Los encuentros gastron¨®micos vasco-franceses, una fiesta con trasfondo pol¨ªtico
?Joselito, m¨¢s Belmonte, m¨¢s Manolete, igual a los vinos de Burdeos ... ? Vi?edo bordel¨¦s. Chateau Carbonieux, una universidad de los caldos de Graves, los m¨¢s dignos de reverencia, seg¨²n sentenci¨® un testigo, el presidente de la Academia Internacional del Vino (sede en Ginebra), V¨ªctor de la Serna.El cuerpo, y el alma tambi¨¦n, gozaban excitados por el se?or y pr¨ªncipe de estas bodegas: un Chateau haut'brion de 1966, revent¨®n, de un vigor y de una riqueza que estallaron en apoteosis cuando el centenar de comensales se hab¨ªa abandonado ya a los dulzores de la leche frita, tras el pastel caliente de setas, el txangurro, los chipirones en su tinta, las almejas a la marinera, las cocochas al pil-pil. Esta fue la carta de presentaci¨®n de la cocina vasca, firmada por el l¨ªder bilba¨ªno I?aki Lasa, y por sus correlativos donostiarras, Pedro Subijana, Juan Mari Arzac, Luis Fern¨¢ndez Mart¨ªn, todos ellos creadores del men¨² ?que casi dio una lecci¨®n a.Burdeos? y que cerr¨® los Rencontres gourmandes de Bordeaux en presencia del secretario de Estado para el Turismo, se?or Aguirre.
Aqu¨ª, en plena org¨ªa de los paladares y est¨®magos euroamericanos m¨¢s sabiondos y cr¨ªticos, fue en donde el mismo se?or Aguirre formul¨® la ecuaci¨®n con la que se inicia esta informaci¨®n. Y como un resorte, surgi¨® el susurro de un bienintencionado, espa?ol, claro, que pensaba, sin duda, en los deseos expresados por el repetido se?or Aguirre de promocionar la cocina hisp¨¢nica, acogotada tras la leyenda de la pandereta y el ?ol¨¦?, tejida con la paella y el gazpacho: ??Cu¨¢ndo un ministro franc¨¦s, en plena Rioja, se derretir¨¢ de placer explic¨¢ndole al mundo que come y bebe: Moliere, m¨¢s V¨ªctor Hugo, m¨¢s Proust, igual a este tinto punzante, equilibrado y de larga guardia??
Comer es cultura
La exageraci¨®n no es tanta. ?Comer es cultura, y beber tambi¨¦n?, es un mandamiento chulo, eternamente joven, del savoir vivre de este pa¨ªs de franceses y francesas, todos ellos practicantes devotos de la religi¨®n nacional-cartesiana que consiste en ?unir lo ¨²til a lo agradable?. Tal fue el sentido de estos ?encuentros golosos? a lo largo de los cuales alguien dijo, ?por unos momentos, se?oras y se?ores, la Comunidad Econ¨®mica Europea se ha abierto a las cocochas y ¨¢ los>calamares en su tinta?. Otro ?gourmet? fue m¨¢s expl¨ªcito record¨® que ?la gastronom¨ªa y la coyuntura econ¨®mica son indisociables?.Sigamos, pues, con lo agradable primero, es decir, con el campeonato vasco-bordel¨¦s de comer y beber como lo hac¨ªan, seg¨²n esa leyenda probablemente fr¨ªgida, los curas, v¨ªrgenes, de antes del Vaticano II. La crisis econ¨®mica (la del papel en el caso vigente) milita contra el esp¨ªritu y la carne, esas dos nociones b¨ªblicas, dignas de toda la literatura y de todos los pecados, encarnadas en la cena de la Rochelle que sirvi¨® Jacques Le Divellec y en la comida bordelesa de Clement y Ramet, en un coraz¨®n de los vinos Cordier, el Chateau Gruaud-Larose que ofreci¨®, en presencia del se?or, Chaban Delmas, su Saint-Julien de 1962 grasiento y profundo, pero delicado y poderoso al mismo tiempo, como un beso prohibido.
Jean Marle Amat y el espa?ol Francis Garc¨ªa, ascendido a ?gran jefe? de la cocina de Aquitania, en presencia de sus ?enemigos? de Lyon, mundialmente c¨¦lebres e invitados de honor, Paul Bocuse y Alain Chapel, hermanaron a espa?oles y franceses por unos momentos hasta el borde de la cohabitaci¨®n inmoral: ?Ya no hay Pirineos?, exclam¨® a la hora del desahogo sublime la prensa m¨¢s seria de la regi¨®n.
Pero lo ?¨²til? caracoleaba en el sexo adormecido por tanta delicia er¨®tico-sexual. ?Burdeos s¨®lo negocia con el gran largo y no ve lo. que tiene al lado.? ?Es menester' comprender que si Espa?a quiere entrar en el Mercado Com¨²n necesita la amistad, la complicidad del suroeste franc¨¦s.? Lo que que remos es atraer el turismo y acen tuar los intercambios entre esta re gi¨®n y el Pa¨ªs Vasco.? ?Ya hay vuelos cotidianos entre Espa?a y el Suroeste, de Iberia y Air France, y esto es un lazo a estrechar m¨¢s y m¨¢s.? Y para que todas estas intenciones prosperen ?hay que comer y hay que beber juntos, y bien: el a?o pr¨®ximo, los ?jefes de Burdeos ir¨¢n a regalar a los madrile?os, y los catalanes ser¨¢n invita dos a estos encuentros de Burdeos?.
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