El Gobiemo brit¨¢nico no implanta por ahora, el estado de emergencia
Tras una reuni¨®n de m¨¢s de cuatro horas, en la que se ha evaluado el estado actual de la crisis, el Gobierno brit¨¢nico ha decidido no declarar, por ahora, el estado de emergencia. En medio de la ira conservadora, el primer ministro ha declarado en el Parlamento que cuenta con la promesa formal de los l¨ªderes sindicales de contener dentro de los l¨ªmites legales la presente huelga de camioneros, que empieza a causar efectos devastadores en la econom¨ªa y amenaza el suministro de productos alimenticios.La plana mayor sindical se encuentra reunida para estudiar y poner en pr¨¢ctica inmediatamente medidas destinadas a disciplinar los piquetes de huelguistas. Son los llamados ?piquetes secundarios?, esto es, de no afiliados al Sindicato de Transportes, que impiden la carga de camiones no implicados en la huelga nacional, lo que est¨¢ paralizando el abastecimiento de materias primas
El se?or Callaghan ha dicho en los Comunes que no hay indicios de que la huelga vaya a finalizar a corto plazo, pero se ha mostrado firme en que deben ser los propios sindicatos los que pongan el orden en sus asuntos antes de que el Gobierno decida tomar medidas dr¨¢sticas. El premier llam¨® a cap¨ªtulo el mi¨¦rcoles por la noche al secretario general de la TUC, Len Murray, y al l¨ªder de los transportistas, Moss Evans. Aunque . se desconoce el contenido preciso de la conversaci¨®n, las fuentes m¨¢s solventes sugieren que el se?or Callaghan habr¨ªa dirigido un ultim¨¢tum a los representantes de los huelguistas: si en un par de d¨ªas no cesan las acciones de intimidaci¨®n, el Ej¨¦rcito se har¨¢ cargo de los transportes.
El primer ministro ha confesado abiertamente a los diputados de su partido que la crisis laboral est¨¢ minando las posibilidades electorales del laborismo. Y la marejada parece no haber llegado todav¨ªa a su apogeo; ayer volvieron a paralizarse totalmente los ferrocarriles brit¨¢nicos y se anuncia una nueva huelga para el martes. Los sindicatos de empleados p¨²blicos, con m¨¢s de un mill¨®n de afiliados, planean, por su parte, ir el lunes a una huelga nacional de aviso en demanda de aumentos salariales similares a los del sector privado. La oposici¨®n conservadora est¨¢ utilizando muy inteligentemente el ambiente de crisis. Margaret Thatcher se dirigi¨® anoche al pa¨ªs por televisi¨®n para subrayar la necesidad de restringir el poder de los sindicatos. James Callaghan parece haber llegado a un convencimiento similar, por cuanto en una reuni¨®n especial con los diputados laboristas ha afirmado que son imprescindibles reformas en el actual C¨®digo Sindical.
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