Camilo Jos¨¦ Cela,

Senador real, preguntado sobre la desaparici¨®n de los senadores reales, ha dicho: ?Creo que debieran haberse mantenido, en la proporci¨®n que fuere, como prerrogativa del Rey, que ha demostrado que bien se lo merece. Ahora bien, por m¨ª no lamento su desaparici¨®n. La ver dad es que todo me sale bien, se conoce que nac¨ª con suerte, ya lo dice mi t¨ªa Mitas, y lo m¨¢s gracioso es que ni quiero, ni puedo evitarlo. El Rey me honr¨® con la designaci¨®n y ahora la Constituci¨®n prescinde de los senadores reales. Mejor. Tengo muy abandonado mi oficio y, de otra parte, ?se imagina usted lo desairado que resultar¨ªa que el Rey me escabalgase de la posible nueva lista? ?Quite, quite! Eso les va a pasar, que los van a dejar compuestos y sin novia, a no pocos centristas y socialistas, que son tan sandios que el electorado les va a decir que se queden en su casa. Yo creo que los senadores reales hemos cumplido nuestra funci¨®n, y de m¨ª particularmente puedo decirle que, con todo el margen de error que usted quiera, procur¨¦, al menos, ser puntual y aplicado. Se conoce que mejoro porque de peque?o, cuando me echaban de los colegios, no era ninguna de las dos cosas. ?A la vejez, viruelas!?