T¨¤pies 1945-1954
T¨¤pies, 1945-1954.Galer¨ªa Artemia.
Rambla de Calalu?a, 42. Barcelona.
Para aquellos que no conocen con excesivo detalle la evoluci¨®n pict¨®rica de Antoni T¨¤pies, esta exposici¨®n, que agrupa obras de 1945 a 1954, les ha resultado una aut¨¦ntica sorpresa. Primero, porque T¨¤pies ya es considerado un cl¨¢sico del informalismo en su manifestaci¨®n m¨¢s preclara de la materia; despu¨¦s, porque hay un cierto tipo de obras dif¨ªciles de adscribir a una etapa determinada: retratos expresionistas, como Pinturarelleu (1945), fantasmagor¨ªas on¨ªricas como Paisatge dHurus (1950), pinturas realistas de la categor¨ªa de su Autoretrat (1950) y varias obras daualsetianas como los dibujos de tinta china sobre papel de 1949 y las pinturas Composici¨®, West and blues y La carta, de 1949 y 1950. En una palabra, que entre las veinticuatro obras expuestas en la galer¨ªa Artema podemos encontrar, en una primera y superficial lectura, cuatro o cinco T¨¤pies distintos.
Pese a que su carrera es muy coherente y sus pasos han seguido un proceso de avances muy fundamentado, el p¨²blico se complace en rememorar momentos pasados o etapas superadas que fueron determinantes en su caminar art¨ªstico.
Biogr¨¢ficamente hablando, estos son los a?os en que se acrisola su personalidad juvenil para penetrar de lleno en un debate intelectual y sensible que lo conducir¨¢ a la madurez. Son a?os que tienen un peso espec¨ªfico muy importante en su texto autobiogr¨¢fico Membr¨ªa personal (Ed. Cr¨ªtica, 1977), que est¨¢n cargados de acontecimientos clave para su vida intelectual y art¨ªstica. Deja la carrera de derecho, cae enfermo, sufre una gran crisis espiritual, vive una larga convalecencia de sanatorio, descubre el psicoan¨¢lisis, el marxismo y las ¨²ltimas corrientes est¨¦ticas a nivel internacional. Son nueve a?os decisivos que le llevan a entregarse por completo a la pintura, abandonando otras tentaciones filos¨®ficas o literarias. La intensidad de vivencias y experiencias de esta d¨¦cada es densa y creciente. Conoce y visita el estudio de Joan Mir¨®. Traba una estrecha amistad con el poeta y dramaturgo Joan Brossa. Se relaciona con otro gran poeta, J. V. Foix. Es invitado a participar en los renovadores Salones de Octubre y toma parte en las actividades del grupo Cobalto 49, que patrocina el Instituto Franc¨¦s de Barcelona. Tambi¨¦n celebra su primera exposici¨®n personal en las galer¨ªas Layetanas, patrocinado por el historiador y tratadista de arte Josep M. Gudiol. Y, finalmente, vive el primer reconocimiento internacional, el triunfo en Estados Unidos de Am¨¦rica cuando Martha Jackson le presenta en Nueva York y el Instituto Carnegie de Pittsburg le otorga su galard¨®n.
Comentar las veinticuatro obras seleccionadas ser¨ªa excesivo para una cronica breve como ¨¦sta, aunque un ejercicio de enorme inter¨¦s. S¨ª que podemos se?alar, en l¨ªneas generales, sus bloques principales.
La etapa m¨¢s pictoricista surgida de la admiraci¨®n por Van Gogh y Picasso, ya provista de gruesos empastes, ricas adherencias y algunos collages de intenci¨®n dada, que cabe situar entre 1945 y 1949; la m¨¢s sobrerreal y fantasmag¨®rica, que podr¨ªamos denominar daualsetiana, con notable influencia de Klee y Mir¨®, que coincide con el apasionamiento por el existencialismo y se extiende desde 1949 a 1953. En este momento ya da muestras claras de su dominio absoluto sobre la materia, su pasi¨®n por el signo y su recreaci¨®n en las simbolog¨ªas. Blanc amb taques roges o blanc i groc, de 1954, es una tela de procedimientos mixtos que cierra la exposici¨®n y capitaliza el largo proceso posterior del m¨¢s destacado pintor catal¨¢n de la posguerra.
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