Antonio A?overos deja de ser obispo de Bilbao
Monse?or Antonio A?overos, que se encuentra internado en la cl¨ªnica universitaria de Pamplona a causa de una dolencia cardiaca, ha dejado de ser obispo de Bilbao al serle aceptada ayer por el papa Juan Pablo I la renuncia que hab¨ªa presentado d¨ªas atr¨¢s por razones de salud. Le sustituye al frente de la di¨®cesis, en calidad de administrador apost¨®lico, monse?or Juan Mar¨ªa Uriarte, que desde hace dos a?os desempe?aba el cargo de obispo auxiliar.El obispo dimisionario, nacido en 1909 en Pamplona, explic¨® ayer en una carta a sus feligreses que le hab¨ªa costado mucho dar este paso, aunque entend¨ªa que estaba obligado a ello, ya que su estado de salud se hab¨ªa deteriorado.
Antonio A?overos es recordado m¨¢s all¨¢ de los ¨¢mbitos eclesi¨¢sticos por haber protagonizado en febrero de 1974 el incidente m¨¢s grave que se produjo durante la ¨²ltima etapa del r¨¦gimen franquista entre el Gobierno espa?ol y la Iglesia cat¨®lica. Una pastoral escrita junto con sus vicarios motiv¨® una fulminante respuesta del Gobierno Arias, que orden¨® su expulsi¨®n de Espa?a.
Mientras un avi¨®n especial esperaba en el aeropuerto de Bilbao para trasladarlo al Vaticano, monse?or A?overos daba a conocer su decisi¨®n de no abandonar la di¨®cesis por voluntad propia. La orden de expulsi¨®n tendr¨ªa que llevarse a cabo, por tanto, a la fuerza, aunque el obispo recordaba a continuaci¨®n que quienes ejercieran violencia f¨ªsica sobre los obispos o dieran orden de ejercitar¨ªa incurr¨ªan autom¨¢ticamente en la pena de excomuni¨®n.
El fantasma de la excomuni¨®n hizo que el Gobierno Arias, cuyo presidente hab¨ªa le¨ªdo dos semanas antes en las Cortes el discurso llamado de la apertura, reconsiderase la decisi¨®n, aunque monse?or A?overos tuvo que permanecer varios d¨ªas bajo arresto domiciliario y sometido a rigurosa vigilancia policial. Mientras tanto, centenares de vizca¨ªnos desfilaban por su casa para testimoniarle su solidaridad.
El p¨¢rrafo tal vez m¨¢s conflictivo de aquella pastoral y el que produjo m¨¢s irritaci¨®n en el nuevo Gobierno aperturista fue, sin lugar a dudas, el siguiente: ?El pueblo vasco, lo mismo que los dem¨¢s pueblos del Estado espa?ol, tiene el derecho de conservar su propia identidad, cultivando y desarrollando su patrimonio espiritual, sin perjuicio de un saludable intercambio con los pueblos circunvecinos, dentro de una organizaci¨®n socio-pol¨ªtica que reconozca su justa libertad. Sin embargo, en las actuales circunstancias, el pueblo vasco tropieza con serios obst¨¢culos para poder disfrutar de este derecho. El uso de la lengua vasca, tanto en la ense?anza en sus distintos niveles como en los medios de comunicaci¨®n (prensa, radio y TV). est¨¢ sometido a notorias restricciones. Las diversas manifestaciones culturales se hallan tambi¨¦n sometidas a un discriminado control. ?
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