?Astilleros y navieros,en crisis?

5 D¨ªas?La crisis de los astilleros est¨¢ alcanzando su punto m¨¢s agudo. Es una crisis de la que no se ha salvado ning¨²n pa¨ªs productor, pero en ninguna parte ha golpeado con m¨¢s dureza que en Espa?a. En primer lugar, por el alto puesto alcanzado por nuestro pa¨ªs en el ranking de los grandes constructores de buques. En segundo lugar, por la err¨®nea pol¨ªtica seguida en cuanto a la dimensi¨®n de nuestros astilleros. En Espa?a se han construido astilleros gigantescos, que s¨®lo pueden ser rentables con un alt¨ªsimo nivel de ocupaci¨®n. Para conseguir este nivel, las empresas espa?olas han contratado con armadores extranjeros a precios muy por debajo de los costes. Para compensar las p¨¦rdidas ocasionadas en estas operaciones forzaron los pedidos espa?oles a precios muy superiores a los internacionales. La tonelada de barco espa?ol cuesta 220 d¨®lares, mientras que la tonelada de barco extranjero sale por la mitad, 110 d¨®lares.Es obvio que en estas condiciones los navieros espa?oles no pod¨ªan competir en el mercado internacional, por lo que se les compens¨® con un flete protegido y con el ?derecho de bandera?, que obliga a transportar en barcos espa?oles el crudo que necesitan nuestras refiner¨ªas, salvo el que destine a la reexportaci¨®n.

Los navieros espa?oles hubieran preferido libertad para adquirir barcos donde les ofrecieran mejores condiciones, libertad para repararlos donde desearan, y en contrapartida, libertad de fletes, sin necesidad de arroparse en el derecho de bandera.

Sin embargo, la Administraci¨®n se hab¨ªa enfrentado con el dilema ?exportar quillas o fletes? y hab¨ªa optado por la primera alternativa

Ante una subida tan brutal del precio del petr¨®leo, la demanda mundial disminuy¨® dr¨¢sticamente, y con ella la demanda de transporte. Los planes para la adquisici¨®n de barcos programados por transportistas y refiner¨ªas fueron revisados y, en la medida que result¨® posible, se cancelaron numerosos pedidos.?

29 julio