Giscard visitar¨¢ Lisboa el pr¨®ximo d¨ªa 18
El presidente Giscard d'Estaing llegar¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 18 a Lisboa en visita oficial. Convencer a los dirigentes portugueses de las tesis francesas sobre Africa ser¨ªa uno de los objetivos de su visita.Se habla de deshielo en las relaciones luso-francesas, pero ese deshielo parece haberse limitado hasta la fecha al campo econ¨®mico. Un acuerdo con la empresa Regie Renault para la instalaci¨®n en Portugal de cinco f¨¢bricas es, en este instante el ¨²nico plato fuerte de la amistad entre los dos pa¨ªses. Pero Francia observa con reticencia la evoluci¨®n de la situaci¨®n pol¨ªtica exterior de Lisboa en particular.
La historia de las relaciones bilaterales desde 1974 ha sido una larga sucesi¨®n de desaires, m¨¢s menos graves. Cuando el presidente Costa Gomes visit¨® Par¨ªs en 1975, la frialdad de la recepci¨®n se situ¨® al l¨ªmite de la descortes¨ªa, y la televisi¨®n francesa aprovech¨® el momento para transmitir una larga entrevista con el general Spinola, entonces huido de Lisboa. La embajada francesa no hace adem¨¢s actualmente el menor misterio de sus excelentes relaciones con la oposici¨®n de derecha, civil y mlitar.
El tema de la pol¨ªtica africana y la oposici¨®n de Francia al ingreso de Portugal en la CEE son los dos principales puntos del actual desacuerdo entre los dos pa¨ªses. Para Lisboa es evidente que la actitud de Giscard contra un Portugal comunitario es puramente pol¨ªtica, ya que apoya calurosamente el ingreso de Espa?a, mucho m¨¢s peligrosa para los intereses de los agricultores franceses. La oposici¨®n de Par¨ªs estar¨ªa vinculada a la famosa lucha entre el ?eje latino? y el ?eje anglosaj¨®n?, en disputa por la hegemon¨ªa europea. Como siempre a lo largo de su historia. Portugal se muestra m¨¢s cerca de Londres, y ahora tambi¨¦n de Bonn y de Washington, que de Par¨ªs. Si bien el asunto europeo es hoy poco importante para Portugal. Francia no se manifiesta indiferente en relaci¨®n con las Iniciativas africanas de Portugal.
El reciente encuentro de Bisau entre os presidentes Eanes y Agostinho Neto ha sido visto con desagrado por Par¨ªs sobre todo porque la diplomacia portuguesa insisti¨® en que la visita de Giscard tuviese lugar despu¨¦s de la cumbre luso-angole?a y no antes, como lo deseaba el El¨ªseo. Desde entonces el presidente portugu¨¦s y el canciller Sa Machado han multiplicado las declaraciones, marcando sus distancias respecto de la pol¨ªtica africana de Francia. Tambi¨¦n han hecho el compromiso formal de no permitir las actividades en territorio portugu¨¦s de los movimientos hostiles a los reg¨ªmenes marxistas de Luanda y Maputo movimientos que gozan del apoyo no siempre discreto de Par¨ªs.
Giscard d'Estaing podr¨¢ intentar influenciar la pol¨ªtica portuguesa jugando con el chantaje que puede ejercer contra la fr¨¢gil econom¨ªa portuguesa mediante la amenaza de expulsi¨®n de los cerca de 800.000 emigrantes portugueses en Francia. La derecha y la extrema derecha portuguesas hacen coro con los puntos de vista franceses, pero hoy en d¨ªa Portugal parece firmemente atado, econ¨®mica y pol¨ªticamente, a las orientaciones de Washington.
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