Comienzan las votaciones del c¨®nclave para la elecci¨®n del Papa

(Viene de la p¨¢gina primera)

Los cardenales m¨¢s tradicionales que se presentan en la v¨ªspera del c¨®nclave con poqu¨ªsimas probabilidades de eligir un candidato propio, piensan que ser¨¢ muy largo. Ottaviani ha dicho que podr¨ªa durar diez d¨ªas. Los electores de la prudente continuidad montiniana, es decir, los centristas creen que el c¨®nclave podr¨¢ resolverse en un par de d¨ªas. Los progresistas piensan tambi¨¦n que no ser¨¢ muy largo, pero ven dif¨ªcil una elecci¨®n antes del lunes por la tarde. Si se prolongase a¨²n m¨¢s ser¨ªa la demostraci¨®n, como dice el Corriere della Sera, que ?existe entre los electores un desacuerdo total Y una rigidez de grupos antit¨¦ticos que revelar¨ªa al mundo una ruptura dolorosa en el interior de la m¨¢xima jerarqu¨ªa de la Iglesia?.

Los observadores destacan que la historia de la lglesia demuestra que los c¨®nclaves nunca siguieron la ?l¨®gica de la raz¨®n?. En todo lo que va de siglo la curia nunca consigui¨®. con sus maniobras, elegir a uno de sus candidatos, ni siquiera cuando la curia era m¨¢s fuerte.

Pero ,qu¨¦ suceder¨¢ en las primeras votaciones? Obtendr¨¢n votos Baggio y Bertoli, dos moderados; Pignedoli, un ?montinista?. Pironio. un progresista moderado que asegurar¨ªa la continuidad abierta del Concilio, y Villot, que podr¨ªa ser s¨®lo un candidato de puro compromiso. Pero todos estos candidatos a Papa no obtendr¨¢n en las dos primeras votaciones m¨¢s de veinte o treinta votos y se necesitan 75 votos en las 24 primeras votaciones. Tal como aparecen divididos los grupos se puede decir, usando el lenguaje de la pol¨ªtica y no el del Esp¨ªritu Santo, que los conservadores. que desear¨ªan una vuelta hacia atr¨¢s del Concilio no tienen ni remotamente votos suficientes para elegir a un Papa. Los progresistas, que desear¨ªan, como afirm¨® Koenig el arzobispo de Viena, poner en pr¨¢ctica lo que a¨²n queda por descubrir del Concilio Vaticano II; es decir, ?ir hacia adelante?. tampoco tienen votos suficientes para elegir un Papa de este tipo. Pero tampoco son suficientemente fuertes los ?moderados? del tipo de Baggio, que desear¨ªan continuar no tanto la l¨ªnea del Concilio como la del ?¨²ltimo Pablo VI?. Todo depender¨¢ si este grupo, con los votos que podr¨ªan darles los conservadores. obtendr¨¢ los votos suficientes para elegir de nuevo un disc¨ªpulo de Montini o bien si los progresistas, conform¨¢ndose con una fig,ura como Pironio que no es un revolucionario pero que se atrever¨ªa a ir m¨¢s lejos que Pablo VI. sobre todo en algunas materias. podr¨¢n recoger votos del grupo ?moderado?.

En este sentido se dice que podr¨ªa ser elegido un hombre nuevo. de compromiso, de los que no se ha hablado nada o casi nada. O bien podr¨ªa ser que en un momento de crisis acabasen por coincidir la mayor¨ªa con una figura ya anciana, ?por encima del bien y del mal?, tan santo que no pueda dar miedo ni a unos ni a otros. Aqu¨ª es donde puede entrar en Juego el Esp¨ªritu Santo, porque de estas figuras pueden provenir las grandes reformas. Una de estas figuras es el italiano Pellegrino, que no entr¨® como Papa en el c¨®nclave. pero s¨ª ?como el m¨¢s amado de todos los cardenales?. como escribi¨® ayer e diario comentarista religioso del diario Repubblica. Es probablemente el m¨¢s abierto soclalmente y de una profund¨ªsima espiritualidad. Ayer, en vez de estar en Roma fue a Asis a hablar a m¨¢s de mil j¨®venes. Afirm¨® que es posible pensar en una vuelta al pasado y que el camino iniciado por la Iglesia que se despoja del poder es irreversible ?Un s¨ªmbolo de esta Iglesia que se despoja del poder v se acerca a lo hombres y a las cosas esenciales? dijo. ?es el cuerpo de Pablo VI sepultado en la tierra desnuda?.

La curiosidad del mundo por el nuevo Pana no parece haber disminuido. Las agencias de viaje han anunciado ya para los pr¨®ximos d¨ªas la llegada a Roma de m¨¢s de un mill¨®n de peregrinos procedentes de los cinco continentes.

Comienzo del c¨®nclave

Despu¨¦s de la ceremonia oficia de comienzo del c¨®nclave, los cardenales se retiraron a sus celdas. En la capilla Sixtina se quedaron s¨®lo el camarlengo, los tres cardenales asistentes. entre los que formaba parte Jubany, arzobispo de Barcelona, el secretario del c¨®nclave y el maestro de ceremonias. Tras una inspecci¨®n cerraron el c¨®nclave por dentro. Empieza el secreto. La estufa va se halla dispuesta para informar del resultado de la primera votaci¨®n que se celebrar¨¢ hoy.

La clausura por la parte de fuera de la capilla SIxtina fue efectuada por el prefecto de la casa pont¨ªficia. por el delegado especial del Estado de, la Ciudad del Vaticano, por el comandante de la guardia suiza y otros. y las llaves fueron entregadas al delegado especial.