El "emperador de Occidente" replica a EL PAIS
En primer lugar, quiero agradecer la atenci¨®n constante que el peri¨®dico que dirige dedica tanto a Fuerza Nueva como a m¨ª. Es una prueba, sin duda, del creciente inter¨¦s que nuestro movimiento pol¨ªtico le merece. En esa l¨ªnea de atenci¨®n destaca el editorial del pasado 1 de julio: ?El eurofascismo?.Dice el editorial en su primer p¨¢rrafo que ?el pasado martes fue presentado en sociedad, en Par¨ªs, el eurofascismo?. Y nada m¨¢s incierto, porque el martes, d¨ªa 27 de junio, no pudo presentarse en Par¨ªs lo que no existe. En Par¨ªs, y pese a la amenaza de los amigos pol¨ªticos del editorialista, a los asaltos a los hoteles donde nos aloj¨¢bamos, a la bomba colocada en el palacio de la Mutualidad y a la manifestaci¨®n -escasamente concurrida por cierto- convocada por los marxistas, se celebr¨® un acto de afirmaci¨®n europea, en el que tuve el honor de participar.
Cuando en Espa?a y fuera de Espa?a se celebran actos con intervenci¨®n de oradores de distintas nacionalidades, nada puede tener de extra?o ni de criticable que quienes representarnos a fuerzas pol¨ªticas de significaci¨®n nacional y, por ello mismo, anticomunistas, planteemos nuestro debate en colaboraci¨®n y all¨ª donde el adversario lo plantea.
Estas fuerzas pol¨ªticas no recogen ning¨²n legado de Adolfo Hitler, ni tienen que renegar de alguien del que, cualquiera que sea el juicio que merezca, no trae origen ni causa.
Nuestras tradiciones nacionales son lo suficientemente ricas para encontrar en ellas, sin colonizaci¨®n ideol¨®gica, la raz¨®n de nuestra propia existencia.
Aqu¨ª, se?or director, no hay pretores ni discusiones por ninguna primac¨ªa, aunque agradezco la buena disposici¨®n de EL PAIS para conmigo, al contemplarme vencedor de esa imaginaria disputa y proclamarme de antemano ?futuro emperador de Occidente?. La verdad es que se trata de una suprema magistratura que jam¨¢s hubiera so?ado ocupar.
El editorial, en su p¨¢rrafo segundo, mezcla un supuesto ?culto a la violencia? con la ?vocaci¨®n golpista?, el ?car¨¢cter paramilitar? y la ?estrategia desestabilizadora? de Fuerza Nueva.
Son demasiados dislates los que se acumulan en ese p¨¢rrafo, porque, con independencia de la frivolidad con que se nos acusa de algo indemostrable, basta decir que lo paramilitar ser¨ªa una exaltaci¨®n civil por parte de Fuerza Nueva de las virtudes y de la disciplina castrense, y que la ¨²nica violencia que nosotros defendemos es la leg¨ªtima, y no como culto, sino como derecho. ?Acaso EL PAIS hubiera fustigado la violencia que el director de la Hoja del Lunes de Bilbao hubiera podido ejercer para evitar que la violencia etarra le dejara acribillado y muerto en la calle?
En el p¨¢rrafo tercero del editorial, con lenguaje civilizado: 1) se nos llama ?energ¨²menos?; 2) se nos acusa de ?aspiraci¨®n a ostentar el monopolio del patriotismo?; 3) se indica que nuestro prop¨®sito es enviar a millones de ciudadanos a ?campos de exterminio y hornos crematorios?; y 4) se subraya que nos cubrimos de ?rid¨ªculo en las elecciones de 1977?.
Todo esto, se?or director, es injurioso o calumnioso. Por respeto a m¨ª mismo y a quienes represento perm¨ªtame que le diga que este p¨¢rrafo del editorial es una muestra antol¨®gica del ?energumenismo? que nos atribuye; que para quitarnos el monopolio del patriotismo, suponiendo que lo tuvi¨¦ramos, el camino a seguir es muy f¨¢cil: proclamarse espa?oles, defender la unidad de Espa?a, sin fragmentarla en nacionalidades, y no avergonzarse de su bandera; que nosotros no hemos mandado a nadie a campos de exterminio, como el que ?disfruta? el ex divisionario Manuel Garc¨ªa, ni a hornos crematorios o fosas colectivas, como las de Kat¨ªn o Paracuellos del Jarama, que igualmente podr¨ªamos imputar de an¨¢logas intenciones a quienes respaldan ide¨®logicamente a EL PAIS, si, al igual que el editorialista, careci¨¦semos de escr¨²pulos; y que la noci¨®n del rid¨ªculo es polivalente, y as¨ª Galileo, al mantener una postura universalmente rechazada, aunque fuese la correcta, debi¨® cubrirse de rid¨ªculo, seg¨²n la teor¨ªa de EL PAIS; y es que a veces el rid¨ªculo es una consecuencia del testimonio de la verdad.
Pero tanta ofensa gratuita y en andanada, no anula nuestra moral. Dice EL PAIS que si no fuera por la gravedad de los hechos denunciados, Fuerza Nueva podr¨ªa servir de tema a los humoristas. Pues bien, se?or director, le aseguro que yo he pensado muchas veces que EL PAIS tambi¨¦n ofrece en muchas ocasiones materia para poner el humor en ejercicio; y ¨¦sta, sin duda, es una de ellas.
Yo soy un hombre agradecido, se?or director. Por eso, recordar¨¦ con gratitud su propuesta -porque propuesta es de alg¨²n modo- para que quien ahora le replica sea nombrado ?emperador de Occidente?. Le aseguro, con toda solemnidad y con la mano en el pecho, que tan pronto asuma tan elevadas funciones le nombrar¨¦ a usted buf¨®n de mi casa imperial.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.