Dif¨ªcil salida para el tema de los extranjeros

Pablo Porta se ha acordado oficialmente de que debe defender a los clubs e incluso ha tomado una postura paternalista a ra¨ªz de la ?instrucci¨®n aclaratoria? que recibi¨® la Federaci¨®n, manifestando una y otra vez ?que no se atreve a tomar ninguna postura sin antes escuchar a los clubs?. Los intereses de los clubs deben ser respetados, pero en ning¨²n modo quiere esto decir que puedan ser ellos, con Porta a la cabeza, los que rijan los destinos del f¨²tbol espa?ol, porque la gesti¨®n que unos y otros han llevado hasta ahora es evidente que resulta nefasta.Por otro lado, no hay que olvidar que este ¨²ltimo verano Porta hizo caso omiso a los problemas que ten¨ªan planteados los jugadores, que tuvieron que amenazar con la huelga con el consiguiente perjuicio para esos mismos clubs que ahora quiere defender. Ignor¨® entonces a los jugadores, que son los que mantienen las taquillas, y no lleg¨® a admitir siquiera la situaci¨®n en la que se pudieron ver envueltos los clubs de sus amores.

Evidentemente, la ?instrucci¨®n aclaratoria? del CSD es desafortunada pero tambi¨¦n es evidente que no se puede permitir que los equipos est¨¦n cuajados de oriundos -algunos falsos- ni de jugadores que no puedenjugar en la selecci¨®n y que, adem¨¢s, no aportan nada nuevo al f¨²tbol espa?ol. M¨¢s claro resulta a¨²n que si es justo que se escuche a los clubs en defensa de sus intereses, no se puede dejar que sean ellos los que lleven las riendas de las estructuras porque entre otras cosas sus reg¨ªmenes interiores est¨¢n llenos de fallos.

Casi todos est¨¢n en la bancarrota, en muchos casos ha quedado demostrado que no saben mantener un equilibrio entre el jugador que fichan y el dinero que se gastan. Sus econom¨ªas, en una palabra, son un desastre y esto tambi¨¦n se debe a que no saben ofrecer el espect¨¢culo que el aficionado quiere, es decir, que no s¨®lo no llevan bien el aspecto administrativo sino que fallan en el deportivo. Los desembolsos que hacen en el cap¨ªtulo de fichajes son, a todas luces, desorbitados y las deudas que contraen aparecen como inadmisibles en los tiempos que se viven.

Ocurre que Porta quiere y tiene que defenderlos entre otras cosas porque esos clubs est¨¢n metidos en la Federaci¨®n, primer grave error de una estructura que poco a poco lleva al f¨²tbol a la ruina en todos los aspectos. Ahora el CSD se ha equivocado, pero esto no debe servir para que la FEF le ?saque la lengua? y diga: ?Ten¨ªamos raz¨®n?. El f¨²tbol espa?ol necesita cambios a todas luces y tiene que haber alguien que se encargue de llevarlo a buen puerto. El que los clubs y Porta se pongan de acuerdo el d¨ªa 11 en echar abajo la desdichada ?instrucci¨®n aclaratoria? no debe nuncasignificar que se siga adelante con lo establecido hasta ahora. Porque la FEF y los clubs lo ¨²nico que han demostrado hasta el momento es que no saben dirigir el f¨²tbol lleno de lagunas jur¨ªdico-administrativas y de fracasos deportivos.

Tampoco vale la argumentaci¨®n que dan los clubs al decir que la recomendaci¨®n del CSD es una pu?alada para su econom¨ªa, pues est¨¢ archidemostrado que con plaga de extranjeros los d¨¦ficit son cada vez mayores.