Nina Kandinsky visit¨® en Madrid la exposici¨®n de su marido
Nina Kandinsky, viuda del pintor ruso Wassili Kandinsky (Mosc¨², 1866- Neuilly, 1944), realiz¨® ayer uno de sus escasos desplazamientos desde su residencia habitual en Par¨ªs para visitar la exposici¨®n de su marido montada en la Fundaci¨®n Juan March, de Madrid, con la colaboraci¨®n de la Fundaci¨®n Maeght.
Durante veinte minutos, debido al cansancio del viaje, la viuda de Kandinsky respondi¨® a las preguntas de los informadores con breves frases sobre distintos aspectos personales y art¨ªsticos, la mayor¨ªa de ellos desarrollados en su libro Kandinski y yo, publicado en alem¨¢n, franc¨¦s y japon¨¦s. Los temas saltaron desde el aspecto humano a la valoraci¨®n art¨ªstica, con pausas en detalles biogr¨¢ficos. ?Kandinsky era un hombre con un car¨¢cter muy agradable y correcto, interesado por todas las cosas del arte, en especial por la m¨²sica. Todos sus per¨ªodos art¨ªsticos son muy importantes, aunque desde el punto de vista de la forma y el color yo destacar¨ªa la ¨¦poca parisiense. Su obra no tiene nada que ver con su estancia en la Bauhaus como profesor y este movimiento no le influye; m¨¢s bien fue al contrario.?Ante una pregunta, sobre la situaci¨®n de los artistas en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, manifest¨® que la URSS ha autorizado la exposici¨®n de 32 cuadros de Kandinski en el centro Pompidou, de Par¨ªs, que se va a celebrar el pr¨®ximo mes de enero, donde se podr¨¢ apreciar la evoluci¨®n general del pintor. ?A este centro cultural de Par¨ªs he hecho donaci¨®n de quince cuadros y quince acuarelas, que quedar¨¢n como homenaje a mi marido, pero no pienso donar m¨¢s cuadros. Kandinski era consciente de su papel en la historia del arte. Le importaba la obra en s¨ª misma, primero dibujaba y despu¨¦s pintaba, sin pensar en mensajes concretos. Sus colores y formas son dif¨ªciles de falsificar, aunque se han dado algunos casos. Con su pintura abstracta pudo disfrutar mejor de su pasi¨®n por la naturaleza.?
Durante su estancia en Madrid, Nina Kandinsky mantuvo una conversaci¨®n con los cr¨ªticos madrile?os y recorri¨® las salas de la exposici¨®n, comentando varios aspectos de la creaci¨®n de las obras. La viuda del pintor ha estado ligada a la trayectoria personal y art¨ªstica de Kandinsky desde su ¨¦poca de estudiante en Mosc¨², donde conoce al pintor en una de sus primeras exposiciones. Contraen matrimonio en 1917, a?o de la revoluci¨®n sovi¨¦tica. Los a?os siguientes contin¨²a sus estudios de arte y ballet hasta que en 1921 abandonan la Uni¨®n Sovi¨¦tica. El matrimonio se instala en Berl¨ªn al ofrecer La Bauhaus una plaza de profesor a Kandinsky. En 1922 pasan al centro que este movimiento cultural abre en Weimar, donde son sus animadores y profesores artistas como Klee, Schlemmer, Macke y Feininger. Adquieren la nacionalidad alemana cuando la Bauhaus traslada, en 1925, sus actividades a Dessau.
Con la llegada del nazismo en Alemania, en 1933, los Kandinsky deciden abandonar el pa¨ªs ante las acusaciones de ?arte degenerado? a su obra. Ese mismo a?o viajan a Francia y se instalan en Neully. Una vida en com¨²n en el ambiente art¨ªstico de Par¨ªs, donde hacen amistad con Mir¨®, Magnelli y otros artistas de la ¨¦poca, adquiriendo en 1939 la nacionalidad francesa. Con la llegada de la segunda guerra mundial, en 1939, vienen los a?os dif¨ªciles de la ocupaci¨®n alemana y el aislamiento de creaci¨®n art¨ªstica, hasta la muerte del pintor, en 1944.
A partir de la muerte de su marido, Nina consagra su vida al estudio y promoci¨®n de la obra de Kandinsky, organiza numerosas exposiciones y se convierte en una experta. Parte de su pensamiento se concreta en la publicaci¨®n, en 1976, del libro Kandinsky y yo, traducido a varios idiomas, donde cuenta con detalle su vida junto al pintor y corrige, con diversos documentos, algunos errores cometidos por los historiadores del arte.
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