Una ensalada indigesta
Dada la procedencia de Leopoldo Pom¨¦s, lo l¨®gico ser¨ªa temer que Ensalada Baudelaire fuera un filme de operador o -lo que es peor a¨²n- de fot¨®grafo. Pero no, no es as¨ª. Pom¨¦s ha evitado esta trampa inicial, frecuente e ingenua, pero ha ca¨ªdo en todas las otras que acechan a las operas primas.Como su propio t¨ªtulo indica, el filme de Pom¨¦s es una ensalada, Una ensalada de toscos ingredientes torpemente ali?ada que da como resultado una indigesta pelicula. Las primeras escenas tratan de describir la vida de una pareja de la alta burgues¨ªa catalana: un industrial de aficiones voyeuristas y una esposa-objeto tan ins¨ªpida como apetitosa. Unos di¨¢logos telegr¨¢ficos y demag¨®gicos nos introducen en la frialdad.de las relaciones de los protagonistas. Durante un week-end en yate, la estabilidad de esta pareja se ve trastrocada por la irrupci¨®n de dos homosexuales que, a partir de entonces, marcan las reglas del violento y macabro juego que es el resto de la pel¨ªcula.
Ensalada Baudelaire
Direcci¨®n: Leopoldo Pom¨¦s. Gui¨®n. Leopoldo Pom¨¦y, Rom¨¢n Gubern y Oscar T¨²squets. Fotograf¨ªa: Juan Suri?ach. M¨²sica: Ricardo Miralles, Int¨¦rpretes: Xavier Elorriaga. Marina Langner, Lorenzo Santamar¨ªa y Ricardo Masip, Espa?ola, 1978. Local de estreno: Roxy B.
La ensalada en cuesti¨®n es, como sigue; un bastante de esteticismo aburrido en la m¨¢s pura tradici¨®n de lo que se conoci¨® como Escuela de Barcelona. un mucho de comercialidad logra da por la v¨ªa m¨¢s r¨¢pida e infalible: sexo, morbo, voyeurismo, sadomasoquismo, escatolog¨ªa barata, etc¨¦tera, algo que quiere, pero nunca llega a ser suspense y una presunta sofisticaci¨®n que resulta chabacana.
Pom¨¦s ha querido realizar un thriller cr¨ªtico a caballo entre Hitchcock y el Polanski de Cuchillo en el agua. para obtener un mediocre y amorfo producto que naufraga en medio de un derroche de esquematismo, crueldad gratuita y seudo-profesionalismo.
La pirueta final no hace sino confirmar el car¨¢cter de una obra que, en todo momento, discurre por el camino de la facilidad y la autocomplacencia.
La verdadera personalidad de Leopoldo Pom¨¦s se revela, sobre todo, en su particular (?) forma de filmar unos cubitos de hielo en un vaso esperando el ba?o de Martini.
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