Discurso conservador de Juan Pablo II ante la Conferencia Episcopal de Puebla
El papa Juan Pablo II dirigi¨® el domingo un discurso de claro contenido conservador a la conferencia de obispos latinoamericanos reunida en Puebla. Hoy, el Papa ir¨¢ en el avi¨®n presidencial a Guadalajara, donde se encontrar¨¢ con el mundo obrero, y ma?ana, de regreso ya hacia el Vaticano, se detendr¨¢ una horas en Monterrey.
Ya ha sido anunciada la presencia de m¨¢s de un mill¨®n de norteamericanos que aprovechar¨¢n la ocasi¨®n para saludar a Juan Pablo II.Ayer, el papa Wojtyla estuvo visitando, a seiscientos kil¨®metros de Ciudad de M¨¦xico, lo que el arzobispo rojo M¨¦ndez Arceo ha llamado ?los pobres m¨¢s pobres de la Tierra?, los ind¨ªgenas de Oaxaca. El domingo estuvo toda la jornada en Puebla, sede de la III Conferencia Episcopal. del continente latinoamericano.
Durante las trece horas de trabajo intenso, fue la primera vez que el Papa se mostr¨® cansado hasta el punto que su m¨¦dico le impidi¨® celebrar las audiencias previstas con los obispos e insisti¨® en que volviera en helic¨®ptero, aunque ello no se hizo por motivos de seguridad.
En sus discursos de estos d¨ªas, el Papa ?se ha descubierto?, como dice aqu¨ª la prensa. No cabe duda que Juan Pablo II vuelve a Roma de su viaje latinoamericano con una imagen de Papa ?decididamente conservador?. A sacerdotes y religiosas les ha dicho que ? no sois dirigentes sociales, l¨ªderes pol¨ªticos o funcionarios de un poder temporal?, les ha exaltado al celibato y los ha puesto en guardia sobre las tentaciones sociopol¨ªticas ?con la excusa de estar cerca de los hombres y querer ayudar a los pobres?.
A los pobres en Puebla les ha recordado que conoce muy bien la situaci¨®n extrema de desigualdad social que existe en Am¨¦rica Latina, pero que mientras existen hogares ricos en los cuales no hay alegr¨ªas, existen tambi¨¦n familias pobres, con la inseguridad del ma?ana, con gran dolor escondido pero donde se refleja ?la sencilla alegr¨ªa de los pobres?.
A los ricos les ha ha exhortado a no ?encerrarse en su fidelidad? y les ha dicho textualmente: ?Abr¨ªos a los dem¨¢s para repartir lo que os sobra y a otros les falta?. Les ha llamado a la esperanza y a la resignaci¨®n: ? Familias oprimidas por la pobreza, no os desanim¨¦is y sin tener el lujo por ideal, esperad tiempos mejores. ?
A este discurso que hizo llevarse las manos a la cabeza a muchos observadores de izquierdas, se ha a?adido el discurso program¨¢tico pronunciado en perfecto espa?ol ante los obispos de la Conferencia Episcopal, que son la tercera parte del episcopado mundial, y los representantes del ¨²nico continente con mayor¨ªa cat¨®lica.
Se ha tratado de un discurso program¨¢tico, su primera enc¨ªclica. El Papa ha sido muy expl¨ªcito y decidido. Ha hecho una llamada muy dura a la vuelta de la pureza de la doctrina cat¨®lica: ?Vuestro deber principal es de ser maestros de la verdad ? ha dicho el Papa a los obispos. Les ha puesto en guardia contra las relecturas del Evangelio en clave marxista, las cuales seg¨²n el Papa ?son especulaciones te¨®ricas m¨¢s que fruto de meditaci¨®n?. Estas nuevas lecturas del Evangelio que intentan presentar a Jes¨²s ?comprometido pol¨ªticamente, como un luchador contra la dominaci¨®n romana y contra los poderes, incluso implicado en la lucha de clases. Esta concepci¨®n de Cristo como pol¨ªtico, revolucionario, como el subversivo de Nazaret, no se compagina con la doctrina de la Iglesia?. Seg¨²n el Papa polaco est¨¢ muy claro que Jes¨²s en el Evangelio ?no aceptaba la posici¨®n de quien mezcla las cosas de Dios con las actitudes ¨²nicamente pol¨ªticas?. Y a?adi¨®: ?El Evangelio rechaza el uso de la violencia. ?
Ha relanzado la Iglesia como instituci¨®n, ha dicho que ?no tiene Dios como padre quien no acepta a la Iglesia como madre? y ha rechazado que exist¨ªa una Iglesia oficial en contraposici¨®n con una iglesia popular, que ?nace del pueblo? y que se concretiza en los pobres. Seg¨²n el Papa ?si el Evangelio se presenta roto por discusiones doctrinales o a causa de concepciones diversas acerca de la sociedad, no se puede pretender que las personas no se sientan ?perplejas, desorientadas y hasta escandalizadas?.
Ha insistido ante los obispos en la pastoral familiar en un momento en el cual la familia est¨¢ tan amenazada y a?adi¨®: ?Pensad en las campa?as favorables al divorcio, al uso de anticonceptivos y al aborto, que destruyen a la sociedad.?
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