Mosc¨², entre el eurocomunismo y sus disidentes
LA ORTODOXIA sovi¨¦tica ha cambiado ¨²ltimamente la l¨ªnea de sus ataques en direcci¨®n a los partidos comunistas occidentales que protagonizan lo que se ha venido a llamar eurocomunismo. En la revista te¨®rica internacional Tiempos Nuevos se ha incluido en un mismo grupo al espa?ol Fernando Claud¨ªn al lado de los franceses Roger Garaudy y Jean Ellenstein bajo el calificativo com¨²n de kautskystas. De este modo, los ataques ya no se dirigen hacia los partidos eurocomunistas occidentales, sino a sus disidentes.En el lenguaje del Partido Comunista de la URSS, a partir de cierta fecha, se escribi¨® el nombre de Kautsky acompa?ado del adjetivo ?renegado?, aunque a?os antes hab¨ªa sido considerado como ?el Papa del marxismo?. Viejo colaborador de Engels, se distingui¨® por sus ataques a Eduard Berr¨ªstein, quien preconizaba que la clase trabajadora podr¨ªa alcanzar el poder mediante una reforma, gradual del capitalismo. Pero en 1904 Kautsky cometi¨® el gran error de su vida, pues crey¨® en la posibilidad de reconciliaci¨®n entre bolcheviques y mencheviques. Finalmente, pasando por las mismas teor¨ªas de Bernstein, desemboc¨® en la socialdemocracia: perseguido por los comunistas sovi¨¦ticos y alemanes, amparado por la Rep¨²blica de Weimar, ser¨ªan finalmente los nazis los que le empujar¨ªan al exilio y a la muerte solitaria, en 1938, en Amsterdam.
Seg¨²n el profesor Timofeyov, que firma el art¨ªculo en Tiempos Nuevos, el kautskysmo de Claud¨ªn, Ellenstein y Garaudy residir¨ªa en el com¨²n denominador delabandono del leninismo. Ferr¨ªando Claud¨ªn ser¨ªa culpable de dudar de ?la esencia socialista del gran octubre?, de ?vulgarizar el marxismo revolucionario para alterar la esencia de las divergencias de principio entre el leninismo y el oportunismo de Kautsky?; los tres caer¨ªan en el ?truco? de afirmar que Lenin no ten¨ªa la suficiente claridad en el enfoque del problema de la utilizaci¨®n obrera de los derechos y libertades conquistados a la burgues¨ªa.
En realidad, el Partido Comunista italiano no ha abandonado formalmente la noci¨®n del leninismo, como ha hecho el espa?ol. El franc¨¦s, por su parte, que sigue conservando excelentes relaciones con Mosc¨², se ha limitado a abandonar la ?dictadura del proletariado?. Los matices en las relaciones entre Mosc¨² y los partidos comunistas eurocomunistas son importantes, y parecen haber entrado en un tournant tras la visita de Berl¨ªnguer a la Uni¨®n Sovi¨¦tica; a la mejora de relaciones con el partido italiano sucede ahora el cambio en la l¨ªnea de mira de los ataques. Tiempos Nuevos, que no hacemucho tiempo esgrimiera la espada flam¨ªgera de la ortodoxia contra Carrillo, la blande ahora contra su principal disidente, Fernando Claud¨ªn. ?Se trata de disparos por elevaci¨®n, manteniendo, relaciones corteses con los partidos establecidos, o de un cambio en las relaciones m¨¢s importante, que resolver¨ªa algunas de las viejas diferencias con Mosc¨²? Los anatemas contra los disidentes no pueden ser ignorados al responder a esta pregunta, en un momento en el que crecen las dificultades para Carrillo en el seno de su partido.
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