Soares conf¨ªa en que la coalici¨®n portuguesa se mantenga hasta 1980

Las nuevas exigencias de sus aliados democristianos, la oposici¨®n reforzada de los socialdem¨®cratas y la pol¨¦mica levantada por los ?presidencialistas? de su propio partido no han sido suficientes para hacer perder al primer ministro portugu¨¦s, el socialista Mario Soares, su optimismo en relaci¨®n al futuro de la actual coalici¨®n.

Para el primer ministro, el acuerdo PS-CDS conserva todas sus probabilidades de durar, ?al menos hasta 1980?. En su opini¨®n, los democristianos no han presentado ning¨²n ultim¨¢tum, sino tan s¨®lo una ?propuesta de revisi¨®n ministerial destinada a dar mayor eficacia al ejecutivo, y particularmente al Ministerio de Agricultura?. Acerca de esta propuesta tendr¨¢ que pronunciarse el secretariado nacional del PS, que se re¨²ne los pr¨®ximos 15 y 16.La aparente tranquilidad de Mario Soares refuerza entre los sectores de izquierda el sentimiento de que la crisis no llegar¨¢ a producirse, por el simple hecho que el primer ministro acept¨® ya sacrificar sobre el altar de la alianza con los democristianos a sus dos ministros m¨¢s cuestionados, Luis Saias, en Agricultura, y Antonio Arnault, en Asuntos Sociales, autor del famoso proyecto de servicio nacional de salud que puso en pie de guerra todos los partidarios de la medicina liberal.

Pero ?cu¨¢nto costar¨¢ al PS en t¨¦rminos electorales y de desmovilizaci¨®n creciente de su ala izquierda estas nuevas concesiones a la derecha?

Mario Soares se afirmaba el lunes convencido de que el CDS, como partido democr¨¢tico que es, respetar¨ªa la voluntad expresada electoralmente por la mayor¨ªa del pueblo portugu¨¦s de edificar una sociedad socialista, de la misma manera que los socialistas estar¨ªan dispuestos, en caso de victoria significativa del CDS, a renunciar a sus objetivos de transformaci¨®n social. Es lo que reza el famoso principio de ?alternancia democr¨¢tica en el poder? lo que pasa es que amplios sectores del electorado socialista est¨¢n cada vez m¨¢s convencidos de que el CDS no est¨¢ dispuesto a aceptar ninguna transformaci¨®n social seria. Y que se limita a tolerar lo que no tiene fuerza de contestar frontalmente, para modificar su actitud cuando la correlaci¨®n de fuerzas se altere en su favor.