflaci¨®n registrada en 1977 (26,4%), pero contin¨²a siendo inaceptablemente alto cuando se tiene en cuenta que el ritmo de crecimiento de los precios al consumo s¨®lo ser¨¢ ligeramente superior al 7% en el conjunto de pa¨ªses miembros de la OCDE en 1978.
La inversi¨®n
?Hay, sin duda, un conjunto de factores que est¨¢n afectando negativamente al ritmo de inversi¨®n en todos los pa¨ªses industrializados: la quiebra del avance tecnol¨®gico tras la crisis del petr¨®leo y la consiguiente modificaci¨®n de la estructura de precios relativo, la incertidumbre respecto al futuro de la estructura industrial, etc¨¦tera. A ellos se ha sumado, en Espa?a, la incertidumbre ligada a las importantes transformaciones pol¨ªticas que el pa¨ªs ha registrado en los ¨²ltimos a?os. Sin embargo, la inflaci¨®n de costes y la comprensi¨®n del excedente neto de explotaci¨®n han alcanzado, en Espa?a, una intensidad incompatible con un ritmo normal de inversi¨®n. Lo que en otros pa¨ªses contin¨²a siendo un elemento de desaliento de la inversi¨®n, en el nuestro adquiere caracteres mucho m¨¢s graves. La recuperaci¨®n de la inversi¨®n privada es, con todo, esencial para que se generen nuevos puestos de trabajo; se ampl¨ªen las capacidades instaladas en sectores que, en otro caso, podr¨ªan conducir a estrangulamientos inflacionistas de oferta cuando la econom¨ªa adquiriera un ritmo de crecimiento m¨¢s elevado, y se mantenga la capacidad de competencia necesaria para la evoluci¨®n saneada de la balanza de pagos.?El Informe, tras analizar las tasas de crecimientos propuestas por la OCIDE y los principales desequilibrios de la econom¨ªa espa?ola, se centra en la necesidad de una fuerte reducci¨®n del ritmo de inflaci¨®n de costes como condici¨®n necesaria para alentar la inversi¨®n privada, el ahorro, la tasa real de crecimiento de la econom¨ªa y la generaci¨®n de nuevos puestos de trabajo.
Refiri¨¦ndose a las inversiones, el Banco de Espa?a pone de manifiesto que estas no deber¨¢n incidir en sectores con grandes m¨¢rgenes permanentes de infrautilizaci¨®n de la capacidad en los que el ¨²nico criterio v¨¢lido es procurar reducir progresivamente la capacidad instalada y su utilizaci¨®n procurando no generar graves problemas de paro.
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