Publicidad infantil en TVE

Le ruego me conceda un breve espacio al objeto de aclarar las dudas de do?a Ann Ver¨®nica Young de Herr¨¢n, que firma una carta en su peri¨®dico el pasado viernes d¨ªa 24.En su carta dice: ?Los pocos programas adecuados para dichos ni?os (entre los dos y los ocho a?os) son los primeros en suprimirse por necesidades de programaci¨®n. ( ... ) Los ni?os, pobres de ellos, no comprenden por qu¨¦ sus poqu¨ªsimos programas se quitan?. Se refiere, naturalmente, a la p¨¦rfida y temible televisi¨®n.

A m¨ª, me resulta muy sospechoso que este sistem¨¢tico deterioro de la programaci¨®n infantil coincida con la progresiva escalada de anuncios comecocos patrocinados por las casas de juguetes, que, de seguir el ritmo actual, llegar¨¢ al paroxismo en la semana anterior al d¨ªa de Reyes. Seg¨²n este plan diab¨®lico, urdido en los siniestros pasadizos de ese castillo encantado llamado Prado del Rey, los ni?os son obligados a volcar todo su inter¨¦s en los da?inos spots comerciales al haber sido despojados de sus espacios habituales y ser, el anuncio de juguetes, la ¨²nica alusi¨®n a su mundo. A la llamada de la musiquilla imb¨¦cil que ha absorbido su voluntad, los peque?os acuden como aut¨®matas, dejando a un lado la comida, los juegos o cualquier otra cosa que era de su inter¨¦s hasta ese momento. Indudablemente, las casas de juguetes se deben felicitar, por haber conseguido poner a su disposici¨®n la mejor arma para poner en pr¨¢ctica sus sofisticadas t¨¦cnicas del lavado de cerebro.

No s¨¦ si esta carta habr¨¢ servido para disipar las dudas que tuviera esta lectora; en cualquier caso, quiero unir mi voz a la multitud de ciudadanos que diariamente hacen p¨²blica su queja por el abuso deshonesto que se est¨¢ cometiendo con un medio que es de todos los espa?oles.