El curso del Colegio de Filosof¨ªa de Barcelona, dedicado a Hegel
Ayer inaugur¨® su curso el Colegio de Filosof¨ªa de Barcelona. Hablar libremente, pensar en voz alta, monologar, discutir, controvertir, tal es la metodolog¨ªa de este colegio de filosof¨ªa barcelon¨¦s, que recuerda por estos principios de libertad a la gloriosa Instituci¨®n Libre de Ense?anza.
Todos los mi¨¦rcoles, a las siete de la tarde, Eugenio Tr¨ªas, Jordi Llovet, Tony Vicens y Xaviel Rubert de Vent¨®s dictan sus clases y debaten con sus alumnos durante horas en una atm¨®sfera de libre y franca camarader¨ªa. Pese a sus diferencias ideol¨®gicas, logran establecer unas corrientes fecundas de comunicaci¨®n, de di¨¢logo entre ellos y sus disc¨ªpulos.El curso del a?o pasado vers¨® principalmente sobre filosof¨ªa y literatura. As¨ª, Vent¨®s trat¨® el tema de Amor y Psique, mientras Tr¨ªas desarroll¨® sus razones de Amor, Llovet se ocup¨® de Raimundo Lulio y Tony Vicens disert¨® sobre Rousseau.
Este a?o, durante el curso 1978-79, el Colegio de Filosof¨ªa se ocupar¨¢ exclusivamente de Hegel. Eugenio Tr¨ªas nos explic¨® que su curso versar¨¢ sobre Hegel y la guerra, partiendo del duelo a muerte de las conciencias para lograr su reconocimiento. M¨¢s tarde desarrollar¨¢ el concepto del Poder como guerra violenta de Foucault, y de la sociedad como violencia rec¨ªproca, de Ren¨¦ Girad, para terminar con un estudio sobre el discurso de la guerra, de Gluxksman, en que se plantea el problema de la guerra total, en la que no habr¨¢ vencedores ni vencidos.
Jordi Llovet comentar¨¢, bajo el t¨ªtulo Tres p¨¢ginas de Hegel, un texto del per¨ªodo de Verna, en que Hegel se halla bajo la influencia rom¨¢ntica de Holderlin y que se titula El m¨¢s antiguo sistema del idealismo alem¨¢n. Curiosamente, nos dice Llovet, Luckas no crey¨® que ese texto fuese de Hegel y se lo atribuy¨® a Schelling. Sin embargo, dice Llovet, en estas obras juveniles se encuentra ya ¨ªntegro el Hegel de la madurez. Xavier Rubert de Vent¨®s se ocupar¨¢, en su curso, de la oscura dimensi¨®n pragm¨¢tica o pol¨ªtica del idealismo hegeliano Tony Vicens disertar¨¢ sobre la individualidad universal, uno de lo temas fundamentales de Hegel cuyos or¨ªgenes se rastrean en el pensamiento de Rousseau.
Han sido invitados a participar en este curso V¨ªctor G¨®mez Pin profesor de la Universidad de Par¨ªs, que disertar¨¢ sobre Hegel y su concepto de la propiedad, y el profesor y poeta Jos¨¦ Mar¨ªa Valverde, que hablar¨¢ sobre Las cartas de Hegel a su novia.
Al terminar el acto dialogamos brevemente con Eugenio Tr¨ªas sobre su libro Memoria de las cosas de reciente aparici¨®n.
?En este libro explico que el cristianismo, trae la voluptuosidad y la sensualidad al mundo. Kierkegaard nos lo aclar¨® perfectamente en su Er¨®tica musical. ?
-Pero Nietzche, por el contrario, recriminaba al cristianismo su odio a la vida y a la sexualidad. ?Est¨¢ en desacuerdo con ¨¦l?
-S¨ª, completamente. Creo que Kierkegaard tuvo una visi¨®n m¨¢s profunda sobre la sensualidad y el cristianismo.
-En su libro insiste sobre los da?os del logos formal, de la raz¨®n totalizadora.
-Me refiero al logos tecnol¨®gico e industrial, no a la raz¨®n cr¨ªtica.
-?No extrae, pues, conclusiones nihilistas o irracionalistas de esta cr¨ªtica a la raz¨®n?
-Por el contrario, creo que la raz¨®n cr¨ªtica debe continuar su trabajo de exploraci¨®n hasta llegar a descubrir las fisuras y abrir un horizonte de posibilidades que todav¨ªa no podemos prever.
-Entonces, ?no es usted pesimista como muchos pensadores j¨®venes de su generaci¨®n?
- Excluyo todo nihilismo y desesperaci¨®n anticipada. Conf¨ªo en la raz¨®n cr¨ªtica. Debemos aprender mucho de Kant, que enfrentaba siempre a la raz¨®n con lo problem¨¢tico.
-En su libro se refiere a W. Benjamin, pensador marxista, y a su concepto de la ruptura de la continuidad de la historia.
-Efectivamente, Benjam¨ªn nos explic¨® que la racionalidad imperante creaba un tiempo homog¨¦neo y que por ello no pod¨ªamos vivir una experiencia rica y plural. Solamente por el azar o por una ruptura violenta de esa continuidad temporal pod¨ªamos recuperarla riqueza de la experiencia.
-Entonces, ?ser¨¢ necesaria una revoluci¨®n?
- O la contemplaci¨®n de una ruina.
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