El Viti despide de los toros con una lecci¨®n magistral
La despedida de El Viti pudo ser tr¨¢gica, pues le cogi¨® su primer toro por la tripa, como para destrozarle, pero result¨® gloriosa, pues dio una tarde genial, de maestro, que entusiasm¨® y emocion¨® al p¨²blico talaverano y a los muchos aficionados que hab¨ªan llegado de toda la provincia y de Madrid para presenciar una corrida que ser¨¢ hist¨®rica.La recta final, de absoluta torer¨ªa, crecido El Viti en su afici¨®n, en su valor y en su t¨¦cnica, la ha culminado en Talavera con dos faenas que en estos momentos son insuperables. No tuvo toros f¨¢ciles. Por el contrario, presentaban problemas y era dif¨ªcil darles esos pases de repertorio que gustan a todos los p¨²blicos.
De manera que El Viti hubo de ser, antes que nada, lidiador. Su primero punteaba y era muy complicado hacerse con ¨¦l, pues si le obligaba se le ven¨ªa abajo. Plante¨® el trasteo en los medios. Poco a poco somet¨ªa a la res, hasta que lleg¨® a cuajar una serie impecable de cinco naturales hondos, ligados con el de pecho. Luego, un gran trincherazo, y vuelta a gustarse en series con ambas manos del toreo fundamental.
Plaza de Talavera
Corrida de feria. Llenazo. Cinco toros de Mart¨ªnez Elizondo, bien presentados, flojos, que dieron juego, aunque algunos presentaron problemas. Devuelto el primero por derrengado. El sobrero, de Jos¨¦ de la Cova, serio, tuvo dificultades. El Viti: pinchazo hondo (dos orejas). Media estocada (dos orejas y rabo, y el delirio). Palomo: estocada desprendida (pitos). Tres pinchazos bajos y tres descabellos (vuelta con alguna protesta). Ni?o de la Capea: pinchazo y estocada (silencio). Bajonazo (dos orejas y rabo y salida a hombros).
El triunfo ya estaba en la mano. Preparaba al toro para cuadrarle cuando, inesperadamente, se le arranc¨®. El Viti le marc¨® la salida, pero el animal no obedeci¨® al enga?o y le prendi¨® por la tripa. Hubo unos segundos dram¨¢ticos, en los que el diestro quedaba en el aire, doblado sobre el pit¨®n sin lograr desasirse Todas las cuadrillas saltaron a la arena para el quite, y cuando el maestro consigui¨® incorporarse las tranquiliz¨®: ? ?No ha sido nada! ? La r¨¢faga helada del espanto hab¨ªa cruzado la plaza de Talavera, como en aquel 16 de mayo...
Pero el ¨¦xito rotundo del primer toro a¨²n se ver¨ªa superado por la faena al cuarto. Fue un curso de tauromaquia con categor¨ªa de alta especializaci¨®n; la ¨²ltima lecci¨®n magistral de un torero de ¨¦poca, que culmina su vida profesional sentando c¨¢tedra. Con tres ayudados ya est¨¢ en los medios. El toro es prob¨®n y puntea. El Viti porf¨ªa, consiente, manda, y as¨ª van surgiendo derechazos, primero s¨®lo apuntados, luego profundos; cada uno es mejor que el anterior. Cambia de mano y el pase de pecho marcado al hombro contrario pone la plaza en pie. Ahora con la muleta en la izquierda dibuja un natural precioso, pero en los siguientes se le queda el toro delante de la barriga. El de pecho es de nuevo, enorme. Siguen dos series con la derecha perfectas, emocionantes, de una belleza que escapa a toda ponderaci¨®n. Y tras el cambio de mano, uno de pecho m¨¢s, de tan formidable ejecuci¨®n, que supera a todos los anteriores. All¨ª es el delirio. Unos molinetes cadenciosos y se adorna. Media estocada en las agujas. Las dos orejas y el rabo. Cuando concluye la vuelta al ruedo clamorosa, que ha dado m¨¢s despacio que nunca, haciendo honor a las botas de vino que le lanzan desde el tendido y devolviendo prendas, el p¨²blico no deja de aplaudir. La gran ovaci¨®n brotar¨¢ otra vez con el siguiente toro ya en el ruedo.
El Viti se ha ido sin ceremonial, pero ha solemnizado su ¨²ltima tarde con dos de las m¨¢s importantes faenas que haya hecho en su larga vida profesional. Ojal¨¢ vuelva. Ojal¨¢ sea verdad que a¨²n no esta clara su retirada, como nos dec¨ªa ayer el empresario Felic¨ªsimo Tejedor. Hace falta El Viti en los ruedos, para que los dem¨¢s espadas, sobre todo los j¨®venes, puedan aprender c¨®mo se hace el tereo.
Si es que quieren, claro. Porque a lo mejor no quieren, como los de ayer en Talavera. Palomo, que empeor¨® a su primer toro por torearle destemplado, despu¨¦s de la lecci¨®n de El Viti (a quien, por cierto, tuvo el detalle de brindarle el quinto de la tarde), se puso a dar saltos, hizo tremendismo, pegaba reolinas, arroj¨® los trastos para un desplante de rodillas. Todo menos torear. Y quiz¨¢ hizo bien: en cualquier caso, no habr¨ªa soportado la comparaci¨®n. El Ni?o de la Capea no pudo con su primer toro, que punteaba (los tres primeros punteaban), y al otro, cuya embestida era ideal, le dio cien pases, la mitad de ellos; circulares, casi tantos molinetes, como circulares, etc¨¦tera. A pesar de que mat¨® al bajonazo, cort¨® las dos orejas y el rabo. Capea y Palomo, Palomo y Capea, hicieron toreo de pueblo. El Viti interpret¨® con sobriedad, t¨¦cnica depurada y emoci¨®n, las normas b¨¢sicas m¨¢s dif¨ªciles y bellas de la tauromaquia eterna.
Chopera apodera a Julio Robles
Manuel Chopera apoderar¨¢ a Julio Robles. Durante la pasada feria de Salamanca, este diestro lo comunic¨® a su actual apoderado, Angel Luis Bienvenida.
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