Escepticismo ante las conversaciones de Bruselas sobre Oriente Pr¨®ximo

Si tanto Egipto como Israel mantienen su actitud de no hacer concesiones, como han reafirmado en estas ¨²ltimas horas que anteceden a la conferencia ?tripartita? de Bruselas, sus m¨¢ximos dirigentes, el presidente Sadat y el primer ministro Begin, respectivamente, hay que preguntarse forzosamente qu¨¦ cartas podr¨¢ jugar el secretario de Estado norteamericano, Cyrus Vance, para modificar la situaci¨®n y obtener alg¨²n resultado pr¨¢ctico, por peque?o que sea, en el encuentro que, a iniciativa suya, se inicia esta noche, con retraso, en la capital belga con el jefe del Gobierno egipcio, Mustafa Jalil, y con el ministro israel¨ª de Asuntos Exteriores, Moshe Dayan.El ambiente que rodea esta conferencia, un tanto forzada en opini¨®n de los observadores, es de frialdad y escepticismo, toda vez que los representantes de El Cairo y de Jerusal¨¦n han insistido, una y otra vez, en sus declaraciones en que carecen de poderes para ?hacer propuestas t¨¦cnicas? que permitan salir de la actual situaci¨®n de estancamiento. En otras palabras, ambos se limitar¨¢n a escuchar las propuestas o sugerencias que sea capaz de aportar el diplom¨¢tico norteamericano. La prueba m¨¢s clara de la falta real de capacidad decisoria por parte de los enviados egipcio e israel¨ª ha estado en la total ausencia de di¨¢logo entre ellos durante las veinticuatro horas largas que han coincidido en la capital belga, en espera de la cita con el jefe de la diplomacia estadounidense.

Pero por si falta algo para enfriar el ambiente de la reuni¨®n, a ¨²ltima hora de la tarde de ayer se supo que Cyrus Vance no llegar¨ªa a Bruselas hasta despu¨¦s de las diez de la noche, retraso debido a la prolongaci¨®n de las conversaciones SALT de Ginebra, con lo cual el programa confeccionado en principio, que inclu¨ªa sendas reuniones, por separado, de Vance con cada uno de sus interlocutores, e inmediatamente una cena ?a tres?, hubo de ser modificado sustancialmente.

El di¨¢logo quedar¨¢, pues, reducido a unas breves horas a lo largo de la ma?ana del domingo, en las que, salvo imprevistos, Vance corre el riesgo de tener que limitarse, independientemente del tono m¨¢s o menos ?pol¨ªtico? del previsible comunicado final, a ser testigo excepcional de un nuevo fracaso.