Giscard habr¨ªa convencido a Carter para que dejase de apoyar al saha
?El sha supo ser Franco, pero no ha sabido ser Juan Carlos?, una sentencia que se le atribuye en esta capital al presidente franc¨¦s, Valery Giscard d'Estaing, abundar¨ªa en favor de quienes piensan que, en la reciente cumbre de Guadalupe, el presidente norteamericano, Jimmy Carter, fue convencido por su hom¨®logo franc¨¦s de que el apoyo al soberano iran¨ª era una causa perdida. El ayatollah Jomeini, comojefe de Estado de facto, ayer, rechaz¨® el llamamiento que le hizo Carter para que permita ?jugar su baza? al Gobierno Bajtiar y tampoco se manifest¨® dispuesto a recibir al presidentedel Consejo de Regencia iran¨ª, que anoche sali¨® de Teher¨¢n con direcci¨®n a Neauphile le Chateau.Anoche se esperaba en Par¨ªs al presidente del Consejo de Regencia creado en Ir¨¢n para entrevistarse con el ayatollah Jomeini e intentar convencerlo de la necesidad de un modus vivendi con el ¨²ltimo Gobierno mon¨¢rquico dirigido por Shapur Bajtiar.
Seg¨²n los allegados del l¨ªder religioso ?es in¨²til que interite ver al ayatollah si sus intenciones son realmente las que se le atribuyen). Paralelamente, el ?hombre fuerte? de Ir¨¢n rechaz¨® la petici¨®n que le hizo el presidente: americano, anteanoche, en una conferencia de prensa, en el sentido de que favoreciera, al menos de momento, la experiencia del Gobierno Bajtiar.
?La legalidad -reiter¨®- s¨®lo procede del pueblo y es inadmisible toda injerencia extranjera.?
Hoy, viernes, se estimaba ayer en los medios pr¨®ximos al ayatollah, pudiera conocerse la composici¨®n del Consejo Revolucionario Isl¨¢mico y tambi¨¦n la del Gobierno provisional.
Inf¨®rmaciones distintas, pero convergentes, recogidas ayer en Par¨ªs, proyectaban alguna luz sobre los entr,ebastidores que los ¨²ltimos d¨ªas repercuten en la interrogante pol¨ªtica iran¨ª. Parece ser que fue en la cumbre de Guadalupe, hace ya casi dos semanas, cuando el presidente franc¨¦s, respaldado por James Callagham y Helmut Schmidt, convenci¨® al presidente estadounidense de que su apoyo al sha era tiempo perdido. Los argumentos de Par¨ªs eran los siguientes: sostener al sha, a toda costa, conducir¨ªa inevitablemente a la guerra civil, lo que, a su vez, ser¨ªa tanto como ?hacerle el juego? a los comunistas iran¨ªes y provocar as¨ª la intervenci¨®n de la URSS.
La alternativa, seg¨²n las tesis que se le atribuyen a Giscard, ser¨ªa acelerar las ?vacaciones? del sha con el fin de facilitar algo que no es del todo imposible: una alianza entre el movimiento religioso y el Ej¨¦rcito.
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