El Gobierno considera la posibilidad de renunciar a un pacto socioecon¨®mico para 1979
El aplazamiento de la reuni¨®n tripartita, prevista en principio para hoy, entre Gobierno, empresarios y centrales sindicales, ha multiplicado el escepticismo imperante en diversos medios pol¨ªticos y econ¨®micos, respecto a la viabilidad de unos acuerdos socioecon¨®micos para los pr¨®ximos doce meses. Diversas fuentes han se?alado que el aplazamiento se debe a que el Gobierno no ha concluido todav¨ªa el documento-resumen y compilaci¨®n de propuestas para la negociaci¨®n, presentadas por las diferentes organizaciones que han visitado Castellana, 3.
Los contactos celebrados hasta ahora -jornada de reflexi¨®n en octubre y reuniones por separado la pasada semana- han mostrado un signo marcadamente dispar en lo que a empresarios -CEOE- y centrales -CCOO y UGT- se refiere. Los representantes de la patronal no han ocultado su identificaci¨®n con los planteamientos del Ministerio de Econom¨ªa, con la sola excepci¨®n de los temas crediticios, e incluso han insinuado oficiosamente que el documento del Gobierno recog¨ªa en pr¨¢cticamente todo su programa econ¨®mico. Los dirigentes, por el contrario, han exteriorizado su decepci¨®n tras los contactos, e insistido en la necesidad de emprender una negociaci¨®n globalizada, en la que se incluyan reformas estructurales de importancia, como las relaciones laborales, la Seguridad Social y el reparto del patrimonio sindical. Las centrales no admiten una primera negociaci¨®n en la que se incluyan exclusivamente unos topes salariales y alguna cuesti¨®n de menor cuant¨ªa, dejando para ulteriores conversaciones los restantes aspectos de reforma de su plataforma reivindicativa. Este calendario de negociaci¨®n ser¨ªa el que, seg¨²n todos los indicios, complacer¨ªa en mayor medida a empresarios y Gobierno. Unos y otros desean llegar pronto a un acuerdo que aten¨²e la previsible virulencia de la negociaci¨®n de m¨¢s de 3.000 convenios, prevista nara antes de fin de a?o.Aunque con menor ¨¦nfasis, tambi¨¦n aparece planteada sobre la mesa de negociaciones la discrepancia entre las dos centrales mayoritarias respecto a la instrumentaci¨®n y alcance de los pactos. Ambas posturas difieren esencialmente en la presencia de los partidos pol¨ªticos -bien vista por CCOO y el Gobierno y denostada por UGT- y de la duraci¨®n de los acuerdos -un a?o para UGT y tres para CCOO-, aunque en este ¨²ltimo aspecto el Gobierno no aparece excesivamente definido. Ambas posturas, tambi¨¦n, responden de alguna manera a los intereses electoralistas de comunistas, socialistas y centristas, animados todos por la perspectiva de unas elecciones generales antes del pr¨®ximo verano.
Un aspecto importante de la negociaci¨®n, todav¨ªa no clarificado, es el criterio empresarial sobre este punto. Sin embargo han sido precisamente cualificados dirigentes de CEOE los ¨²nicos que han exteriorizado contundentemente la necesidad -o al menos la conveniencia- de que junto a la negociaci¨®n de los pactos se clarifique el panorama pol¨ªtico para los pr¨®ximos meses. Parece obvio que no puede plantearse de id¨¦ntico modo una alternativa econ¨®mica en los casos de que sean convocadas o no elecciones generales a corto plazo. Y no solamente por la posible imprevisi¨®n de unos resultados, sino porque en todas las latitudes un proceso electoral conlleva un impasse en la actividad econ¨®mica, pr¨¢cticamente a todos los niveles.
