Washington y Mosc¨² renuevan hoy el di¨¢logo nuclear en Ginebra

Lac¨®nico, quiz¨¢ m¨¢s que en ocasiones anteriores, lleg¨® ayer a Ginebra, para su encuentro de hoy y ma?ana con el secretario de Estado Cyrus Vance, el ministro de Asuntos Exteriores de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, Andrei Gromiko. Esta apreciaci¨®n registrada en los medios diplom¨¢ticos ginebrinos se suma al pesimismo reinante sobre la continuaci¨®n positiva de las negociaciones SALT.En el aeropuerto Cointrin, de esta ciudad, Gromiko se limit¨® a decir que su Gobierno ?est¨¢ dispuesto, como en el pasado, a llevar adelante las discusiones sobre armamentos estrat¨¦gicos con gran voluntad?, en un terreno de soluciones aceptables para las dos potencias y que refuercen la paz en el mundo.

?Este es el peor momento para el di¨¢logo?, sostuvo ayer el embajador de un pa¨ªs de Europa Occidental ante Naciones Unidas. La noticia de que Cyrus Vance, antes de salir de Washington, declar¨® que se entrevistar¨ªa con la esposa del disidente sovi¨¦tico Anatoly Shcharanski, ma?ana en Ginebra, se expandi¨® r¨¢pidamente en los c¨ªrculos diplom¨¢ticos.

El ¨²ltimo encuentro entre Vance y Gromiko tuvo lugar a finales de mayo y principios de junio. En esa oportunidad se inform¨® que ?despu¨¦s del acuerdo a que llegaron los negociadores sobre el n¨²mero de vectores at¨®micos que se permitir¨¢ poseer a cada potencia? quedaban algunos aspectos por discutir, y se hac¨ªa referencia al bombardero sovi¨¦tico conocido como backfire, que Mosc¨² sostiene que es un avi¨®n de ?alcance medio?, y en ese caso no deber¨ªa entrar en el acuerdo SALT II sobre armas estrat¨¦gicas de largo alcance. La Casa Blanca exige garant¨ªas al respecto.

Por otra parte, y a pesar del hermetismo en que se desarrollan estas negociaciones, trascendi¨® ayer que el texto del proyecto de acuerdo de las SALT-II, que tendr¨ªa vigencia hasta 1985, con cl¨¢usulas provisionales hasta 1980, tendr¨ªa ya alrededor de cincuenta p¨¢ginas.

Mientras llegaban ayer a Ginebra los ministros de las dos superpotencias, se reiniciaba la 790 y ¨²ltima sesi¨®n de la conferencia del comit¨¦ de desarme (CCD). Un delegado la, calific¨® como un ?animal prehist¨®rico?. Otro, como estar ?enamorado de un muerto?.

Ese fue el ambiente inaugural, despu¨¦s que en la asamblea general extraordinaria de las Naciones Unidas, recientemente celebrada en Nueva York, se acord¨® eliminar la CCD y crear, a partir del mes de enero de 1979 el Comit¨¦ de Desarme (CD), al cual se integrar¨¢n ocho pa¨ªses, que se sumar¨¢n a los 31 ya representados en la CCD. Entre los posibles futuros integrantes se daban ayer los nombres de Australia, Cuba, Venezuela, Sri Lanka y Argelia.

La ¨²ltima sesi¨®n de CCD deber¨¢ pronunciarse sobre un tratado sobre la prohibici¨®n completa de los ensayos de armas nucleares, en torno al cual reiniciar¨¢n las discusiones trilaterales en los pr¨®ximos d¨ªas la URSS, Gran Breta?a y Estados Unidos.