Andretti se destaca hacia el t¨ªtulo

Tras el nuevo doblete conseguido por los Lotus, con Andretti y Peterson en los dos primeros puestos del Gran Premio de Holanda -cuarto que logran en esta temporada-, el t¨ªtulo mundial queda ya s¨®lo al alcance de estos dos hombres. Matem¨¢ticamente, ning¨²n otro piloto puede alcanzar ya a Andretti salvo su propio compa?ero de equipo, Peterson. Dadas las condiciones del contrato del sueco, puede afirmarse que s¨®lo las aver¨ªas pueden ya privar a Mario Andretti de un merecido t¨ªtulo de campe¨®n del mundo.El dominio de los dos hombres de Lotus volvi¨® a ser inapelable. Ya desde los entrenamientos los dos Lotus parecieron estar lejos del alcance de sus rivales. Andretti y Peterson, por este orden, ocuparon las dos primeras posiciones en la parrilla de salida. Tras ellos, el Brabliani de Lauda y el Ferrari de Reutemann.

Durante la carrera todo fue semejante a lo sucedido en los entrenamientos oficiales. En la salida de la que faltaba el brit¨¢nico Keegan, que sufri¨® un espectacular accidente en los entrenamientos libres de la ma?ana, teniendo que ser trasladado a un hospital- se produjo un accidente m¨²ltiple, al tocarse los monoplazas de Pironi y Patrese, quedando varios coches fuera de carrera.

Andretti y Peterson tomaron el mando desde la primera vuelta. Realizando una carrera a su estilo, Andretti, talonado por su compa?ero de equipo, puso tierra de por medio con el resto de sus rivales, entre los que se destacaban Lauda y Reuternann. El austr¨ªaco, m¨¢s animado que en otras ocasiones, mantuvo en todo momento su tercera posici¨®n, mientras que el argentino de Ferrari se vio retrasado por problemas mec¨¢nicos hasta la s¨¦ptima plaza, justo por detr¨¢s de su compa?ero de equipo, Villeneuve.

Cuando la carrera tocaba a su fin, Lauda forz¨® su ritmo tratando de dar alcance al dio de cabeza. Su esfuerzo le llev¨® a situarse a s¨®lo seis segundos de Andretti. Pero cuando los hombres de Lotus se dieron cuenta de la proximidad del Brabham, y del peligro que ello podr¨ªa suponer, forzaron ellos a su vez las m¨¢quinas, restableciendo la situaci¨®n y distanciando nuevamente a Lauda lo suficiente como para que no pudiera inquietarles.