Todo este contexto, acaso haya propiciado la evoluci¨®n de posturas en los c¨ªrculos gubernamentales hacia una limitaci¨®n del alcance inicialmente previsto para las negociaciones y el pacto propuesto. Esta limitaci¨®n podr¨ªa muy bien circunscribir el acuerdo a una voluntad limitadora de las alzas salariales, s¨®lo hasta el mes de abril; per¨ªodo previsible en que pudieran ser convocadas elecciones generales. Como compensaci¨®n al sacrificio que ello comportar¨ªa para las fuerzas sindicales, el Gobierno pudiera ofrecer el reparto inmediato del patrimonio. sindical y un programa complementario de inversi¨®n p¨²blica generador de puestos de trabajo, adem¨¢s de un compromiso de saneamiento de las prestaciones del desempleo y la Seguridad Social en general. Esta f¨®rmula salvaguardar¨ªa los logros alcanzados por el proceso de ajuste de la econom¨ªa, iniciado a partir de los pactos de la Moncloa, y dejar¨ªa la puerta abierta a una ulterior negociaci¨®n de m¨¢s amplio espectro, a realizar una vez redibujado el mapa pol¨ªtico, tras las elecciones generales.
Hasta el momento, las centrales sindicales rechazan esta posibilidad, aunque admiten la posibilidad de que pudiera llegar a plante¨¢rseles en los pr¨®ximos d¨ªas. Ello -se?alan- ser¨ªa perfectamente coherente con la postura del vicepresidente econ¨®mico, Fernando Abril, que hasta el momento se ha limitado a se?alar la necesidad de mantener la inflaci¨®n por debajo del 10 %en 1979, como ¨²nica posibilidad para contener el aumento del desempleo (v¨¦ase p¨¢gina 57). Sin embargo, las centrales insisten en que esa f¨®rmula ni siquiera puede antojarse similar a los llamados pactos sociales, cuyo alcance en cualquier caso ha sido mayor.
Manifestaci¨®n de Cepyme
Mientras el impasse negociador se implanta, los ausentes de la mesa negociadora procuran colocar sus peones, en un ¨²ltimo intento de ser llamados a dialogar. El pasado s¨¢bado, Cepyme -en tiempos vinculada a CEOE- se mostr¨® especialmente virulenta contra su no inclusi¨®n en las negociaciones. Al tiempo, con ignorado objetivo, anunci¨® su prop¨®sito de convocar a trav¨¦s de la Federaci¨®n de la Peque?a y Mediana Empresa de Madrid, una manifestaci¨®n empresarial, el pr¨®ximo d¨ªa 29, con recorrido de la plaza de Neptuno a Castellana, 3, sede del Ministerio de Econom¨ªa. Seg¨²n fuentes de CEOE, las invitaciones a negociar son cursadas por la vicepresidencia econ¨®mica y su criterio ha sido convocar ¨²nicamente a esta patronal, otorgando al presidente, Carlos Ferrer, la posibilidad de incluir en su delegaci¨®n a representantes de otras organizaciones, como Cepyme o el C¨ªrculo de Empresarios. Consecuentemente, fue invitado a acudir al palacete de Castellana, a la reuni¨®n del pasado jueves, un dirigente de Cepyme, que, sin embargo, declin¨® la invitaci¨®n, insistiendo en que s¨®lo acudir¨ªa en caso de que fuera convocada su organizaci¨®n a t¨ªtulo individual. El mismo portavoz de CEOE calific¨® la postura de Cepyme de ?intento desesperado de protagonismo personal por parte de un antiguo promotor?, a?adiendo que la gran patronal est¨¢ dispuesta a verificar notarialmente el n¨²mero de empresarios afiliados y que se encuentran al corriente del pago de cuotas.
Pacto por ley
En definitiva, toma cuerpo en los ¨²ltimos d¨ªas, de modo progresivo, la idea de que los eventuales pactos puedan quedar notablemente reducidos en su alcance o que, incluso, el Gobierno decida acometer una pol¨ªtica de limitaciones salariales por la v¨ªa de ley, discutida en Cortes, con un pacto previo de compensaciones con las fuerzas pol¨ªticas y sindicales. El alcance de esta hip¨®tesis quedar¨ªa circunscrito a los primeros meses del pr¨®ximo a?o, a la espera de la definici¨®n del calendario pol¨ªtico, que no parece probable se produzca antes de final de a?o, tras la ratificaci¨®n en refer¨¦ndum del nuevo texto constitucional.
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