La Democracia Cristiana, a la b¨²squeda de la "tercera Italia"
En un discurso program¨¢tico de m¨¢s de sesenta p¨¢ginas, Benigno Zaccagnini, secretario general de la Democracia Cristiana, dijo ayer ante el Consejo Nacional del partido que acaba de nombrar a Flaminio Piccoli nuevo presidente, en sustituci¨®n de Aldo Moro, y que el Partido Comunista est¨¢ realizando grandes esfuerzos para aclarar sus intenciones de convertirse en un partido verdaderamente democr¨¢tico y garante de todas las libertades; pero, al mismo tiempo, Zaccagnini advirti¨® que la DC no acepta como pol¨ªtica del futuro ni el ?compromiso hist¨®rico? de los comunistas ni la ?alternativa de izquierdas? de los socialistas.Fueron muy destacadas por los comentaristas pol¨ªticos las alabanzas de Zaccagnini a la nueva estrategia socialista de ?autonom¨ªa?, aunque, al mismo tiempo, el secretario de la DC declar¨® que teme que los socialistas no est¨¦n dispuestos, por el momento, a buscar un acuerdo nuevo con la Democracia Cristiana. Este deseo de recuperar al Partido Socialista lo ha hecho a¨²n m¨¢s expl¨ªcito el activo vicesecretario de la DC, Giovanni Galloni, el cual, despu¨¦s de una serie de reuniones con elementos de su partido m¨¢s bien contrarios al di¨¢logo con los comunistas, ha declarado que la actual pol¨ªtica de emergencia no puede alargarse m¨¢s all¨¢ de lo que el mismo Moro hab¨ªa indicado antes de ser asesinado, es decir, hasta fin de a?o.
Galloni manifest¨® tambi¨¦n un inter¨¦s especial por el acercamiento del PSI a las corrientes socialdem¨®cratas, un hecho, dijo el vicesecretario de la DC, que es de ?gran relieve?.
Por su parte, Zaccagnini indic¨® a los socialistas que no podr¨¢ existir un acuerdo con la DC si el PSI pretende que la Democracia Cristiana se deba convertir en un partido conservador, porque precisamente en este momento descubre mejor que nunca su ?calma popular y progresista?.
En esta l¨ªnea, Zaccagnini dijo al partido que Italia no es s¨®lo el tri¨¢ngulo industrial obrero ni el proletariado del Sur, porque existe tambi¨¦n una ?tercera Italia? de la cual muchas veces se olvida la izquierda. Esta ?otra Italia? la constituyen los peque?os artesanos, los empleados, los peque?os comerciantes, los jubilados, etc¨¦tera. A esta clase media pobre la Democracia Cristiana tendr¨¢ que estar muy atenta en el pr¨®ximo futuro.
Mientras sigue el debate en el Consejo Nacional de la DC con el nombramiento de Piccoli, al cual Moro hab¨ªa criticado una mezcla de abnegaci¨®n y de oportunismo, pero tambi¨¦n un pol¨ªtico poco amante del poder y m¨¢s bien ?esquivo?, la pol¨¦mica entre comunistas y socialistas se hace cada vez m¨¢s agria.
En una entrevista al ¨²nico vicesecretario socialista, el joven Signorile se permiti¨® afirmar que el Partido Comunista no est¨¢ a¨²n preparado para ser un partido de Gobierno, porque ?a¨²n no est¨¢ maduro?. El ¨®rgano oficial del partido, L'Unit¨¢, respondi¨® a Signorile que cuando el peri¨®dico socialista se convierte en un instrumento anticomunista es necesario preguntarles a los socialistas: ?Sed sinceros, ?qu¨¦ est¨¢is preparando para el partido y para el pa¨ªs??
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