El Atl¨¦tico guard¨® el tipo ante el Madrid
El Real Madrid logr¨® otro empate a un gol en su segunda visita a los campos de sus rivales de la capital en tres d¨ªas. Sin embargo, mientras el domingo mereci¨® ganar en Vallecas, la igualada de ayer, te¨®ricamente un buen resultado en Copa cara al partido de vuelta, le fue m¨¢s que suficiente. El Atl¨¦tico, que se presentaba con bajas y la moral por los suelos, despu¨¦s de su derrota ante el Burgos, no desenton¨® en absoluto y aunque se le not¨® sobre todo su impotencia atacante, jug¨® muy bien en defensa sin que su afici¨®n encontrara, esta vez, motivos de protesta. La ventaja cara al partido de vuelta es ahora blanca, pero menos trat¨¢ndose de los dos eternos rivales.El partido fue igualado, porque raras veces pudieron los atacantes zafarse de los f¨¦rreos marcajes de pares impuestos por ambos entrenadores. Los dos sistemas de 4-3-3 estuvieron muy claros. Las parejas centrocampistas fueron Stielike-Guzm¨¢n, Del Bosque-Marcial y Wolf-Leal, y las de ataque-defensa Ayala-San Jos¨¦, Leivinha-Benito, Rubio-Sol, en un lado, y Roberto-Cap¨®n, Santillana-Arteche, Jensen-Sierra, en el otro. La contenci¨®n por ambas partes y la falta de tiro desde lejos end¨¦mica de nuestro f¨²tbol -s¨®lo Pirri fue la excepci¨®n- dio as¨ª paso a unos primeros veinte minutos de tanteo, con los dos cuadros completamente inofensivos.
Precisamente la superior iniciativa del Atl¨¦tico, por aquello de ser el de casa, y el buen hacer de Leal, el ¨²nico hombre que se impuso a su par, Wolf, le permiti¨® cristalizar una jugada con entidad suficiente para producir gol. El Madrid, s¨®lo con t¨ªmidos contraataques hasta ese momento, reaccion¨® con fuerza, seg¨²n su costumbre, al igual que el d¨ªa del Rayo, pero de forma algo distinta. A punto estuvo de tenerlo que hacer con 2-0 en contra, pues dos minutos despu¨¦s del gol de Ayala (ante el que cometi¨® su ¨²nico fallo San Jos¨¦), Miguel Angel desvi¨® a c¨®rner junto al poste derecho un tiro de Marcial y el saque de ¨¦ste por Leal, tocado por Rubio y cabeceado por Guzm¨¢n, roz¨® el otro palo, batido ya el guardameta madridista.
S¨®lo diez minutos despu¨¦s, con el gol a bal¨®n parado de Pirri, y como si el partido se acelerase a r¨¢fagas, el Madrid arroll¨® al Atl¨¦tico hasta el descanso y practic¨® el mejor f¨²tbol de la noche. Desde luego, si por esos minutos se tratase, rizando el rizo de un posible resultado del desempate tipo box¨ªstico, el equipo blanco habr¨ªa ganado por puntos. Aparte de dos acciones de Jensen, salvadas ?in extremis? por Navarro y la defensa, el Madrid lig¨® dos jugadas matem¨¢ticas con sello de gol: un centro de Wolf, con taconazo espl¨¦ndido de Santillana para dejar el bal¨®n muerto a los pies de Stielike, lo remat¨® el alem¨¢n demasiado centrado a bocajarro a las manos de Navarro; otro pase magn¨ªfico de Del Bosque a Wolf -del que se hab¨ªa desentendido en esos momentos Leal, desbordado como todo el equipo-, lo centr¨® el argentino para que Santillana rematase no menos de cerca, tras parar el bal¨®n con el pecho y Navarro salvara tan bien, como milagrosamente, con una pierna.
Ya en la segunda parte, el Atl¨¦tico, que se pod¨ªa dar por satisfecho con haber mantenido el empate hasta ese momento, sac¨® fuerzas de flaqueza y ah¨ª hizo los m¨¦ritos para equilibrar un partido que te¨®ricamente deb¨ªa perder. Aunque los sustos del contraataque madridista parecieron cada vez m¨¢s graves, no llegaron al l¨ªmite, porque tampoco el equipo blanco puso excesivo inter¨¦s. San Jos¨¦, al que Ayala no segu¨ªa en la defensiva atl¨¦tica, resinti¨¦ndose en esos moment os de su pellizco de menisco no recuperado, pudo haber sido la clave, pero no se arriesg¨®. Unicamente un fallo de Cap¨®n ante Roberto tuvo que solucionarlo Pereira, que hizo un ser¨ªo y espl¨¦ndido partido. Los mayores peligros estuvieron ya en la porter¨ªa de Miguel Angel, en otro cabezazo de Ayala, antes de su sustituci¨®n, en un astuto tiro con efecto de Leal y, sobre todo, al salvar Sol ?in extremis? ante Alberto o entretenerse Ruiz, tras jugar mal la defensa blanca, por una vez al fuera de juego. Pero el marcador quiso ser justo por una vez y no se movi¨®.
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