La trampa

Ahora que pasaron algunos d¨ªas y es irreversible el suceso, ya se puede decir lo que pas¨® sin mayor deterioro de las instituciones y su l¨ªmpida imagen, quiz¨¢ todav¨ªa no irremisiblemente echada a perder: el lunes 25 de septiembre, por la tarde, me hicieron trampa en el Senado, en la votaci¨®n en el Pleno del apartado uno del art¨ªculo uno de la Constituci¨®n. Para tranquilidad de mi conciencia, mejor temple de mi ¨¢nimo zarandeado, y aviso de pardillos, barandas y petimetres, creo que lo m¨¢s discreto es explicar un poco las cosas.El 18 de agosto, ante los veinticinco miembros de la Comisi¨®n de Constituci¨®n, defend¨ª mi enmienda n¨²mero 128 al punto que dej¨¦ dicho; puesta a votaci¨®n tuvo diecisiete votos a favor, cinco en contra y tres abstenciones, con lo que qued¨® aprobada (p¨¢gina 1.574 del n? 39 del Diario de Sesiones). El grupo socialista no replic¨® ni en el turno en contra ni en el de portavoces (p¨¢gina 1.573 del mencionado Diario de Sesiones) y no consta enmienda in voce ni voto particular ninguno. Al t¨¦rmino del debate de la totalidad de p¨¢rrafos del art¨ªculo, mi amigo don Francisco Ramos, jefe de filas de la minor¨ªa socialista, pidi¨® defender en el Pleno, ?de ser posible? y como voto particular, el texto del Congreso de los Diputados. El presidente, mi tambi¨¦n amigo (que all¨ª no hay enemigos), don Jos¨¦ Federico de Carvajal, le respondi¨® que, una vez levantada la sesi¨®n, se reunir¨ªa con los se?ores de la Mesa, para tratar el tema y decidir lo que fuere, y que de la suerte que hubiera de correr la petici¨®n formulada ser¨ªamos todos informados al d¨ªa siguiente.

En el Diario de Sesiones n? 40, de 18 de agosto, se dice que ?la Mesa ha acordado por mayor¨ªa que la petici¨®n de defensa ha de efectuarse en el momento en que se cierra el debate del p¨¢rrafo o art¨ªculo que se est¨¦ discutiendo. Por tanto, no accede a la petici¨®n del se?or Ramos de sostener esta enmienda in voce?. Pues bien: no obstante lo que queda dicho, la trampa funcion¨® (y el consenso tambi¨¦n), la enmienda descalificada fue admitida sin decir nada a nadie y defendida por un mocito barbero y, naturalmente, gan¨® por amplio margen: 176 votos a favor, veintiuno en contra y cinco abstenciones. La minor¨ªa de UCD en el Senado, en cinco semanas, pas¨® de pensar -en bloque- una cosa, a pensar -en bloque- la contraria. ?As¨ª da gusto!

-Oiga, usted, ?y eso que le hicieron fue una trampa saducea?

-Pues, la verdad, no lo s¨¦, no me par¨¦ a pensarlo.